El Consorcio Passivhaus se adelanta al mercado constructor

IFEMA vuelve a ser el escenario perfecto para abordar temas como el impacto de la guerra de Ucrania o la postura de la industria ante la tendencia passivhaus en la construcción española. Rebuild 2022 ya ha abierto sus puertas para exigir un cambio de paradigma en el sector. Las empresas que se suman a la tendencia passivhaus y a la industrialización reclaman, entre otras cosas, alineación entre normativa e industria. El Consorcio Passivhaus opina que sus propias empresas van «bastante por delante» del mercado y de la Administración.

El Consorcio ha repartido a cada cual su parte correspondiente. Tres mensajes claros. La industria tiene la urgencia de formar a profesionales que mantengan la construcción, el problema generacional existe y hay que hacerle frente. La empresa, por su parte, ha de continuar y no cesar en la mejora de productos y soluciones. Y la Administración ha de ayudar a que las propuestas del mercado estén en línea con la normativa y, en última instancia, proponer al usuario soluciones que mejoran su calidad de vida.

Sin embargo, no todo son malas noticias para quienes han apostado por esta ola. La subida del precio de la energía empieza a transformar la decisión de los compradores de viviendas. Estíbaliz González (Medgón Passivhaus) cree que «los medios de comunicación nos hacen una gran campaña». Reconoce que la mala fama se acaba traduciendo en promo.

Voces del sector como Gemma Anguera, directora comercial en Evowall Technology; Estíbaliz González, directora y co-founder en Medgón Passivhaus; Álvaro Mariño, director comercial en Indalsu y Manuel Medina, presidente del Consorcio Passivhaus, han intervenido en la charla Passivhaus e Industrialización.

Defienden que Passivhaus e Industrialización son modelos que no dejan nada al azar y se traducen en el ahorro de costes y de energía. Passivhaus se refiere, según Medina, «los edificios que vienen, que ya están aquí» refiriéndose a edificios de consumo casi nulo, edificios pasivos y de balance neto o positivo, con la ciudad y sus habitantes. Y la construcción industrializada u offsite es una nueva forma de construir que reduce plazos de entrega y evita que problemas ajenos a la obra aumenten los costes de producción iniciales. Es el modelo que ya están llevando a cabo grandes como Aedas.

«Cambiar lo que tenemos hasta ahora, que no es válido… Lo válido será lo que hagamos de ahora en adelante» 

Álvaro Mariño, director comercial en Indalsu

IMPACTO DE LA GUERRA DE UCRANIA

La subida del precio de la energía, la subida del precio del carburante, la falta de materias primas y la rotura de stock se suman a la falta de mano de obra. El sector de la construcción tiene muchos frentes abiertos desde que estalló la guerra de Ucrania. La ciudadanía ha empezado a preocuparse más por cuánto paga por la luz a final de mes y el sector percibe cómo la situación actual modula el comportamiento de los consumidores.

En este panorama, Medina reconoce que estos procesos permiten un control exhaustivo de la construcción pero tampoco escapan al impacto de la guerra en el propio sector de la construcción: «Pueden influir parámetros actuales como las materias primas y demás, pero está todo muy controlado desde el diseño a la ejecución«.

Como modelo constructivo, tanto passivhaus como industrialización significan ahorro, así que la tendencia sale ganando. En esta línea, Estíbaliz González asegura que esta clase de viviendas «no tiene hipoteca energética«.

Esta clase de viviendas no tiene hipoteca energética

Estíbaliz González, directora y co-founder en Medgón Passivhaus

Pero la preferencia venía de antes: «Ya con la pandemia la gente empezó a concienciarse de la importancia de la vivienda», contextualiza Anguera, desde Evowall. Ahora, el consumidor final se fija en el consumo energético además de en el comfort. González, desde Medgón, añade: «Aunque aumente el precio, la tendencia general va cada vez más hacia lo verde».

¿LA INDUSTRIA FAVORECE QUE SE CONSIGA EL ESTANDAR PASSIVHAUS?

Anguera cree que se trata de una relación bidireccional. En su opinión, «la industrialización debería significar passivhaus y al revés». Entre otras ventajas, en el modelo passivhaus puedes controlar al milímetro todo lo que estás haciendo y dinamizar muchas acciones cotidianas en obra.

«La industrialización debería significar passivhaus y al revés»

Gemma Anguera, directora comercial en Evowall Technology

¿Por qué perseguir ese estándar? Porque el consumo energético va a bajar, asegura Mariño. El director comercial de Indalsu recuerda la reducción de tempos, una de las grandes ventajas de la industrialización y alude al clásico «el tiempo es dinero».

¿Por qué perseguir ese estándar? Porque el consumo energético va a bajar, asegura Mariño. El director comercial de Indalsu recuerda la reducción de tempos, una de las grandes ventajas de la industrialización y alude al clásico «el tiempo es dinero». Reconoce que «no es barato, pero se amortiza con el tiempo». Por su parte, González, que vive y trabaja en espacios passivhaus, afirma rotundamente que existe por qué existe este certificado.

A Medina le resulta una cuestión interesante. Recuerda que el passivhaus no deja cabo sin atar y implica procesos y, por otra parte, que el estándar llevó la industrialización in situ a la otra. Si es más fácil o más difícil no lo tiene claro. Sin embargo, reconoce que «quizá en vivienda industrializada, si hay un fallo es más fácil de localizar que en una obra tradicional in situ, diseñada passivhaus». ¿Por qué? Precisamente por este control exhaustivo del paso a paso.

«quizá en vivienda industrializada, si hay un fallo es más fácil de localizar que en una obra tradicional in situ, diseñada passivhaus»

Medina

¿Cuántos proyectos passivhaus certifican empresas como Medgón o Evowall? González lo hace y Anguera no siempre, no con los arquitectos que no dominan el modelo. En este sentido, reconoce que cada vez la demanda es mayor. Aunque ambas coinciden en que se necesitan más arquitectos de esta rama.

Si es necesario o no contar con este certificado es un espacio movedizo en el debate. Como representante del Consorcio, Medina defiende la existencia del sello. Cree que lo importante es avanzar hacia el passivhaus: «Nuestra preocupación es que sigamos avanzando y que se construya de mejor forma».

«Si vamos hacia el passivhaus, aunque no sea certificado, el usuario tendrá una vivienda que funciona muy bien»

Manuel Medina, presidente del Consorcio Passivhaus, han intervenido en la charla Passivhaus e Industrialización


Con o sin certificado, las empresas que componen este reducido círculo en el ladrillo español han recalcado la necesidad de «ir todos de la mano» en esta transición verde. Su idea es crecer junto al propio sector porque, en su opinión, es «quien tiene que luchar para impulsar todas estas tendencias». Aunque el sello no siempre sea requisito, cada vez más la construcción asume estos rasgos passivhaus como pautas generales

Las empresas saben de lo que hablan. Evowall Technology construye passivhaus industrializadas; Medgón Passivhaus industrializa edificios passivhaus con madera para constructoras; Indalsu hace sistemas de cerramientos con diseños actuales orientados la eficiencia energética y el Consorcio Passivhaus representa a 28 empresas españolas del sector. A pesar de su éxito en el norte Europa, en España no todos los agentes de la construcción participan en este estándar de producción.