miércoles, 11 diciembre 2024

Cuando Kanouté saltó la banca del Real Madrid de Bwin en el Bernabeú

La Supercopa tuvo un sabor muy especial hasta que fue mucho más negocio que fútbol. Es un torneo menor para los grandes del fútbol español y mientras se jugó en temporada de sol, playa y arena, tuvo un aire de torneo de verano que le daba un componente folclórico que divertía mucho a aficionados, directivos y medios de comunicación que pasaban un verano aburridos de torneos de preparación. Era un torneo oficial con olor a perfume festivo intenso.

De hecho ha habido partidazos de Supercopa. Uno de ellos, fue la vuelta de la edición de 2007. Se enfrentaron a doble partido el Real Madrid y el Sevilla. En plan torero, en una faena de aliño, Fredéric Kanouté anotó tres de los cinco goles con los que los andaluces se impusieron y levantaron la copa. Fue la copa de las apuestas porque empresas vinculadas a este negocio (Bwin, en el caso del Madrid, 888, en el del Sevilla) lucían en las camisetas de madrileños y sevillanos.

UNA FAENA DE ALIÑO ANTE BWIN Y EL MADRID

El Sevilla, ciudad con la plaza de toros por excelencia, La Maestranza, siempre con permiso de Las Ventas, abrió la puerta grande del estadio Santiago Bernabéu, en una noche gloriosa para el cuadro andaluz, con un delantero mágico, procedente de un continente mágico como es África, que produce unos delanteros especiales, eléctricos,  duendes elásticos de la pelota, finos como bailarines danzando de puntillas. Sigilosos, figuras agazapadas a la espera de cazar su presa: el gol. En el Sevilla de Juande Ramós y el enorme cazatalentos del exterior, Monchi, Kanouté brillaba como un planeta. El jugador africano asaltó al Madrid de Bwin.

Su selló lo dejó en Madrid, donde con tres goles tumbó al Madrid de Casillas Robihno, Raúl y Guti. Los merengues eran los actuales campeones de liga, en un campeonato que merecieron y que obtuvieron matématicamente  en el campo del Osasuna de Pamplona con un gol de Gonzalo, el “Pipita Higuaín”. Al mando, desde el banquillo, el ex jugador de Barça, Real Madrid y Atlético de Madrid “Bernardo” Schuster. El alemán, mucho mejor jugador que técnico, básicamente porque fue uno de los mejores directores de orquesta, centrocampista organizador, del fútbol europeo.

En el choque de ida, el Sevilla, campeón de la Copa del Rey, se había impuesto al Real Madrid

En el choque de ida, el Sevilla, campeón de la Copa del Rey, se había impuesto al Real Madrid por 1-0. El brasileño Luis Fabiano marcó el tanto de la victoria, el que abría al Sevilla las puertas de un título que siempre tiene mucho más valor para el Sevilla que en la Fuente de Canaletas (lugar de celebración de la afición del Barcelona) o en la Plaza de Cibeles, donde festejan los seguidores del Real Madrid.

EL DOMINIO HISPALENSE ANTE EL MADRID DE BWIN

El caso es que el Sevilla, aunque Juande no es un entrenador especialmente valiente, en el sentido de que siempre quiera llevar el tempo de los partidos y dominar, no se amilanó en Concha Espina. El Sevilla fue valiente, de hecho.  A los 16 minutos llegó el primer gol visitante por medio de una jugada a balón parado. “Duda la puso en el área, Poulsen remató, desvió Casillas y el danés cogió el rechace y lo cedió atrás donde Renato remató a placer”, recuerda el Sevilla en una nota sobre este choque.  El Madrid  respondió. Marcó un gol, el del empate momentáneo, en el minuto 24, que fue cuando Drenthe reventó la red de los hispalenses, que devolvieron el golpe. 

“El fútbol es para valientes y el Sevilla reaccionó pegando duro, con un testarazo perfecto, con todos los tiempos incluidos, de Renato a pase desde la siniestra de Duda. Gol y silencio en las gradas. Más aún cuando Pepe cometía penalti con una clara mano y Kanouté batía con su bendita pasividad a un Casillas que no sabía a esas alturas por donde le caían los mamporros”, se leyó en la web oficial del club, que rememoró este pasaje de la historia del fútbol español.

RAMOS Y LOS GOLES VISITANTES

Fabio Cannavaro, un central italiano tan campeón del mundo como sobrevalorado, recortó distancias antes del descanso y en el segundo periodo fue cuando los blancos lograron igualar la contienda de nuevo. Esta vez fue Sergio Ramos, el defensa ex del Sevilla. Parecía tarde para cualquiera, pues quedaba menos de un cuarto de hora para el final y el Madrid necesitaba dos goles para ganar el título.

lA AFICIÓN DEL SANTIAGO Bernabéu siempre cree que es posible la gesta

En momentos como este, el Bernabéu siempre cree que es posible la gesta, pero el Sevilla de Juande Ramos, no se achantó, no se quedó paralizó por ese efecto que ha dejado petrificados a tantos rivales en el estadio del Madrid y anotó dos goles más. Kanouté anotó el cuarto en el minuto 81 y el quinto en el 91.

Los patrocinadores (Bwin y 888) sacaron mucho partido al choque. Más el patrocinador del Sevilla: 888 que el del Madrid (Bwin ).


- Publicidad -