Tras el anuncio de la ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, de topar los precios de los alimentos básicos, gran parte de sectores de la distribución, como son los supermercados y los hipermercados, han puesto el grito en el cielo y se han posicionado en contra de esta medida. Asimismo, hasta los proveedores, como los agricultores también han desechado esta propuesta por considerarla completamente inviable.
Sin embargo, ahora otra industria que es la principal proveedora de uno de los alimentos de primera necesidad, como es el pan, también se ha revelado contra este intento de Díaz de intervenir los precios. Para ello, la patronal de las panaderías (Ceoppan) ha defendido que la regulación de los costes solo beneficiaría a las grandes superficies y que empobrecería a los comercios locales.
Ante esta situación de intento de regular los precios por parte de Díaz, el sector de la distribución ha propuesto una medida unánime, que consiste en solicitar al Gobierno una reducción del IVA en el precio de los alimentos de primera necesidad.
Asimismo, el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha indicado que el esquema general establecido admite «pocos ajustes» y que «ahí hay poco margen de maniobra».
CEOPPAN EN CONTRA DE INTERVENIR LOS PRECIOS
La Confederación Española de Panadería, Pastelería, Bollería y Afines (Ceoppan) ha solicitado al Gobierno que no se adopten medidas intervencionistas sobre el precio de los alimentos básicos, entre ellos el pan, por ser medidas que beneficiarán «exclusivamente a los grandes operadores del mercado en perjuicio de los micro, pequeños y medianos elaboradores».
Ceoppan, que agrupa a las micro, pequeñas y medianas empresas –artesanas y tradicionales– panaderías o elaboradoras de pan y productos de confitería en España, ha solicitado esta medida en el marco de una batería de medidas para sobrepasar la «delicada» situación que afronta el sector.
«la destrucción del pequeño comercio y, en consecuencia, la eliminación de la competencia»
La patronal ha explicado en un comunicado que una medida como esta perjudicaría al conjunto del comercio de proximidad y se verá reducida su cuota de mercado por el efecto llamada del consumo hacia las grandes superficies, provocando «la destrucción del pequeño comercio y, en consecuencia, la eliminación de la competencia con el consiguiente perjuicio a medio y largo plazo para todos los consumidores».
Asimismo, Ceoppan ha pedido que se reconozca el «papel fundamental» del pan artesano y tradicional, así como de las panaderías tradicionales, y que se garantice a las empresas el acceso a la energía y las materias primas, teniendo en cuenta su condición de alimento básico.
TENSIÓN EN LA CADENA DE SUMINISTROS DEL PAN
La asociación ha indicado que la guerra en Ucrania ha provocado «una enorme tensión en la cadena de suministro de las panaderías, que se enfrenta a una amplia gama de aumentos de costes». De hecho, los precios de la harina, la energía, los transportes y de la mayoría de materias primas, suministros y servicios imprescindibles para fabricar pan están teniendo unos incrementos que llevan a las empresas a una «situación crítica».
«Si bien nuestras empresas están haciendo todo lo posible para mitigar el impacto hacia los consumidores y continuar produciendo, Ceoppan ve con enorme preocupación las iniciativas que se están llevando a cabo con el objetivo de bloquear los precios de los alimentos básicos», ha remarcado la patronal, que ha explicado que frente a las posibilidades que una gran empresa de distribución podría tener para compensar el impacto de una medida de este tipo, las empresas a las que representa «no tendrían ninguna alternativa para absorberlo».
Es por ello que Ceoppan solicita que se sigan reduciendo las barreras comerciales a las importaciones de terceros países para prevenir la escasez de materias primas agrícolas esenciales, que son fundamnetales para que las panaderías produzcan el pan.
La patronal también demanda que se amplíe el acceso a las medidas de mitigación para los operadores de las empresas alimentarias, adoptando medidas estructurales para mitigar el impacto de la inflación en los costes de energía, transporte y mano de obra, así como flexibilidad en las medidas de apoyo local y ayudas estables para los operadores de empresas alimentarias en materias como IVA, impuestos, tasas, temporalidad o desempleo.
LA REDUCIÓN DEL IVA IMPOSIBLE
Respecto a una eventual bajada del IVA de los alimentos, el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, ha señalado que el esquema general establecido admite «pocos ajustes» y además, según ha indicado, las consecuencias, tanto individuales como colectivas, desde el punto de vista, de cada familia serían muy limitadas, yo creo que ahí hay poco margen de maniobra».
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«No es un mercado que esté regulado, es un mercado libre de oferta y demanda que funciona bien, que tiene unas normas que marca el tratado de funcionamiento de la Unión Europea y las normas nacionales y yo creo que está funcionando de forma eficiente», ha señalado Planas.
En resumen, la aplicación del tope de los precios es una opción que no beneficia ni al sector de la distribución, ni a los proveedores y tampoco a los comercios tradicionales.