La crisis de la libra deja a IAG sin pista de aterrizaje

El grupo de aerolíneas IAG no encuentra pista de aterrizaje en el mercado. El holding dueño de Iberia y British Airways pierde el 36% de su valor en 2022 y sus acciones siguen cayendo en picado ante un contexto económico de incertidumbre y temor por una recesión. El último batacazo al valor del grupo presidido por Luis Gallego tiene que ver con la crisis de la libra esterlina en Reino Unido, tras las medidas fiscales anunciadas por el Gobierno conservador de Liz Truss.

La bajada generalizada de impuestos anunciada por la primera ministra de Reino Unido, a pesar del entorno inflacionista, ha provocado la caída de la libra y el aumento del coste de la deuda pública. El Banco de Inglaterra (BoE) ha tenido que intervenir para evitar daños en los fondos de pensiones e incluso el FMI (Fondo Monetario Internacional) ha instado al Ejecutivo británico a reconsiderar esta agresiva política fiscal.

Bajo este contexto, las compañías cuya actividad o parte de ella genera ingresos en libras pueden tener un problema. Para el grupo británico-español, British Airways es el principal motor económico y sus numerosas dificultades están siendo perjudiciales para el grupo, desde la escasez de personal en grandes aeropuertos como el de Heathrow o las huelgas que ha sufrido durante los meses de verano, hasta la actual crisis de la divisa del país.

IAG SUFRE EN BOLSA A PESAR DE ESTAR CUBIERTA

Es por ello que la cotización de IAG ha caído en los últimos días un 6%, en paralelo a la caída de la libra, y ya acumula un descenso superior al 37% en el año. Una situación de la que no sale, debido a las malas perspectivas económicas y a las dificultades que tendrá el sector de las aerolíneas para mantener la recuperación registrada durante el verano de cara a la recta final del año.

«Las cuentas de IAG se ven siempre afectadas por tres factores: el nivel de actividad económica, el precio del petróleo y el tipo de cambio de sus dos divisas de base (libra y euro) con el dólar», explica a Merca2 Antonio Castelo, analista de iBroker. La volatilidad en el mercado del crudo ha presionado a la baja el valor de la compañía, que ahora se enfrenta a la debilidad económica de un consumidor cuya moneda oficial seguirá perdiendo valor en comparación con un dólar fuerte, según los expertos.

«Además, ahora están penalizadas por las malas perspectivas de crecimiento, la alta inflación y laS subida de tipos afectaráN al consumo»

En este sentido, no sólo cuentan los billetes de avión que adquieren con libras los clientes británicos, sino que las compras de combustible se suelen realizan en dólares, por lo que, cuanto menos valor tenga la divisa oficial de Reino Unido, más costoso será el desembolso para llenar los depósitos de sus aviones. Aún así, los efectos negativos de esta circunstancia para IAG solo están siendo bursátiles, ya que los expertos consideran que no tendrá un gran impacto en sus cuentas de resultados.

«Desde hace tiempo, para paliar los efectos que puedan causar divisas y petróleo la compañía utiliza coberturas financieras y les suele funcionar bastante bien, ya que siempre consiguen paliar la volatilidad de ambos factores. Esta vez no creemos que sea muy diferente y pronto veremos, cuando presenten sus próximas cuentas trimestrales, el efecto que ha tenido la caída de la libra en sus cuentas y en su patrimonio», señala Castelo.

LA CAÍDA DE LA ACTIVIDAD ES LA VERDADERA PREOCUPACIÓN

De momento, IAG ha asegurado que todas las aerolíneas del grupo volverán a la rentabilidad a finales de 2022, en línea con los buenos datos de la temporada estival en el sector. Sin embargo, los expertos señalan otros factores financieros a tener en cuenta.

«La mayor parte de las aerolíneas han vuelto a obtener rentabilidad, pero hay que tener en cuenta que sus balances quedaron muy debilitados durante la pandemia, por lo que ahora tienen que responder por una mayor deuda en un entorno de subidas de tipos», destaca Joaquín Robles, analista del bróker XTB.

«Además, ahora están penalizadas por las malas perspectivas de crecimiento, la alta inflación y la subidas de tipos afectará al consumo. Las compras discrecionales son las mas vulnerables en un ciclo recesivo, por lo que los ingresos de las aerolíneas podrían volver a estar comprometidos», añade el experto.

«Es muy difícil saber dónde esta el suelo, en el corto plazo tiene un nivel de soporte de relevancia en 0,97 céntimos por acción»

Por su parte, la opinión de Antonio Castelo se encuentra en el mismo plano, asegurando que la principal preocupación es el descenso en el consumo por el aumento del coste de la vida. «Francamente, pensamos que es más preocupante la caída de la actividad económica que puede estar por venir que el impacto directo que pueda tener la caída de la libra».

A pesar de todas las dificultades de los últimos dos años, la compañía goza de una buena estructura financiera. Lo que ha evitado los rumores de una posible ampliación de capital durante los últimos meses, incluyendo a diferentes firmas de inversión que apostaban en sus análisis por llevar a cabo esta operación. Pero el presidente del grupo ya descartó esta posibilidad debido a que la liquidez del grupo está en «máximos históricos», según explicó recientemente.

SU COTIZACIÓN PENDE DE UN HILO

Pero, más allá del reciente optimismo, las perspectivas de recesión en Europa sumadas al contexto económico británico están empujando a la cotización de IAG al fondo del Ibex 35, pulverizando mínimos anuales cada vez más deprisa. Las acciones de la compañía se sitúan en los 1,069 euros, desde los 2 euros que alcanzaron a principios de año, y, por el momento, no avistan suelo donde aterrizar.

«Es muy difícil saber dónde esta el suelo. En el corto plazo tiene un nivel de soporte de relevancia en 0,97 céntimos por acción, pero dependerá en mayor medida de como empeoran las perspectivas económicas», asegura Joaquín Robles.

El precio objetivo establecido por el consenso de analistas que recoge Bloomberg ha pasado del entorno de los 2,5 euros a finales de año, a los 1,94 euros por acción actualmente, lo que hace que la acción de IAG cotice con un descuento del 71% respecto al precio promedio. Un desfase entre el potencial de revalorización de la empresa y el precio real que solo se entiende por los factores externos a la compañía, tal y como explican los expertos.

«La visibilidad sobre el sector de las aerolíneas es todavía reducida debido a las consecuencias de la guerra en Ucrania, a las cada vez mayores dudas sobre el crecimiento económico global por la inflación y a los precios del petróleo, a lo que ahora se unen la evolución negativa de las dos divisas base de la compañía (libra y euro) frente al dólar», explica Castelo.

«Su cotización está prácticamente en los mínimos alcanzados en septiembre y octubre de 2020, en uno de los momentos de mayor incertidumbre y dureza de la pandemia. Perderlos supondría prácticamente un movimiento de caída libre», concluye Castelo