Así engañan las aerolíneas europeas con las compensaciones de carbono

Las principales aerolíneas europeas están engañando a sus pasajeros con las compensaciones de emisiones que dicen realizar. British Airways, Ryanair, easyJet, Lufthansa, Air France, KLM, Wizz Air y SAS Airlines aseguran a sus clientes estar compensando las emisiones de carbono, pero un estudio sugiere que los esfuerzos de las compañías aéreas no están siendo suficientes para cumplir con los objetivos.

Así lo asegura el nuevo informe realizado por la ONG Carbon Market Watch, donde destacan que las aerolíneas de Europa están engañando a sus pasajeros cuando afirman que pueden volar sin culpa por la contaminación que vierten sobre el planeta, ya que lo equilibran con las compensaciones de carbono para neutralizar el impacto ambiental de los viajes cubren.

Y es que, quitando el año marcado por la pandemia del Covid-19, las emisiones de las aerolíneas han ido aumentando constantemente durante las últimas dos décadas y, si no se controlan, los expertos aseguran que podrían triplicarse para 2050.

De hecho, a nivel mundial, la industria genera aproximadamente mil millones de toneladas de CO2 por año. Siendo una de las industrias más contaminantes del planeta, las aerolíneas tratan de calmar la conciencia de los viajeros comercializando sus inversiones corporativas y alentando a los pasajeros a comprar estas compensaciones para cubrir sus propios vuelos.

Sin embargo, estos «esfuerzos» voluntarios no funcionan, porque los operadores aéreos utilizan compensaciones baratas y de baja calidad que no pueden garantizarse para reducir las emisiones en otros lugares, tal y como afirma Carbon Market Watch.

PROYECTOS FORESTALES BARATOS EN PAÍSES EN DESARROLLO

Las aerolíneas dependen principalmente de compras de créditos de carbono baratos y de baja calidad, a través de acciones como la plantación de árboles y proyectos forestales en países en desarrollo. Estos proyectos suelen terminar siendo temporales debido a incendios, sequías o tala de árboles. Es decir, en última instancia, hacen poco para eliminar el dióxido de carbono de la atmósfera y almacenarlo a largo plazo.

Estas conclusiones de basan en un estudio de la firma de investigación alemana Öko-Institut, que evaluó la escala y la calidad de las políticas de reducción de emisiones entre mayo y julio de este año de las ocho aerolíneas más grandes de Europa, responsables colectivamente de más de la mitad de las emisiones totales de CO2 del país.

El estudio determina que casi todas las aerolíneas evaluadas en este periodo dependen de compensaciones de proyectos forestales baratos en países en desarrollo, algo que puede suponer problemas a largo plazo por la vulnerabilidad de estos territorios.

En este sentido, los árboles pueden quemarse, morir o ser talados si las políticas impulsadas por sus gobiernos cambian, revirtiendo su almacenamiento de carbono. Una situación que hace posible que las medidas no funcionen el tiempo suficiente para compensar realmente el carbono emitido durante la actividad de los aviones.

LA SOLUCIÓN PASA POR REDUCIR VUELOS

Si bien las compañías del sector no pagan por su contaminación, las aerolíneas están engañando a sus clientes cuando afirman que están operando con neutralidad climática al contribuir a través de las compensaciones de carbono, pues estas son de baja calidad, según los datos de la organización sin ánimo de lucro.

Las emisiones de la aviación están reguladas por el sistema de comercio de emisiones de la Unión Europea (UE), que actualmente está bajo revisión. En este sentido, para Carbon Market Watch la UE debería expandir su alcance para cubrir todos los vuelos que salen y llegan al Espacio Económico Europeo, en lugar de solo aquellos dentro de la zona.

Cabe destacar que los autores del estudio aseguran que tuvieron que calcular las cifras según estimaciones, debido a la opacidad de las aerolíneas, tanto en sus informes públicos como en respuesta a preguntas. Según su investigación, los precios de compensación pagados por las aerolíneas y sus clientes eran demasiado bajos para realizar una reducción significativa en las emisiones.

Asimismo, Carbon Market Watch denominó a estas compensaciones como una «alternativa más barata y conveniente, que no requiere cambios en la forma en que funcionan o en el modelo de negocios». Es por ello que las aerolíneas que comercializan vuelos sin emisiones de carbono «podrían alentar un mayor crecimiento en los viajes aéreos cuando deberíamos estar buscando volar menos«.

SOLO EASYJET VA EN LA DIRECCIÓN CORRECTA

De las ocho aerolíneas evaluadas, solo EasyJet parece ir en la dirección correcta. La compañía de bajo coste tiene como objetivo hacer que todos sus vuelos sean neutros en carbono y no requiere ningún tipo de suscripción del cliente para compensar las emisiones.

De este modo, EasyJet informó que compensó millones de toneladas más de gases de efecto invernadero tanto en 2019 como en 2020 que su siguiente competidor ecológico más cercano, SAS. Si bien cabe destacar que muchas de ellas todavía se realizaron a través de esas compras de crédito forestal de mala calidad y probablemente ineficaces.

La firma británica también fue solo una de las tres aerolíneas que incluyeron vapor de agua y gases de efecto invernadero potentes y contaminantes distintos del dióxido de carbono en sus cálculos de emisiones. Además, EasyJet fue la única empresa que proporcionó voluntariamente suficiente información sobre sus programas de acción climática para un análisis adecuado.

Aunque, lo más importante es que la aerolínea anunció a principios de este año que pronto eliminaría su programa de compensación a favor del trabajo para reducir las emisiones. EasyJet ha asegurado que planea cambiar el enfoque para invertir en aviones más sostenibles, mejores combustibles y otras mejoras operativas.

Es por ello que Carbon Market Watch sugirió que el resto de aerolíneas deberán seguir el ejemplo de EasyJet. “Las aerolíneas necesitan urgentemente implementar reducciones dramáticas en sus propias emisiones en lugar de pagar a otros para que lo hagan”, aseguró la organización.