Los «Uber Files» y la ley de Bruselas amenazan el negocio de las VTC

El año 2022 sigue siendo difícil para las VTC. Tras el golpe que Uber encajo cuando el diario The Guardian publicó los ya controvertidos ‘Uber Files’, en España han tenido que afrontar como con el fin del ‘Decreto Ábalos’, la mayoría de las administraciones del país los ha dejado sin regulación para trabajar en condiciones normales. Para más complicación, algunas comunidades autónomas, como Cataluña, han regulado con el objetivo de sacar a las VTC del mercado. 

Ahora tienen que enfrentar a Mark MacGann, el empresario que filtró los documentos secretos de Uber a la prensa británica y que se ha unido a los taxistas para pedir cambios en las instituciones comunitarias, lo que en muchos nichos se conoce como «Bruselas». En su extenso testimonio frente al Parlamento Europeo, el ex directivo de la empresa aseguró que para evitar los abusos de empresas como Uber, Cabify o Bolt sería necesaria una ley modelada alrededor de la ‘Ley Rider’ española, que les obligara a contratar directamente a sus conductores. 

Esto rompería el modelo de negocio de estas empresas que se presentan como un intermediario entre conductores autónomos, o en cualquier caso empresas como Auro o Vecttor, y el público. Les obligaría, por tanto, a hacerse responsables directamente de sus conductores y no depender de ‘falsos autónomos’ como es el caso hasta ahora de buena parte de los involucrados. 

UBER SIGUE ACUMULANDO DERROTAS EN TRIBUNALES POR EL EMPLEO

Lo cierto es que Uber tiene motivos para preocuparse. La mayoría de las veces que se ha analizado su relación con los conductores, los tribunales suelen señalar que deberían ser sus empleados. Les ha pasado ya en Francia en 2020 en Reino Unido en 2021 y acaba de ocurrirles en Nueva Zelanda, donde intentaran recurrir la sentencia. Es un punto que además les ha complicado implantar del todo el modelo en Latinoamérica, donde Brasil y Uruguay han repetido los argumentos europeos, solo Perú defiende que la aplicación no es más que un intermediario.

Visto así, una posible ‘Ley Rider’ para los conductores de VTC en Europa los pondría en un problema. Ya en España Uber Eats y Glovo han sido señalados, y multados, por el uso de falsos autónomos, y dado que el modelo de contratación de Cabify, Bolt y demás es el mismo, lo normal sería que se viera la posibilidad de implantar una norma parecida, al menos si desde el congreso siguen la misma lógica.  

¿CÓMO CONTRATAN SUS CONDUCTORES LAS VTC EN ESPAÑA?

Lo cierto es que para las VTC sus conductores no son empleados, sino simplemente prestadores de servicio a los que ellos conectan con posibles usuarios. Por ello, los contratos de trabajadores se realizan o bien de forma autónoma o bien a través de empresas intermediarias como Auro, que pone en contacto a conductores con cualquiera de las empresas de transporte puerta a puerta, o Vecttor, que trabaja directamente con Cabify y fue fundada por la empresa española. 

Pero ninguno de los dos casos basa sus contratos en horas de viaje, sino que dependen de la facturación del día de los conductores. Es, por tanto, un modelo donde factores tan variados como un evento puntual o la lluvia pueden cambiar el ingreso de ese día de un conductor. Además, para aspirar a loa incentivos que ofrecen deben contar con un buen ranking de usuarios y en algunos casos cumplir con facturaciones que pueden necesitar más de 10 horas de viajes para cubrirlas.

Son datos que han sido señalados en su discurso por MacGann quien asegura que este modelo de retribución es clave para mantener en estas empresas en números verdes, a los que apenas han llegado en los últimos años y de los que se habían alejado tras el parón pandémico. A pesar de ello, hay conductores que defienden que son una de sus únicas opciones de trabajo dado la dificultad de conseguir una licencia de taxi. 

EL RESTO DE LAS ACUSACIONES DE LOS UBER FILES

Vale decir que McGann no se ha quedado únicamente en señalar a Uber por su modelo de empleo. Durante su testimonio reconoció varias tácticas de lobby usadas para poner presión a los gobiernos, tácticas de evasión de impuestos e incluso la forma en que la empresa decidió ignorar la preocupación de los propios conductores cuando los taxistas empezaron a protestar para proteger su negocio en la UE.

A pesar de sus críticas, el ex directivo mantiene que el concepto de Uber sigue siendo una buena idea en sí misma, señalando que el problema es realmente que la empresa dejo de preocuparse por el bienestar de sus conductores. «No creamos un nuevo tipo de trabajador, sino que buscamos una forma de no cumplir las responsabilidades que vienen con tener empleados», aceptó.

Pero también ha insistido que un concepto como el de Uber, que facilite a los trabajadores la conexión con los usuarios de transporte puerta a puerta. Sin embargo, subrayo que desde la empresa era necesario replantearse el modelo de contratación, no solo por el bien de los trabajadores, sino para poder retenerlos por más tiempo.

Ernesto Rodriguez
Ernesto Rodriguez
Periodista, entrevistador e investigador de oficio. Amante del cine, la música y Political Junkie. Escribo de empresas de transporte, cultura y sanidad