Las provisiones ponen en juego la moratoria general para hipotecas

Un nuevo duelo entre deseo y realidad. La situación actual de incertidumbre y nubarrones sobre la economía española está provocando que casi cada día salgan a la luz nuevas ideas sobre acciones que llevar a cabo para paliar las complicaciones que puedan tener los ciudadanos y, de fondo, las empresas, entre ellas las del sector financiero. Una de las medidas de las que más se está hablando es la relativa a la posibilidad de una nueva moratoria para el pago de hipotecas (12 meses). Sin duda, es una idea con muchos apoyos, pero la clave de la misma esta no solo en el seno de las entidades sino en la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés), ya que en función del criterio que siga la EBA, las entidades podrían tener que hacer provisiones adicionales.

EL PROBLEMA DE LAS HIPOTECAS

Mientras no hay un acuerdo colectivo que se agregue al Código de Buenas Prácticas, cada en entidad va a seguir su modelo sobre los casos de las personas con dificultades de pago.  

Con motivo de la pandemia, la moratoria llegó a 12 meses. Ahora esta opción es más complicado que se lleve a cabo. En este sentido, cobra mucha fuerza la opción del congelamiento de cuotas que la posibilidad de que se produzca una moratoria de doce meses, como habían propuesto algunas entidades en el marco de las medidas que se pueden incorporar al Código de Buenas Prácticas de los bancos. Un punto muy importante si hay una nueva moratoria es el relativo al alcance: total, es decir, sobre capital e intereses, o solo sobre el capital.

cobra mucha fuerza la opción del congelamiento de cuotas

El problema para las entidades es que esta moratoria, salvo que primero el BCE y luego la EBA digan lo contrario, implicaría nuevas provisiones por reclasificación.

LA EXPECTATIVA

De este modo, los ciudadanos, que están a la expectativa de ver qué resulta, cuál es el desenlace de esta obra que se está desarrollando, se pueden ir haciendo a la idea de que las provisiones que tendrían que asumir las entidades financieras que desarrollan su labor en España son el principal obstáculo para que haya un enfoque colectivo, es decir, una aplicación conjunta surgida del acuerdo. Y aquí es donde la EBA, el organismo que preside José Manuel Campa tiene reservado un papel importante en esta película. La EBA juega un rol fundamental porque puede tomar la misma decisión por la que apostó en plena pandemia y que supuso que no hubiera provisiones extra a asumir por las entidades financieras, lo que aligeró la carga a las entidades financieras.

LA EBA ES QUIEN TIENE LA DECISIÓN FINAL EN SU MANO

Con la regulación bancaria actual en Europa, una moratoria en el pago de las cuotas hipotecarias obligaría a reclasificar estos créditos a los que se aplicase una moratoria como créditos bajo vigilancia. Se incluirían en lo que en argot financiero se conoce como stage 2 o riesgo computable en riesgo 2 y que no es otra cosa que préstamos al corriente de pago pero que dan señales de deterioro.

La primera mano depende del Banco Central Europeo,  el organismo que preside Christine Lagarde, que, dada la situación, puede volver a aplicar la excepcionalidad de la época de la pandemia, lo que daría un respiro a las entidades financieras. Después, en caso de que el supervisor que dirige Lagarde diera el visto,  la Autoridad Bancaria Europea tendrá la última palabra porque es la encargada de desarrollar y aplicar la normativa bancaria en Europa.

LA PROPUESTA QUE SE ATRIBUYE A CAIXABANK

Mientras, la medida que está ganando enteros es de aplicar una congelación de las cuotas, de manera que las cantidades en que deberían haber subido las cuotas se pasarían a cobrar al final de la vida del préstamo sin necesidad de ampliar el plazo del mismo (ya que ello obligaría a hacer una novación de la hipoteca, con los consiguientes gastos para la entidad y el cliente).

