Reparto “justo” de la pobreza, proteccionismo occidental y China esquiva la recesión 

Comenzamos la semana escuchando los cantos de sirena de los burócratas que aprovechan todas y cada una de las crisis para sacar a relucir su esencia intervencionista, procediendo a nacionalizar empresas por razones de Estado. La decisión del Gobierno de Macron de elevar hasta el 100% el capital de la eléctrica EDF es sólo el inicio de una política que permitirá hacer crecer el sector público corporativo en el seno de Europa para realizar inversiones disparando con pólvora del rey.

PAGAR DOS VECES: COMO CLIENTE Y CONTRIBUYENTE

Alemania hará lo mismo con Uniper: utilizar la crisis energética como excusa para rescatar una compañía que tiene problemas financieros y que no es capaz de sobrevivir al efecto bumerán de las sanciones occidentales a Rusia. Ojo, porque nacionalizar no implica que los consumidores pagarán menos por los servicios, sino que abonarán la factura dos veces: como clientes y como contribuyentes.

Todo con el argumento de que es necesario realizar «una distribución justa de los costes» del conflicto bélico en el Este de Europa, un enfoque que también está utilizando el Gobierno español.

La vicepresidenta primera y responsable de la política económica nacional, Nadia Calviño, declaró la semana pasada que «la guerra nos hace a todos más pobres y que es muy importante garantizar un reparto justo de su coste«. Todo para intentar convencer a los ciudadanos de que es necesario alcanzar un «pacto de rentas» para no alimentar la espiral inflacionista con aumentos de salarios ligados al IPC.

Lejos quedan ya los tiempos en los que Calviño nos hablaba de una «robusta recuperación», cuando nos decía que 2022 iba a ser un año de vino y rosas. Los cierto es que no ha pasado tanto tiempo, pero la guerra ha servido para modificar un discurso que, a pesar de todo, sigue siendo demasiado optimista.

«LOS PRÓXIMOS TRIMESTRES SERÁN COMPLEJOS»

«Los próximos trimestres serán complejos», apuntó Calviño tras la reunión del Consejo Asesor de Economistas del Gobierno, consciente de que en los próximos días se avecina una revisión a la baja de las estimaciones de crecimiento económico español por los servicios de estudios de instituciones públicas y privadas, una reducción que será aún mayor cuando termine el verano. 

Los sindicatos han recibido este mensaje con molestia, e incluso enfado, porque consideran que irse de vacaciones sin preocupaciones para degustar de un plato de gambas en la terraza de un chiringuito de playa es un derecho. Y por lo tanto, hablar de recesiones y de crisis energéticas es de mal gusto.

EL VERANO

«Que se vayan a hacer puñetas, vamos a disfrutar del verano porque nos lo hemos ganado», señalaba hace unos días con vehemencia el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, ante su cohorte de liberados frente a las puertas de la patronal CEOE. La aristocracia sindical sigue engañando al personal y disfrutando de privilegios de señoritos.

pepe álvarez (ugt): «que se vayan a hacer puñetas, vamos a disfrutar del verano porque nos lo hemos ganado»

Y mientras al populacho se le entretiene con este sainete, lo verdaderamente importante se debate en el seno del Banco Central Europeo (BCE) que el próximo 21 de julio anunciará la subida de los tipos de interés de referencia y el esperado mecanismo antifragmentación para mantener la asistencia financiera a estados morosos y multinacionales verdes. 

Vamos poco a poco conociendo cómo va el Banco Central Europeo a seguir dopando a las grandes corporaciones, esas que han crecido destruyendo competencia con la ayuda estatal y que ahora están preocupadas porque las subidas de tipos y la retirada de los programas de compra de deuda de la institución que preside Christine Lagarde les van a disparar los costes financieros.

RESCATES «VERDES» PARA MULTINACIONALES

Porque se habla mucho de las primas de riesgo de los países del sur de Europa pero poco de los enormes volúmenes de deuda corporativa que tienen muchas multinacionales, a las que se les va a seguir rescatando por la puerta de atrás con la excusa de la sostenibilidad y la supuesta protección del medioambiente.

Todo va a girar en torno a los famosos criterios ESG que como ya hemos explicado en varias ocasiones son una serie de parámetros, creados de forma discrecional por los burócratas con la ayuda de grandes gestoras de inversión y que se basan en los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU, los de la Agenda 2030. Esos que provocan que haya petroleras  –e incluso empresas de armamento– que esperan que los políticos europeos las consideren verdes y sostenibles después de la guerra de Ucrania.

Estos criterios ESG son los que van a determinar a quién se le sigue salvando desde el BCE. Eso sí, a cambio de crear más inflación, manipular el ya de por sí escaso mercado y beneficiar a las endeudadas corporaciones a costa de las familias, de los autónomos y de las pymes. Muy sostenible desde luego no parece.

Todo ello nos lo venden como que el BCE ha acordado reorganizar su cartera de bonos corporativos para favorecer a los emisores menos contaminantes. Dentro de su programa de reinversión de deuda «la institución orientará las tenencias de bonos hacia emisores con mejores resultados en materia climática».

