Pedro Sánchez se ha enfundado de nuevo el traje de superviviente, como ya hiciera en 2016 para asaltar la cúpula del PSOE. El presidente del Gobierno ha perdido el favor ante una oposición cada vez más fuerte, con Alberto Núñez Feijóo al frente. La última estrategia del Gobierno y del PSOE es centrar el tiro en el líder del Partido Popular, incluso faltando a la verdad en los insistentes ataques.
Sánchez llega tarde y mal: la industria ha parado ante la imposibilidad de asumir el alto precio energético
Prueba de esta estrategia es que el Centro de Investigaciones Sociológicas pregunta a los hogares su valoración de las medidas de la crisis energética por el alto coste del gas como si fueran escudos contra el cambio climático. Así, la encuestadora indica que la temperatura mínima en los comercios debe ser de 27 grados en verano y la calefacción no puede superar los 19 en invierno es una «lucha contra el cambio climático». Ni en esa cuestión ni en las dos las siguientes se menciona que esta decisión se adoptó por la invasión de Rusia a Ucrania y que se aprobaron por decreto.
PEDRO SÁNCHEZ SE JACTA DE LAS SUBVENCIONES DIRECTAS
Tal es la situación en el Gobierno, que el propio Pedro Sánchez ha asegurado que si las medidas adoptadas hasta ahora no surten efecto, «habrá que implementar medidas adicionales y temporales en algunas industrias. Sin embargo, las propias empresas de este sector han parado ante la imposibilidad de asumir el coste energético.
De hecho, este mismo mes de agosto el consumo de gas para la industria ha descendido con fuerza, casi un 40%, según los datos recabados por MERCA2 por la patronal. Este anuncio se ha realizado en el Senado, sin dar a conocer qué parte del sector se vería afectado y en qué consistiría la supuesta compensación. Y es que, el presidente del Gobierno, ha afirmado que está dando ayudas directas a las empresas intensivas en gas, una subvención que apenas cubre una pequeña parte de la factura.
Este mismo martes y horas antes del tenso debate en el Senado, Pedro Sánchez ha acusado a Feijóo y al PP de ponerse del lado de las grandes eléctricas de este país, una escenificación torticera con un ataque gratuito y vacío. Y es que, el dirigente olvida el pasado y presente del PSOE en los consejos de administración de las principales compañías de luz y gas, entre otras, a lo largo de los últimos cuarenta años.
UNA LARGA COLA EN LAS PUERTAS GIRATORIAS DEL PSOE
Los ministros socialistas Miguel Boyer (REE), Joan Majó i Cruzate (Endesa), Josep Borrell (Abengoa), Narcís Serra i Serra (Catalunya Caixa), Javier Solana (Telefónica), Ángeles Amador Millán (REE), Luis María Atienza Serna (REE), Jordi Sevilla (REE), Pedro Solbes (Endesa), Beatriz Corredor (REE), Cristina Garmendia (Gas Natural), Elena Salgado (Endesa) y más recientemente Antonio Miguel Carmona (Iberdrola) están o han pasado por los consejos de administración, pese a que Sánchez aseguró que acabaría con esta tradición de saltos de los cargos públicos al sector privado.
Asimismo, contando además con otros altos cargos, como secretarios de Estado, en las filas socialistas se han producido una treintena de trasvases tras el fin del mandato. Estas puertas giratorias no son sólo exclusivas del PSOE, también del PP, CiU y PNV, que las utilizan para sus empresas estratégicas. Ejemplos de ello, son los exministros Rodolfo Martín Villa, Josep Piqué, Isabel Tocino, Ángel Acebes, Carmen Becerril, Ana Palacio, Pío Cabanillas Alonso, Luis de Guindos, Fátima Báñez, José Folgado e Isabel García Tejerina.
Todos ellos están o pasaron por las grandes energéticas españolas tras concluir su mandato. Repsol, por su parte, está controlada por un exnacionalista vasco, como Josu Jon Imaz, o Juan María Atutxa en Iberdrola. Los nacionalistas catalanes, por su parte, se centran en las empresas públicas para colocar a los consejeros, como ha ocurrido recientemente Miquel Buch en Infraestructurescat.
