La Andorra más ‘sexy’: el irresistible atractivo de la fiscalidad

La pandemia ha dejado un reguero de secuelas en las economías más dependientes del sector turístico. Desde entonces, Andorra no ha parado de enfocar sus políticas a una diversificación que le permitiera seguir explotando el turismo pero retomando otros dos de sus ejes fundamentales: el comercio y la construcción. En medio del viraje, youtubers, gamers y nómadas digitales encontraban también un destino empresarial acorde a sus necesidades. Si bien las peculiaridades fiscales del microestado soberano seguirán siendo la principal baza en la transición hacia renovadas aspiraciones económicas.

Otro ejemplo en este objetivo de diversificación de la economía hacia sectores no tradicionales se está dando en el mercado financiero con la captación de nuevos clientes ‘digitales’, la oferta de productos y servicios disruptivos, la aceptación de nuevos medios de pago o, incluso, el auge de sistemas alternativos de financiación.

En cualquier caso, la reforma fiscal anunciada por el gobierno andorrano a partir de 2023 no tendrá grandes efectos en las empresas y profesionales que decidan fijar su residencia fiscal en el Principado. Así lo confirman desde Abast Global Andorra Solutions, especializada en asesoría fiscal internacional, que está recibiendo numerosas consultas de sociedades e inversores españoles y franceses sobre los efectos que tendría la reforma tributaria en la fiscalidad de los residentes.

Según informó recientemente el Ministerio de Finanzas de Andorra, a partir de 2023 se prevé incorporar un tipo efectivo mínimo del impuesto de sociedades del 3% para todas las empresas domiciliadas en Andorra que declaren beneficios. Hasta ahora, gracias a las deducciones a las que podían acogerse las sociedades registradas en el país, era posible cerrar el ejercicio fiscal con beneficios y, sin embargo, no tributar en el impuesto de sociedades.

«A pesar de los cambios, la presión fiscal seguirá siendo inferior a la de los países vecinos»

A pesar de la eliminación de deducciones y la imposición de un tipo mínimo, las empresas radicadas en Andorra seguirán disfrutando de una tributación mucho más favorable que en los países vecinos. En España, el tipo mínimo del impuesto de sociedades es del 15%, mientras que en Francia el tipo impositivo general se ha reducido al 25% en 2022 para todas las empresas. Con la reforma, el tipo nominal en Andorra se situaría en el 10%.

El proyecto de reforma fiscal también contempla que las empresas ubicadas en Andorra cuya facturación sea superior a los 750 millones de euros paguen un 15% sobre los beneficios en el impuesto de sociedades. El objetivo es armonizar la tributación de estas compañías con el tipo mínimo que está promoviendo la OCDE a nivel internacional para combatir la elusión fiscal. Sin embargo, muy pocas de las 7.000 empresas registradas actualmente en Andorra superan este umbral, por lo que el impacto resultaría muy reducido.

Por otro lado, la reforma tributaria quiere introducir nuevas deducciones para las inversiones y la creación de empleo en el Principado. La deducción general existente para nuevas inversiones en Andorra se transformaría en una deducción del 2% para los proyectos de digitalización. Con este incentivo, el gobierno andorrano pretende impulsar la transformación digital de las empresas del país y atraer más sociedades de la nueva economía.

Asimismo, la deducción para nuevas contrataciones de personas inscritas en el Servicio de Ocupación de Andorra, con una duración mínima de un año, sería de 1.000 euros por persona. Dicha deducción podría aumentar hasta los 3.500 euros por persona si es un individuo perteneciente a los llamados colectivos vulnerables. En esta categoría se engloban los mayores de 55 años, los menores de 25 años y las personas que tengan alguna discapacidad reconocida por la CONAVA (Comisión Nacional de Valoración de Andorra).

Además, se creará una deducción para el mecenazgo cultural, social y deportivo. Las donaciones o patrocinios a fundaciones o asociaciones sin ánimo de lucro del ámbito cultural, social y deportivo, así como a las personas físicas que sean artistas o deportistas con proyección internacional, tendrán una rebaja del 2%. También se incluiría un 4% de deducción para las donaciones o patrocinios relativos a eventos de especial interés público.

Finalmente, se prevé incorporar una deducción para alquilar vivienda en Andorra. Consistiría en una reducción de la base de tributación del 2% de los ingresos procedentes del alquiler de vivienda como residencia habitual y permanente en Andorra, siempre y cuando la renta sea inferior a 900 euros mensuales. Por su parte, se establecería un umbral mínimo de inmuebles o de ingresos obtenidos por rentas de alquiler, a partir del cual los ingresos de origen inmobiliario se considerarían rendimiento de una actividad económica.

Se espera que estas medidas ayuden a paliar la escasez de vivienda de alquiler en Andorra, un problema que afecta sobre todo a los trabajadores de temporada. En la misma línea, en 2020 se aprobó un gravamen sobre las viviendas vacías sin causa justificada durante un periodo mínimo de 2 años.

El objetivo de este proyecto de reforma fiscal es compensar la caída de los ingresos tributarios en el principado tras la pandemia de Covid-19, así como homologar el sistema fiscal andorrano con sus vecinos europeos, sin dejar de ser un destino atractivo para la residencia fiscal de empresas e inversores. «En general, la reforma tributaria planteada ha sido bien acogida por las empresas y profesionales que ya tienen su residencia fiscal en Andorra», señala Patrick Mueller de la asesoría fiscal Abast Global Andorra Solutions. «A pesar de los cambios, la presión fiscal seguirá siendo inferior a la de los países vecinos, y las nuevas deducciones atraerán a más empresas y profesionales del sector digital, que es una de las prioridades del Gobierno en la etapa actual», concluye.

María Castañeda
María Castañeda
Redactora de MERCA2 de empresas y economía; especializada en energía, sostenibilidad y turismo.