EL BCE, PARADIGMA DE LA INTERVENCIÓN PÚBLICA

Vemos, por lo tanto, como la institución que dirige Christine Lagarde se aleja poco a poco de su función principal (garantizar la estabilidad de precios), convirtiéndose en el paradigma de la intervención pública en los mercados. La última idea que ha puesto sobre la mesa está abogada francesa es que la desglobalización que se está produciendo como consecuencia del nuevo telón de acero impuesto por la OTAN será muy buena porque nos permitirá hacer negocios e «intercambios entre amigos»

En realidad la idea no es suya sino de la secretaria del Tesoro de EEUU, Janet Yellen, que hace un mes acuñó el triple lema «friendshoring, friendshopping y friendssharing» para definir un modelo en el que «se trasladará la producción a países que presenten ciertas garantías de que seguirán siendo aliados». Lo cierto es que para este viaje no hacían falta alforjas, ya que de lo que están hablando dos de las mujeres más poderosas del mundo es de recuperar las viejas recetas proteccionistas que sólo sirven para aumentar la coacción estatal mientras se condena a la miseria a los ciudadanos. 

lagarde: «trasladaremos la producción a países que presenten ciertas garantías de que seguirán siendo aliados»

La gran esperanza en estos momentos es que el Kremlin considere que es más beneficioso para los intereses de Rusia seguir vendiendo gas a Europa, aunque sea menos cantidad que antes de la intervención militar en Ucrania. Y aunque muchos analistas geopolíticos insisten en que Putin cerrará el grifo, lo cierto es que no está nada claro que otros países no alineados con los intereses de EEUU sean capaces de cubrir toda la demanda. El Tesoro ruso necesita divisas occidentales y la única forma de conseguirlas es vendiendo sus hidrocarburos.

LA SEMANA

Precisamente esta semana veremos hasta qué punto la amenaza del corte del gas ruso es real, ya que finalmente el Gobierno de Canadá ha autorizado la devolución de la turbina de Siemens que fue extraída del gasoducto Nord Stream 1 para realizar un mantenimiento en el país norteamericano. Un componente que el Ejecutivo de Trudeau mantenía bloqueado con la excusa de las sanciones y que ahora enviará para que Rusia eleve el volumen de gas que envía por esta infraestructura a Alemania para ser exportada al resto de la UE.

EL MERCADO LABORAL DA ALAS A LA FED

Y en los mercado la volatilidad sigue siendo la gran protagonista, tanto en Europa como en EEUU, donde el último informe sobre empleo confirma la fortaleza del mercado laboral. La creación de puestos de trabajo de junio (372.000) superó todas las expectativas y da más argumentos a la Reserva Federal (FED, por sus siglas en inglés) a seguir adelante con su estrategia: subir tipos de interés de forma agresiva hasta que lleguen las elecciones de midterm, momento en el que el banco central parará los motores siempre que la inflación lo permita.

La bonanza del mercado laboral estadounidense esconde, no obstante, un deterioro de las expectativas del sector industrial y de la demanda de bienes de consumo duradero, lo cual podría contener el proceso de normalización monetaria por debajo de las expectativas actuales de los inversores. De hecho, tal como explicamos la semana pasada, buena parte de los analistas considera que en 2023 volverán los programas de expansión cuantitativa de los bancos centrales (los famosos QE) y se pondrá fin a la escalada de las tasas de referencia.

CRISIS EN REINO UNIDO Y CONFINAMIENTOS EN CHINA

Esta semana las miradas de los inversores estarán puestas en la crisis política de Reino Unido, con la dimisión de Boris Johnson, aunque en Asia los dos elementos que van a fijar la agenda son las repercusiones del asesinato del ex presidente japonés, Shinzo Abe, y la vuelta a las confinamientos y las restricciones de movilidad en China. La política de «covid cero» de las autoridades del gigante asiático puede dar otro susto a la economía mundial, impulsando la espiral inflacionista y rompiendo las cadenas de suministro globales. Muchos piensan que en realidad China está atacando a Occidente usando como excusa la cuestión sanitaria y a lo mejor llevan razón.

COMERCIO EXTERIOR

Precisamente el próximo miércoles se publicarán los datos de comercio exterior de China correspondientes a junio. El mercado espera una moderación en el crecimiento de las exportaciones tras una aceleración por sorpresa en mayo, justo después del final del confinamiento de Shanghái. Y el viernes conoceremos los datos de crecimiento del PIB de China del segundo trimestre, así como una batería de indicadores macroeconómicos entre los que destacarán la producción industrial y las ventas minoristas. 

El mercado espera un crecimiento débil de la economía del país en China (0,9% interanual), aunque la citada política de «covid cero» está alterando el diagnóstico. Cuando no existan restricciones el PIB del gigante asiático volverá a cobrar fuerza siempre y cuando el PPCh sea capaz de desactivar la bomba de relojería de su sector inmobiliario y logre blindar al sector financiero. Si lo consigue entonces ganará más peso en la economía mundial mientras Europa y EEUU se encaminan a la recesión.