LA IMPROVISACIÓN, EN EL ADN DE PEDRO SÁNCHEZ
Aún así, el mensaje de Pedro Sánchez falta claramente a la verdad al asegurar que solo el PP está del lado de las principales energéticas. Y es que, los nervios en el PSOE y el Ejecutivo están a flor de piel, más cuando la improvisación en las medidas es la tónica a la hora de tomar decisiones.
En un mismo día y a la misma hora, el propio Gobierno ofrece una versión y su contraria, como le ha ocurrido a la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, a la hora de anunciar el fin de mascarillas en los vuelos, para rectificar poco tiempo después tras la bronca de Sanidad; o cómo el Gobierno ha afirmado por activa y por pasiva desde febrero que era imposible bajar el IVA a las facturas de gas, y finalmente lo hará, aunque a partir de octubre tras reducirlo en la electricidad tres meses antes.
Estas improvisaciones del Gobierno de Pedro Sánchez muestran la falta de una hoja ruta clara, una estrategia a seguir, que impide llegar a acuerdos naturales. La respuesta a las propuestas del PP han sido insultos, descalificativos y ataques, pese a que el PSOE las ha adoptado después. Y es que, esta es la forma de actuar quien no ganó en las urnas, sino mediante una moción de censura basada en la supuesta corrupción de los ‘populares’. Sobre el turbio asunto y sentencia de los ERE, el mayor caso de corrupción en España hasta ahora, el debate se centra en la fecha para indultar a Griñán y Chaves. Del dinero robado a los andaluces, ni una palabra.
BRUSELAS CUESTIONA LAS MEDIDAS DE PEDRO SÁNCHEZ
En esta nueva etapa de supervivencia, Pedro Sánchez ha hecho extraños amigos de cama. Primero pactar el Gobierno con Podemos, un partido que no le dejaba dormir por las noches; para después echarse en brazos de Bildu, herederos políticos del terrorismo atroz de ETA. Así nació un nuevo Ejecutivo que tiene por delante otros 15 meses de campaña contra el PP, su principal adversario y a quien las encuestas dan virtual ganador en las próximas elecciones generales.
Y es que, con tal de gobernar, el PSOE también ha propuesto pactos con Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), mientras el PNV apoya a los socialistas a cambio de nuevas prebendas. Sin embargo, en el País Vasco sienta como un jarro de agua fría el peso importante de Bildu a la hora de arrancar acuerdos. Todo un alarde de incoherencia, todo para mantenerse en la poltrona.
De hecho, las medidas de Pedro Sánchez han sido muy cuestionadas por la Unión Europea. La isla energética creada para España y Portugal para el tope del gas es «ineficiente» dado que el intervencionismo tan sólo incrementa aún más los ya de por sí disparados precios. Según un reciente informe de la Comisión Europea, el mecanismo español para controlar los precios del gas es «inapropiado» al poder derivar en efectos contrarios y llegar a poner en peligro el abastecimiento de estas materias primas.
Y DÍAZ ABRE LA INTERVENCIÓN DE LOS ALIMENTOS
De hecho, tras el impuesto a las grandes eléctricas y la banca, en el Gobierno se plantean ahora intervenir también el mercado alimentario, a imagen y semejanza de la Francia de Nicolás Sarkozy. La idea proviene de la vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, quien ha desatado una fuerte polémica. En primer lugar, la patronal de las grandes empresas de distribución había pedido en reiteradas ocasiones al Gobierno rebajar el IVA de los productos básicos, del 10% al 4%, así como reducir el del resto de mercancías de los lineales del 21% al 10%. De hecho, el ejemplo de Díaz es topar los precios de 30 productos en la cesta de la compra.
«¿Por qué no 200?», ha reflexionado el presidente de la patronal CEOE, Antonio Garamendi. Quizá esta hubiera sido una de las cuestiones clave de los encuentros con ‘ciudadanos’ de Pedro Sánchez en La Moncloa, pese a que varios de ellos trabajaban para el PSOE. La medida, además, ni se ha consensuado ni tampoco se ha establecido una cesta de la compra a modo de ejemplo. Una muestra más de la improvisación por la supervivencia política que prima en este Ejecutivo de Pedro Sánchez.