No puede estar siendo un año tranquilo en las oficinas de Uber. La empresa de transporte ha pasado estos meses saltando de una controversia a otra, entre la publicación de los Uber Papers, que señalan a la empresa por delitos como extorsión, sobornos e incluso la creación de aplicaciones espejo para esconder algunos movimientos de la policía. Ahora, reportan el peor hackeo de su historia.
El problema fue reportado por sus oficinas principales en Estados Unidos donde los programadores informaron la imposibilidad de ingresar en las aplicaciones internas. Poco tiempo después se habrían subido imágenes incómodas al sistema de la empresa y enviadas a todos los empleados.
ACCESO COMPLETO A LA INFORMACIÓN
Según explicó al New York Times el propio hacker de 18 años, que por supuesto no se ha identificado, en este momento tiene acceso a «todo Uber», asegurando que incluye la información de empleados, conductores y usuarios. El hacker, que solo tuvo que convencer a un empleado de compartir su contraseña, no ha dicho que planea hacer con la información señalando que simplemente lo hizo porque «era fácil».
Si el hacker no miente sería una falla de seguridad de magnitudes históricas. De hecho la única comparación en la empresa es un caso de 2016 donde los hacker les pedían unos 100.000 dólares para borrar su copia de la información de 57 millones de personas entre conductores y clientes.
Pero en este caso además el pirata informático asegura tener documentos internos de la empresa, lo que debe generar nerviosismo tras otro escándalo más temprano este año.
¿QUÉ DESCUBRIERON LOS ‘PAPELES DE UBER’?
La publicación de los documentos internos de la empresa, salidos de una filtración interna, ha sido uno de sus escándalos más complejos. Según la publicación original en The Guardian la empresa tenía varios métodos para saltarse problemas legales y para protegerse en caso de una emergencia.
el pirata informático asegura tener documentos internos de la empresa
Probablemente la principal arma de la empresa para cumplir estos objetivos era una importante inversión en lobbying que permitió a la empresa hablar directamente con jefes de Estado y ministros de transporte y economía, con tal de evitar a los gobernadores y alcaldes que debían regular su actividad directamente y que muchas veces podían mostrarse menos favorables.
Pero además la empresa habría diseñado otros medios para protegerse. Entre estos una aplicación espejo que permitía ocultarle a la policía la ubicación real y la cantidad de vehículos en circulación al momento, y finalmente el documento expuso que la empresa tenía preparado un «Kill Switch» para poder borrar documentos incriminatorios en caso de una revisión policial.
Además los documentos demostraron que la empresa utiliza varias medidas para evitar el pago de impuestos. Quizás el caso más llamativo fue el del ejecutivo Fraser Robinson a quien la empresa le pidió que saliera de Reino Unido con destino a Amsterdam para evitar las leyes impositivas británicas. Robinson no quiso mudarse y finalmente tuvo que renunciar a su cargo.
GUERRA CONTRA LOS TAXIS
Mientras enfrenta estos dos escándalos la empresa además ha tenido que lidiar con los taxistas españoles. Las organizaciones aprovechan el final del decreto de Abalos para regular las VTC en 2018 para retomar la lucha contra Uber, Cabify y las demás.
En Madrid, parte de los taxistas están protestando contra la llamada «ley Uber» de Ayuso. Esta nueva medida permite a los taxis puedan trabajar las 24 horas durante todo el año, como ya lo hacen las VTC, además de obligar a las aplicaciones a pagar a los usuarios cuando sean estás las que cancelen el viaje.
Ambas decisiones, anunciadas por la propia Ayuso en el mes de enero, han sido vistas como insuficientes por los taxistas. En el caso de las 24 horas de servicio continuo la Federación Profesional del Taxi, principal asociación de taxistas de la capital, fue bastante crítica. De hecho Julio Sanz, su presidente, la calificó como «indignante» acusando que podría causar un «peor servicio» de cara a los usuarios.
Mientras tanto en Cataluña la pelea ha terminado por llegar al Parlament, con organizaciones como Elite Taxi a la cabeza buscando directamente que se prohíba la operatividad de Uber, Cabify y demás operadoras VTC apoyadas en la filtración de las actividades ilegales.
Ya en Barcelona se han asestado un par de golpes bastante fuertes. En 2019 Uber se vio obligada a dejar de operar con vehículos con licencia de alquiler, y este año se ha agregado la exigencia de que los vehículos deben tener 4.9 metros de largo. Está ultima ha llevado a unos parachoques algo absurdos.
Más recientemente en Málaga los taxistas redujeron su servicio a la mitad como forma de protesta. La medida se hace con los conductores exigiendo el cierre total de Uber y de otras VTC.
