El juego de Rusia con el petróleo podría disparar su precio y a Repsol

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Repsol sigue penalizada en el mercado después de que se concretase el nuevo impuesto a compañías eléctrica y petroleras anunciado por el Gobierno esta semana. Su precio actual de cotización supone para muchos analistas una buena oportunidad de compra y ven en el valor un atractivo potencial alcista. Asimismo, con la decisión de Rusia sobre reducir y cortar el suministro gas, el petróleo podría ser la siguiente materia prima que el país dirigido por Vladimir Putin utilizara como herramienta de castigo sobre Europa. Situación de la compañía podría beneficiarse.

Este escenario supondría disparar el precio del crudo a niveles récord, algo que afectaría positiva y directamente a Repsol. Se trata de un supuesto geopolítico que podría darse en las próximas semanas, del mismo modo que está ocurriendo con las limitaciones al gas. En este contexto, la empresa presidida por Antonio Brufau, que cuenta con previsiones de resultados muy positivas para el segundo trimestre del año, se vería de nuevo beneficiada por un rally del oro negro como el producido en los primeros meses del año.

«El petróleo podría ser la próxima mercancía que Rusia utilice como arma, tras la de gas a Europa, si la paralización temporal de una terminal de transporte de crudo kazajo es una advertencia. Es poco probable que una limitación de los precios de las exportaciones rusas de petróleo funcione, y podría dar lugar a recortes de represalia que profundicen el déficit del mercado y empujen el crudo a niveles sin precedentes«, explican los analistas de Bloomberg Intelligence en un reciente informe.

RUSIA, DISPUESTA A CONVERTIR EL PETRÓLEO EN ARMA POLÍTICA

Y es que, el hecho reciente ocurrido en Kazajistán ha disparado las alarmas según los expertos. La suspensión de las operaciones de la terminal marítima del Consorcio del Oleoducto del Caspio (CPC por sus siglas en inglés) por orden de un tribunal ruso puede ser otra señal de la intención de Rusia de utilizar la energía como arma geopolítica, según los expertos.

Si bien la justificación de Rusia fue la violación de los planes de prevención de vertidos de petróleo, el momento de la prohibición coincidió con la reducción de los suministros de gas a Europa y el reciente distanciamiento del presidente kazajo, Kassym-Jomart Tokayev, de Rusia.

«En represalia por las sanciones occidentales, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, podría dirigir su atención al petróleo, en otro intento de presionar a las economías europeas. La reducción de los flujos de gas natural hacia de gas natural a Europa, y los informes del Consorcio del Oleoducto del Caspio (CPC) que podría detener los envíos desde su de su terminal de exportación del Mar Negro, demuestran hasta qué punto Rusia está dispuesta a convertir la energía en un arma«, indican los analistas.

Esta situación tiene un impacto negativo directo para grandes petroleras como Chevron, Exxon Mobil, Shell o la italiana Eni, que tienen participaciones tanto en el CPC como en yacimientos petrolíferos kazajos. No así para Repsol, cuya presencia en este mercado es reducida y, si los precios del crudo se disparan como estiman los expertos, seguirá engrosando su cuenta de resultados.

Con una mejora sustancial en el margen de refino, habiéndolo triplicado entre abril y junio y multiplicado por 15 en comparación anual, y el precio del petróleo por encima de los 100 dólares por barril, a Repsol se le pone todo de cara para seguir batiendo récords de resultados.

EL PETRÓLEO Y EL GAS SEGUIRÁN ENGORDANDO EL BENEFICIO DE REPSOL

Los analistas de JP Morgan se han pronunciado en la misma línea sobre el camino alcista al que puede conducir una restricción de petróleo ruso a Europa. Desde el gigante financiero predijeron la semana pasada que los precios del crudo podrían alcanzar un máximo histórico de 190 dólares por barril si la producción combinada de 3 millones de barriles diarios de Rusia y Kazajistán se viera afectada por las sanciones. Actualmente, el precio del barril de Brent, de referencia europea, se sitúa en el entorno de los 100 dólares.

El rally alcista del oro negro ya supuso para Repsol acabar 2021 con un beneficio neto de casi 2.500 millones de euros y el primer trimestre de este ejercicio con una cifra de 1.392 millones de euros, el doble que la registrada en el mismo período del año anterior. Para el segundo trimestre, el consenso de mercado estima que petrolera alcance 1.723 millones de euros gracias a los elevados precios del crudo y del gas natural.

En este sentido, la firma publicó la semana pasada los datos operativos correspondientes al segundo trimestre. En ellos se reflejan el aumento del precio del Brent del 65,1% interanual y dl 11,4% intertrimestral, así como del precio del gas del 157,1% interanual y del 44% intertrimestral.

Repsol baraja en su guía 2022 niveles del barril de Brent en los 70 dólares y una sensibilidad a su precio de 540 millones de euros en flujo de caja operativo por cada 10 dólares en que se vea incrementado el precio del barril. A la espera de la publicación de resultados el próximo 28 de julio, los analistas esperan que las cuentas de Repsol se vean positivamente afectadas por los mayores precios del crudo y del gas, así como por los mayores márgenes de refino.

LOS ANALISTAS CIERRAN FILAS

A pesar del impuesto a las ‘ganancias caídas del cielo’ con el que el Ejecutivo espera recaudar hasta 7.000 millones de euros, la petrolera sigue contando con el apoyo unánime de las firmas de inversión. De esta manera, hasta 25 casas de análisis recomiendan comprar títulos de Repsol y 10 aconsejan mantener el valor en cartera.

La compañía no cuenta con consejos de venta y otorgan un precio objetivo a doce meses de 17,36 euros por acción, lo que se traduce en un potencial alcista del 42,6%. Además, tras el anuncio del martes del Gobierno en el Debate del Estado de la Nación, seis firmas han vuelto a recomendar comprar sus títulos.

Bancos como CaixaBank, Alantra o Bernstein han vuelto a cerrar filas con Repsol, alguno incluso fijando su precio por encima de los 20 euros por título. Si la decisión de Rusia se confirma y utiliza el petróleo del mismo modo que el gas, la petrolera tendrá motivos de sobra para seguir con el ritmo de crecimiento de los últimos meses.