Volatilidad y dolor: el mercado se prepara para la recesión

Los bancos centrales están inmersos en su misión de reducir la inflación a base de subir los tipos de interés y lo más probable es que las medidas acaben provocando una recesión mundial. La Reserva Federal de EE.UU. (Fed) anunció el miércoles subidas de hasta 75 puntos básicos en concordancia con la estrategia de los últimos meses, lo que supone un rango del 3,0% al 3,25%, su nivel más alto en 14 años.

La reacción de otras instituciones monetarias ha seguido la misma tendencia, con el Banco Nacional de Suiza (SNB) subiendo las tasas al mismo nivel después de siete años sin hacerlo y el Banco de Inglaterra (BOE) ejecutando su mayor alza de tipos desde diciembre de 2008.

Por su parte, el Banco Central Europeo (BCE) continuará con la misma estrategia, tal y como lo ha confirmado el Consejo de Gobierno del organismo en su último Boletín Económico. La próxima cita será el 27 de octubre, cuando está previsto que anuncien la nueva subida de tasas con el objetivo de reducir la inflación al 2% en el medio plazo. En diciembre será la última reunión y probablemente última subida de tipos del BCE en 2022.

Los expertos consideran que esta cadena de medidas orquestadas por las principales instituciones monetarias de los países desarrollados tendrán consecuencias negativas para el crecimiento de la economía. También lo estiman así los propios dirigentes de los bancos centrales como Jerome Powell.

Tras acometer la nueva subida de tipos, el presidente de la Fed aseguró en su discurso que la economía experimentará un periodo sostenido de «crecimiento por debajo de la tendencia» en el futuro. Un eufemismo para evitar hablar directamente de la recesión que muchos expertos ya asumen para el 2023.

REDUCIR LA INFLACIÓN SERÁ UN PROCESO DOLOROSO

Del mismo modo, Powell usó ese tono más duro para referirse a los efectos de esta política monetaria en el mercado laboral, asegurando que las subidas de tipos conllevarán «dolor» en el proceso de lograra contener la demanda, pero que son necesarios para recalibrar con la oferta.

Asimismo, el Comité Federal del Mercado Abierto (FOMC) de la Fed también publicó el último Resumen de Proyecciones Económicas, que sugiere que el tipo de interés de los fondos federales se mantendrá más alto durante más tiempo, mientras que las previsiones de crecimiento se revisaron a la baja.

En un futuro más inmediato, las últimas proyecciones económicas prevén que los tipos terminen 2022 en el 4,4%, lo que implica que podría haber hasta 125 puntos básicos de subida de tipos repartidos entre las dos reuniones restantes del FOMC este año.

En Europa las perspectivas van en la misma línea, aunque la situación es más compleja. La posibilidad de un aumento en la gravedad de la crisis energética por el recrudecimiento de la guerra entre Rusia y Ucrania prevé un escenario inflacionario preocupante en los próximos meses.

Tanto los mercados de renta variable como los de renta fija fluctuaron durante la conferencia de prensa del presidente Powell mientras los inversores evaluaban tanto sus comentarios como las últimas proyecciones económicas. Un comportamiento de los mercados marcado por la volatilidad, también reforzada por la decisión de Putin de movilizar a 300.000 reservistas para luchar en el frente en Ucrania.

MAYOR VOLATILIDAD A MEDIDA QUE SUBAN LOS TIPOS

Y esta volatilidad parece que será la protagonista en el corto plazo, si bien existen voces en el mercado que apuntan a mayores caídas de las bolsas. En renta fija, los rendimientos de los bonos del Tesoro despuntaron tras los anuncios de los bancos centrales, mientras que la renta variable las reacciones están siendo mixtas.

«Aunque la decisión del FOMC de aumentar el tipo de interés de los fondos federales en 75 puntos básicos era ampliamente esperada, la atención se centró en las últimas proyecciones económicas del FOMC y en el mensaje transmitido por el presidente Powell durante la conferencia de prensa posterior», aseguran los analistas de Deutsche Bank en un reciente informe sobre las medidas anunciadas por la Reserva Federal.

«A medida que la Reserva Federal continúe su camino hacia unos tipos aún más altos, se sentirá una mayor volatilidad tanto en los mercados de renta variable como en los de renta fija, ya que los inversores se ajustan al objetivo móvil que es el tipo terminal», añaden los expertos del banco alemán.

Para los analistas de Bankinter, lo malo de esta estrategia de los bancos centrales es que tiene efectos secundarios en materia de empleo, PIB y beneficios, que se colocarán a la baja en los próximos trimestres. «Por eso las bolsas están atenazadas. La incertidumbre macro es elevada (prima de riesgo al alza) y la subida de tipos es un lastre para las cuentas de resultados, especialmente para sectores como el inmobiliario y compañías con alto endeudamiento», aseguran.

¿DÓNDE ESTÁ EL REFUGIO EN EL MERCADO?

En este contexto, los inversores buscan refugio en una activos que puedan tener menor riesgo en el mercado, como históricamente han sido la deuda, el dólar o el oro. Sin embargo, parece que la volatilidad se ha instalado de forma general. «¿Sirven los bonos como refugio? Todavía no porque tienen que convivir con tipos más altos durante bastante tiempo (¿2024?) y una inflación alta (+8,3% en EEUU, +9,1% en la UEM…)», destacan desde Bankinter.

En cuanto al dólar, su cotización ha estado lastrada durante la jornada del jueves por las medidas tomadas por el Banco de Japón para intervenir el mercado de divisas comprando yenes para evitar su depreciación, mientras vendía monedas internacionales. Sin embargo, las subidas de tipos impulsadas por la Fed auguran nuevas subidas para el billete verde en el futuro, según los expertos.

Una situación favorable también para las entidades financieras, que registran subidas considerables en la última sesión. En España, bancos como CaixaBank, Banco Santander, Bankinter o Banco Sabadell cotizan al alza tras la oleada de subidas perpetradas por las instituciones monetarias en las últimas horas.

Por contra, en el mercado criptográfico la situación es distinta. Las principales criptomonedas sufren caídas por el contexto macroeconómico. El bitcoin lucha por mantener los 19.000 dólares y el ethereum, con la fusión ya completada desde hace una semana, tampoco levanta el vuelo y se sitúa cerca de los 1.300 dólares.