Odilo, cuando la educación pasa de las orejas de burro al cuerno de unicornio

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El próximo unicornio español quizás no sea de Madrid o Barcelona. Puede venir de Murcia. O más bien de Cartagena. Un lugar que aparentemente no destaca por su ecosistema emprendedor o de innovación, pero que demuestra que las buenas ideas y las mejores ejecuciones surgen hoy en día desde cualquier lugar. La próxima compañía de capital privado valorada en más de 1.000 millones de dólares puede salir de donde menos lo esperamos.

Odilo es una de las empresas que aparecen en los listados como representante nacional para engrosar ese exclusivo listado este año o el próximo. Se fundó hace ya unos ocho años por parte de dos hermanos y muchos usuarios la han llegado a denominar como ‘el Spotify o Netflix de la educación’.

«Todo comenzó en una comida en casa en la que se habló del concepto de digitalizar una biblioteca y multiplicar el alcance de contenidos a los usuarios. Odilo nace a partir de esta idea, y ahora, después de varios años, permite a las organizaciones crear sus propios ecosistemas y experiencias de aprendizaje», explica el CEO de la startup Rodrigo Rodríguez, para Merca2.

Rodríguez venía de trabajar varios años para Telefónica y BT. Antes de iniciar el proyecto había estado un tiempo dedicado al mundo cloud y había adquirido algunos conocimientos previos respecto a la tecnología que la mayoría de las bibliotecas usaban. Además, en todo esto los ebooks se iban haciendo más y más populares.

El co-fundador de Odilo reconoce que cuando decidieron emprender «lo hacíamos sin paracaídas». Cuenta que «era un reto porque tanto Michel, mi hermano, como yo, estábamos contentos en nuestros trabajos de aquella época». Tenían que tomar una decisión, así que «en principio salí yo de la compañía, que afortunadamente me daba opciones para poder regresar; mientras que mi hermano se quedó un tiempo más. De esa manera nos fuimos apoyando en los primeros momentos de incertidumbre».

CONTENIDOS SIN LÍMITE

El emprendedor y compañía detectaron que, pese a que muchas organizaciones hacían sustanciosas inversiones en plataformas de aprendizaje y en licenciar múltiples proveedores de contenidos educativos, «las métricas de uso y los resultados educativos conseguidos por la mayoría no estaban alcanzando siquiera las expectativas mínimas esperadas».

Rodríguez explica que este problema se debía a que el mercado de soluciones educativas está hiper fragmentado y desconectado, lo cual obliga a las organizaciones a ofrecer contenidos limitados. De esta manera solo cubren «una pequeña parte de las necesidades e intereses de aprendizaje de los usuarios».

Odilo surgió para solucionar este problema. Generaron la categoría ‘Crea tus propios ecosistemas de aprendizaje ilimitados’ para que cualquier empresa, colegio, universidad o centro formativo especializado pudiera disponer de su propio ecosistema a medida donde ofrezca todos los contenidos y experiencias educativas que desee de manera integrada.

Esto incluye clubes de aprendizaje, planes de onboarding de empledos, clases virtuales, planes lectores, itinerarios certificados, planes de carrera, programas de alumni, etc. usando contenidos sin las limitaciones de formato, derechos de autor o integraciones. Por su parte, el usuario accede a una plataforma muy simple y fácil de usar.

RETOS INICIALES

Cuando Odilo arrancó el mayor reto era contarles todo esto a las compañías y organizaciones. Al tratarse de un modelo disruptivo también corrían el riesgo de que los proveedores de contenido no les dieran su apoyo.

«Lo superamos dándonos cuenta de que debíamos crear un marketplace y convencer a los proveedores que había un nuevo modelo, un nuevo mercado y que debían apostar también por este derecho de autor», comparte Rodríguez.

Afortunadamente «el negocio funcionó muy bien desde el principio, ya que cuando lo contábamos a universidades, bibliotecas o al sector público, por ejemplo, veían muy clara la eficiencia y los beneficios. Esto nos dio mucha motivación para seguir», asegura el CEO de Odilo.

