Uber y Cabify se lavan las manos con los conductores y los coches

¿Qué responderías si debes explicar lo que son Uber y Cabify? Es probable que lo dejes en un servicio de transporte, o incluso que uses la palabra taxi, pero, en la práctica, no es así como se definen. De revisar su definición ambas compañías, y rivales de menor envergadura, se definen como simples intermediarios entre usuario y conductor y como una herramienta para que los propietarios de coches. Es decir, la típica idea del Gig Economy de completar el sueldo para llegar a fin de mes. 

Al menos así es en teoría. Como bien lo subrayaron en los ‘Uber Files’, la mayoría de estas nuevas empresas de VTC no firman contratos con sus conductores, sino que estos están contratados por empresas intermedias, pero, de todos modos, tienen que cumplir horarios, recaudaciones mínimas y tener un buen ranking en la plataforma. Son la versión más castigada de los ‘falsos autónomos’, que se han criticado a la misma velocidad que se multiplican.

Vecttor se ha vuelto la principal encargada de asegurar que haya conductores disponibles en Cabify

En el caso de las VTC hay dos empresas que parecen ser los principales colaboradores de este tipo de contratos. Por un lado, Auro debe ser la más grande, con sus conductores llenando las filas de Uber, Cabify y Bolt, mientras que Vecttor se ha vuelto la principal encargada de asegurar que haya conductores disponibles en Cabify, de hecho toda la flota de Vecttor trabaja para la VTC española. Uber además cuenta con la flota de Moove Cars, de la que compraron un 30% en 2021.

En todos los casos sus contratos no suelen depender de horas trabajadas sino de la facturación en viajes que haga cada conductor y su ranking de estrellas, siendo, en ambos casos, medidas que no dependen del todo de los conductores. Pasa también con el alto números de flotas pequeñas y medianas que trabajan con Bolt.

LA ESTRATEGIA DE UBER PARA EVITAR RESPONSABILIDAD

Lo cierto es que para Uber y Cabify esta estrategia les permite evitar hacerse responsables de sus empleados. Para estos, estas empresas intermediarias son los verdaderos responsables o en cualquier caso trabajadores autónomos que prestan servicio a Uber y Cabify. En la práctica, son muchas personas, particularmente inmigrantes, que dependen de la plataforma para sobrevivir en el día a día. Aunque cada vez más en España se trata de conductores contratados por alguna de las empresas intermediarias, con contratos que son pactados con los sindicatos, aunque las condiciones siguen generando conflictos

De hecho, es una discusión que han perdido en los tribunales de varios países. En países como Francia, Alemania y Australia han salido trasquilados de los tribunales, teniendo que asumir los despidos y los contratos de buena parte de sus conductores como propios. Son decisiones que los han ido arrinconando hacia un cambio radical en su modelo de negocio, aunque, de momento, no se han atrevido a dar ese último salto. 

En países como Francia, Alemania y Australia, LAS VTC han salido trasquilados de los tribunales

Además, una nueva cuenta hacia atrás ha empezado en Europa. En su presentación frente al Parlamento europeo, Mark MacGann, ex directivo de Uber y que filtró a The Guardian la información de los ‘Uber Files’, ha puesto sobre la mesa regular el funcionamiento de las VTC con una ley similar a la «ley rider», que en España ha cambiado como se contratan a los repartidores de empresas como Glovo y Uber Eats.

LA VENTAJA DE NO TENER SUS VEHÍCULOS

Además de no tener conductores, estas empresas tampoco adquieren su propia flota automotriz. Sus coches suelen ser el vehículo particular de los conductores, cosa que hace que en ocasiones incluso haya algún taxi dentro de las filas de estas empresas. Lo cierto es que eso les quita la responsabilidad tanto en caso de reparación como en temas de sostenibilidad.

Son gastos que se quitan de su factura. Es cierto que esto no es del todo el caso con Cabify, cuya filial Vecttor es la que firma los contratos y se encarga de la flota de vehículos de los conductores que tienen en su plantilla. Pero de cara al público, y a los conductores, pueden evitarse ser reconocidos con la responsabilidad de estos cambios. 

De cara al público, estas empresas se presentan como si no supieran el estado en el que están los coches

Es una estrategia que se evidencia al ver que en las evaluaciones a los conductores dela VTC se permite opinar del estado del vehículo. De cara al público, estas empresas se presentan como si no supieran el estado en el que están los coches, dejando además el cargo de las multas a otras personas. Es una consecuencia de la transformación de su modelo, si originalmente la idea de Uber era que sirviera para generar una entrada extra a sus conductores tenía sentido que la app no se hiciera responsable por ellos, pero mientras más tiempo tienen en el mercado más se ha demostrado que hay que trabajar a tiempo completo para sacarle un provecho.

EL COMPLICADO FUTURO DE LAS VTC

Lo cierto es que para las VTC el tener que asumir a los conductores como sus empleados sería un cambio importante en la forma de ver el negocio. Tener a los conductores en plantilla les obligaría a discutir temas como sus vacaciones, pagos por hora que incluyan los tiempos entre recorridos y mayor transparencia con despidos y situaciones similares.

dar condiciones más justas a los conductores serviría a las VTC para mejorar su imagen

Visto así, es comprensible su aprehensión. Pero lo cierto es que asumir el contratar directamente a sus conductores puede ser demasiado complicado para seguir funcionando. En cualquier caso, darles condiciones más justas a los conductores serviría para que mejoren su imagen en un momento en que pierden la pelea política con los taxis. 

Ernesto Rodriguez
Ernesto Rodriguez
Periodista, entrevistador e investigador de oficio. Amante del cine, la música y Political Junkie. Escribo de empresas de transporte, cultura y sanidad