Los líos de la «Nancy Viajera», recesión española en 2023 y el BCE inicia el rescate

La paradoja económica del «cuanto peor, mejor» ha impulsado las Bolsas europeas, que aspiran a completar su cuarta semana consecutiva al alza para dar la razón a aquellos que piensan que lo peor en los mercados puede haber pasado ya. Sólo Estados Unidos se ha desmarcado de esta tendencia al constatarse que la fortaleza del mercado laboral permitirá a la Reserva Federal continuar en su senda de normalización monetaria. 

Crear el doble de puestos de trabajo respecto a lo que esperaban los analistas implica que el recalentamiento de la economía es evidente, a pesar de que el país norteamericano ha entrado en recesión. Otra paradoja que ilustra bien hasta qué punto la intervención pública ha desvirtuado los mercados.

Todo ello mientras el escenario geopolítico sigue revuelto, con la Nancy viajera generando movimientos telúricos en la relación que mantiene el imperio estadounidense con su némesis china. El Gobierno de Xi Jin Ping anuncia que corta relaciones en asuntos clave con la Casa Blanca (al menos de momento) mientras realiza maniobras militares con fuego real. 

La visita de la presidenta del Congreso de EEUU a Taiwan ha sido una provocación que tiene su explicación en la necesidad de Pelosi de reafirmarse de cara a las elecciones de noviembre, aunque también tiene un componente económico personal, ya que su marido tiene intereses en el negocio de los semiconductores que se fabrican en la isla asiática.

En los próximos meses habrá otras visitas políticas a Taiwan que seguirán agitando el avispero. El Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de los Comunes del Reino Unido está planeando una visita a Taiwán para finales de noviembre o principios de diciembre, lo cual volverá a tensar la cuerda y permitirá seguir alimentando el miedo a una guerra abierta en la región con la que eludir los problemas nacionales.

A los políticos no les conviene que se hable de recesión económica y de crisis institucional en sus propios países, lo cual explica este tipo de movimientos geopolíticos en estos tiempos convulsos.

LA RECESIÓN ESPAÑOLA LLEGARÁ EN 2023

En España los economistas ya saben que la recesión técnica (dos trimestres consecutivos de descenso del PIB) se producirá a finales de 2022 y principios de 2023, aunque ya hay indicadores que indican que el país está en estanflación. 

El índice PMI manufacturero está por debajo de los 50 puntos con una actividad que está en su nivel más bajo desde mayo de 2020 (en pleno confinamiento), el comportamiento del mercado laboral en julio ha sido el peor de las últimas dos décadas, el comercio minorista sigue descendiendo y el turismo comprueba como el gasto medio por visitante se reduce. Todo ello a las puertas de la subida de tipos y con una crisis energética autoinducida que explotará el próximo invierno.

Lejos de coger al toro por los cuernos, el Gobierno español se limita a buscar enemigos ficticios (los bancos y las eléctricas son dos de los sectores más regulados y privilegiados por la acción estatal) y a lanzar planes de ahorro energético cuyo objetivo no es reducir el consumo de electricidad, gas o gasolina, sino crear debates que tengan a la opinión pública entretenida en cuestiones menores, mientras comulga con ruedas de molino. 

ESTA SENABA TENDREMOS UN NUEVO EPISODIO DEL CULEBRÓN VERANIEGO ENERGÉTICO CON LA REUNIÓN DE RIBERA Y LAS CCAA

Esta semana tendremos un nuevo episodio de este culebrón veraniego después de que la ministra Teresa Ribera haya decidido convocar a las comunidades autónomas para coordinar las acciones de ahorro energético, después de que Ayuso le haya dado con la puerta en las narices.

La presidenta de la Comunidad de Madrid ha aprovechado la ocasión para sacar pecho y tajada electoral, matando dos pájaros de un tiro. Con media España de vacaciones, preocupada porque no hay hielo en los supermercados y porque pinchan a las niñas en las discotecas, el debate político se centra en bajar la temperatura del aire acondicionado. Ya que nos tratan como idiotas deberíamos empezar a plantearnos si es que en realidad lo somos.

EN MARCHA EL RESCATE DEL BCE

Mientras todo esto sucede, el Banco central Europeo (BCE) está manteniendo a raya la prima de riesgo española (y la italiana), comprando deuda pública por la puerta de atrás. Todo el mundo espera los detalles del nuevo mecanismo antifragmentación (el denominado TPI), pero lo cierto es que Christine Lagarde lleva meses aplicando un programa de adquisición de bonos españoles, italianos, griegos, portugueses, finlandeses, austriacos.

En los dos últimos meses el BCE ha destinado 17.600 millones de euros a estas compras, procedentes de la venta de deuda  alemana, holandesa y francesa. Esto explica que la rentabilidad de los bonos del Tesoro españoles a 10 años se hayan reducido en el mercado secundario y que estén en el entorno del 2%.

Sin este respaldo de la autoridad monetaria la economía española no sería capaz de financiar los servicios públicos, que es, al fin y al cabo, la cuestión más importante y de la que menos se habla. El Tesoro español necesita emitir 100.000 millones de euros de deuda hasta final de año y sin la red de seguridad del BCE el interés que debería ofrecer a los inversores sería inasumible. Esta es la consecuencia de los mal llamados planes de estímulo monetarios, que condenan a sus receptores con la excusa de salvarlos.