Canal de Isabel II: un ejemplo de economía circular por el Día Mundial del Medio Ambiente

Agua regenerada

El Día Mundial del Medio Ambiente se celebra desde 1974. Se eligió el 5 de junio porque esa misma fecha, en 1972, se desarrolló en Estocolmo (Suecia) la primera gran conferencia sobre temas relativos al medio ambiente, conocida como la Cumbre de Estocolmo.

Canal de Isabel II, por su labor como gestora del ciclo del agua en la Comunidad de Madrid se enfrenta al reto de gestionar gran cantidad de residuos y subproductos de sus instalaciones a diario, y muy especialmente en las estaciones de depuración. El objetivo de la empresa pública es llevar al máximo la revalorización de estos recursos, y así obtener, a partir del agua residual que recibe en las depuradoras, productos alternativos, reciclados y reutilizables. Además, estos permiten avanzar en la descarbonización de su actividad.

LOS DESECHOS, DE PROBLEMA A OPORTUNIDAD

En Canal, los desechos han pasado de representar un problema a verse como una oportunidad. Ya no son el eslabón final de la cadena, sino que ocupan un paso intermedio al dar origen a nuevas materias primas y formas de energía. De este modo, las plantas de depuración de aguas residuales se convierten en auténticos yacimientos que consiguen, a partir de los residuos que reciben cada día y de manera ininterrumpida, generar combustibles, carburantes, fertilizantes, compost, agua regenerada o energía eléctrica y calorífica.

Las aguas residuales que cada día se generan en las ciudades son conducidas hasta plantas de depuración donde son sometidas a procesos complejos que permiten devolverlas a los cauces de los ríos en las condiciones establecidas en la legislación vigente. En el transcurso de los distintos estadios de la depuración se generan materiales que, sometidos a distintas transformaciones, permiten obtener productos reutilizables o reciclados. En las depuradoras del Canal se ha superado el principio de «usar y tirar». Ahora la apuesta pasa por la «triple R»: reducir –los residuos–, reciclar y reutilizar.

La empresa pública quiere afianzar su compromiso presente y futuro con el medioambiente y contribuir a la preservación de los recursos. Por ello, en las 157 depuradoras de las que dispone ha introducido distintas tecnologías que le permiten aprovechar y dar nuevos usos a los residuos que transportan las aguas residuales de la Comunidad de Madrid.

Así, los fangos, que concentran la contaminación retirada del agua residual, son tratados en grandes digestores produciendo una energía renovable muy versátil, el biogás. Gracias a su poder calorífico, de él se puede obtener calor, electricidad o carburantes para vehículos. Canal produjo más de 51 millones de metros cúbicos de biogás durante 2021. Con ellos, en las dieciséis instalaciones de generación eléctrica a partir de este gas, produjo casi 90 millones de kilovatios hora: esto equivale a alimentar eléctricamente durante un año a una población de más de 75.000 habitantes, como Valdemoro.

En una economía comprometida con la sostenibilidad, las instalaciones de gestión del agua van a jugar un papel fundamental: avanzar en su rol de biofactorías generadoras de oportunidades, valor añadido y de contención y mitigación del cambio climático. 

ESTRATEGIA DEL COMPROMISO DE CANAL DE ISABEL II

Las posibilidades del biogás no se reducen a la generación de energía eléctrica. Y es que el biogás, sometido a un proceso de enriquecimiento, puede usarse como combustible para automóviles. Según Paloma Martín, presidenta de Canal de Isabel II, «este es uno de los mejores ejemplos: de la digestión de los lodos de las depuradoras obtenemos biogás, que, convertido en biometano, puede usarse como combustible para los coches. Supone ahorro de gastos y mejora ambiental».

Canal está testando varias tecnologías para estudiar este uso en tres de las instalaciones de depuración que gestiona (Viveros de la Villa, La Gavia y Butarque). En estos sitios ha instalado “gasineras” que proveen de un combustible 0 emisiones y con gran poder calorífico a más de una veintena de vehículos diarios. Con todo lo repostado por los vehículos allí podrían haber dado entre 40 y 45 vueltas al mundo utilizando únicamente el agua residual como materia prima.

La agricultura se beneficia doblemente del tratamiento de las aguas residuales. Por un lado, el lodo deshidratado que se extrae de los digestores puede aplicarse a los suelos agrícolas, beneficiando a las cosechas, pues es un abono orgánico que fertiliza y mejora la estructura del suelo. En 2021 Canal produjo más de 35.400 toneladas de lodo tratado mediante secado térmico.

Además del lodo deshidratado, otro de los subproductos obtenidos de la depuración son los fertilizantes de alto valor, como es el caso de la estruvita, obtenida a partir de la cristalización controlada del fósforo presente en las aguas residuales. Canal de Isabel II cuenta con la mayor planta de producción de estruvita de España, localizada en la depuradora Sur. En ella, pueden llegar a producirse 2 toneladas diarias de este fertilizante. La estruvita está considerada como el “oro blanco” de los residuos, por su alto contenido en fósforo, un elemento indispensable para la vida, no renovable e insustituible siquiera sintéticamente. El fósforo presente en los residuos líquidos puede cristalizarse de manera controlada y dar origen a este fertilizante de alto valor, del que se produjeron 366 toneladas en 2021.

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Estruvita, considerada el ‘oro blanco’ de los residuos.

Por último, y no menos importante, más allá de aprovechar los compuestos orgánicos que trae consigo el agua residual para generar energía y producir fertilizantes, también la propia agua residual puede tener una nueva vida antes de volver a los cauces de los ríos. Esto es gracias a la regeneración, que permite preservar el agua para el abastecimiento, ya que libera presión sobre la potable al hacer al agua depurada apta para usos que no demanden la máxima calidad.

Mediante un tratamiento terciario, se consigue dotarla de calidad suficiente para el riego de zonas verdes públicas, campos de golf, baldeo de calles y usos industriales. En la Comunidad de Madrid, Canal de Isabel II dispone de 33 tratamientos terciarios en los que en 2021 produjo 120 millones de metros cúbicos de agua regenerada: de ellos, más de 16 se destinaron al riego de más de 2900 hectáreas de 26 municipios de la Comunidad de Madrid gracias a una red de distribución de más de 706 kilómetros. Esta cantidad equivale a una vez y media el volumen del embalse de Navacerrada, o cincuenta veces el volumen de la Torre Picasso.

Toda esta estrategia –producción de energía, combustibles vehiculares, aplicación de lodos a la agricultura, producción de estruvita y agua regenerada– responde al compromiso de Canal de Isabel II con el medioambiente, la economía circular y, por supuesto, el bienestar de los ciudadanos de la Comunidad de Madrid.  El modelo que persigue Canal está en línea con las líneas que impulsa la Comunidad de Madrid, que está implantando un modelo para optimizar el flujo de materiales y energía, reduciendo al mínimo la explotación de recursos naturales, incluida el agua.