Según se ha publicado, la de la congelación de cuotas es una medida propuesta por Caixabank, que siempre trata de estar a la vanguardia en medidas sociales. La visión de la sociedad, que ve a Caixabank como un banco con un mayor tinte social que cualquier otro, hace que el banco se exija mucho al respecto. Tienen el recuerdo de la crisis de 2007 que afectó a la reputación del sector, aunque CaixaBank mantuvo su buena imagen en la sociedad española. En el banco no hacen comentarios.

lA VISIÓN DE LA SOCIEDAD HACE QUE CAIXABANK SE EXIJA MUCHO

También hay que tener en cuenta que el Estado está presente en el capital del banco y, en cierto modo, eso también tiene influencia y mete presión a la entidad. Y es que al Gobierno, por interés colectivo y electoral, le interesa que los bancos apliquen medidas que alivien a los ciudadanos.

Mientras tanto, fuentes financieras insisten en que la morosidad es muy baja, si bien las entidades trabajan para atender los casos que sean necesarios.  

LA TRASTIENDA DE LA EBA

La EBA publicó el 2 de abril de 2020 las directrices relativas a las moratorias legislativas y no legislativas de los reembolsos de préstamos aplicadas a la luz de la crisis de la COVID-19 (EBA/GL/2020/02). La Comisión Ejecutiva del Banco de España, en su calidad de autoridad competente de la supervisión directa de las entidades de crédito menos significativas, así como de los establecimientos financieros de crédito, las adoptó como propias el día 19 de mayo de 2020.

La EBA publicó el 2 de abril de 2020 las directrices relativas a las moratorias legislativas y no legislativas de los reembolsos de préstamos

Con posterioridad, el 25 de junio de 2020, la EBA publicó una modificación (EBA/GL/2020/08) de las directrices anteriores, donde la única enmienda se refería al plazo de aplicación. Concretamente, antes de la modificación se exigía que la moratoria se hubiera puesto en marcha antes del 30 de junio de 2020 y, después, se extendió ese plazo hasta el 30 de septiembre.

Al respecto fuentes del BCE recuerdan que “el BCE también amplió la flexibilidad en la clasificación de los riesgos cubiertos por moratorias legislativas y no legislativas, siguiendo las directrices de la EBA sobre las moratorias legislativas y no legislativas para el reembolso de préstamos aplicadas a la luz de la crisis del coronavirus, en su versión modificada. Más concretamente, el BCE cumplió con las mencionadas directrices de la EBA”.

Por su parte, la Comisión Ejecutiva del Banco de España, en calidad de autoridad competente de la supervisión directa de las entidades de crédito menos significativas, así como de los establecimientos financieros de crédito adoptó estas modificaciones el 14 de julio de 2020.

LA PRÓRROGA

En septiembre, la EBA decidió no volver a prorrogar las Directrices, e invitó a las entidades a volver a sus prácticas crediticias habituales. Sin embargo, la severidad de la segunda ola de la COVID-19 y las consiguientes restricciones puestas en marcha por muchas jurisdicciones europeas, han llevado a la EBA a reconsiderar su decisión, y el pasado diciembre decidió reactivarlas de nuevo.

Esta reactivación se ha producido a través de las Directrices EBA/GL/2020/15, publicadas el 2 de diciembre de 2020.

Las directrices revisadas estuvieron en marcha hasta el 31 de marzo de 2021

Las directrices revisadas estuvieron en marcha hasta el 31 de marzo de 2021. Incluyeron salvaguardas adicionales para evitar un incremento de pérdidas no reconocidas en los balances de las entidades.

Las Directrices EBA/GL/2020/15 fueron adoptadas por la Comisión Ejecutiva del Banco de España, en su calidad de autoridad competente de la supervisión directa de las entidades de crédito menos significativas, así como de los establecimientos financieros de crédito el 22 de enero de 2021.

José María Lanseros
José María Lanseros
José María. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Redactor especializado en el sector financiero, en especial lo relacionado con banca y seguros. Me encanta mezclar y empresa y deporte y estoy empezando a tomarle el pulso al sector de las telecos.