INTELIGENCIA ARTIFICIAL PARA PERSONALIZAR

Odilo cuenta con un catálogo de contenidos educativos de 3,9 millones de títulos, que incluye libros, revistas, cursos, vídeos, audiolibros, contenidos interactivos, apps educativas, películas y píldoras educativas procedentes de 6.300 proveedores y en 43 idiomas distintos.

La tecnología de la startup funciona a través de inteligencia artificial. Esta puede crear «rutas y experiencias de aprendizaje únicas tanto para las organizaciones como para los usuarios», insiste Rodríguez.

Su plataforma dispone, igualmente, de un sistema de Business Intelligence que monitoriza todas las formas posibles de aprendizaje, lo que facilita a las organizaciones medir y certificar estas. Los datos le ayudan a «conocer los resultados educativos de cualquier contenido y metodología y mejorar, de forma constante, sus programas de formación».

A UNO Y OTRO LADO DEL CHARCO

Con sede en Cartagena (Murcia) Odilo cuenta con oficinas también en Madrid, Miami, México y Nueva York.

Su tecnología está presente en más de 8.500 organizaciones de 52 países, entre las que se encuentran gobiernos de Europa, América del Norte, América Latina, el Sudeste Asiático, Australia y África; instituciones como la Universidad de Pekín y grandes compañías como Vodafone, Nestlé o Banco Santander. En total, cuenta con una base agregada de más de 100 millones de usuarios.

LA PANDEMIA

La llegada de la COVID-19 fue un auténtico maremagnum para el sector educativo. Debido al confinamiento y las restricciones muchas instituciones académicas tuvieron que abrazar las herramientas de telepresencia por primera vez.

Además, se comenzaron a dar clases a distancia hasta para cosas que eran tan presenciales como el gimnasio o las actividades físicas. Y muchos centros liberaron gran cantidad de recursos para hacer las cuarentenas más llevaderas.

Odilo estaba muy bien posicionada para facilitar esa transición y el coronavirus no le vino mal como negocio. «Conscientes de los efectos que tendrían los cierres de colegios y centros educativos en miles de familias en todo el mundo nos solidarizamos y pusimos en marcha una serie de acciones para ayudar a garantizar la educación continuada para estudiantes, docentes y familias», explica el emprendedor.

«Abrimos todas nuestras plataformas tecnológicas de aprendizaje y formación a las instituciones en cualquier lugar del mundo, fueran o no clientes, con el objetivo de brindar acceso a contenidos educativos de alta calidad y soluciones de aprendizaje», añade Rodríguez.

Para facilitar las cosas a los nuevos usuarios Odilo ofreció un servicio de apoyo y formación mediante webinars diarios.

LA ÚLTIMA RONDA Y SU FUTURO

Tan solo hace unos días que Odilo cerró su última ronda de financiación de 60 millones de euros, liderada por la firma de growth capital, Bregal Milestone.

También han participado en la inyección de capital anteriores inversores, como Swanlaab Venture Factory y CDTI. Otros importantes inversores de Odilo son Active Venture Partners, Endeavor Catalyst, Kibo Ventures y JME Ventures.

Esta sería la mayor operación de capital riesgo obtenida por una edtech en la historia de España y de Europa en lo que va de año. Contando el dinero de esta ronda, la compañía murciana habría levantado desde su creación unos 85 millones de dólares de fondos, según consta en Crunchbase.

Gracias a estos fondos Odilo podrá seguir incrementando su catálogo de contenidos en todo tipo de formatos y acelerar el desarrollo de su tecnología. La startup también aumentará la plantilla en todas las áreas, verticales y países donde está presente, pero especialmente en los de tecnología, datos, inteligencia artificial y contenidos educativos.

«Centraremos principalmente el plan de contratación en la creación de un nuevo hub de e-learning y de contenidos educativos en una ciudad española o europea aún por determinar. Allí, a partir de julio, contrataremos progresivamente a cientos de personas (ingenieros, desarrolladores de software, expertos en datos, devops, diseñadores instruccionales, creadores digitales, gestores de producto, etc.) convirtiendo la región elegida en el mayor hub de edtech de Europa», adelanta Rodríguez.