El futuro de la mina de carbón Pozo Santiago en manos de Marlaska

El proceso en marcha de la descarbonización de la economía deja a su paso menos emisiones de CO2 y también un reguero de minas de carbón clausuradas. Lo deseable sería dotar ese vacío que deja la extracción de este mineral con propuestas empresariales que generen empleo y permitan fijar población. En el caso del Pozo Santiago la última alternativa a la actividad minera se ha presentado formalmente a las administraciones competentes. Ahora, la decisión va a recaer especialmente en Adrián Barbón, presidente del Principado de Asturias y en Fernando Grande-Marlaska, ministro del Interior. Su apoyo al proyecto sería como un oasis en el desierto de una comarca muy castigada.

El Gobierno, el Principado de Asturias y Hunosa ya tienen en su poder una propuesta para demostrar, en el Pozo Santiago, que aquello de la Transición Justa puede cumplirse: un proyecto único en el mundo, denominado CNER-Asturias, ideado y presentado por el sindicato SOMA-FITAG-UGT, y con el que se pretende revitalizar la zona tras el cese de la actividad vinculada al carbón hace ya más de tres años.

La propuesta del sindicato promete alrededor de 45 puestos de trabajo directos, además de un número importante de indirectos, aparte del beneficio para el sector de la hotelería y restauración de una zona castigada por el parón de la actividad minera. Todo ello con una inversión de tan solo tres millones de euros, que podrían sufragarse con el fondo minero o a través del propio plan de Hunosa (empresa pública controlada al 100% por la SEPI).

El secretario general del sindicato, José Luis Alperi, subraya que «la voluntad política» es fundamental para que este proyecto pueda ver la luz, ya que el sindicato no lo piensa desarrollar sino que «lo deja en manos de las administraciones». Por eso es fundamental que el Ministerio del Interior y el propio Principado de Asturias pongan de su parte y demuestren que trabajan para ofrecer soluciones a la descarbonización.

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La sección asturiana sectorial de la UGT defiende la ubicación en emplazamientos mineros de un Centro Nacional de Entrenamiento en Rescates, un complejo adecuado para realizar simulacros, como ya se comprobó en el Pozo Santiago durante un ensayo, a finales de 2019, en el que participaron la Brigada de Salvamento Minero, la UME, el 112, la Guardia Civil y la Policía Nacional. De ahí se deriva la importancia en la decisión del Ministerio del Interior, del que dependen los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.

El Pozo Santiago, perteneciente al Área Aller de Hunosa, situado en la localidad de Caborana, en el municipio minero de Aller (Asturias), tiene una profundidad de 581 metros, con un diámetro en el brocal de seis metros y cesó su actividad minera el 1 de enero de 2019.

APOYO A LAS ALTERNATIVAS AL CARBÓN

El alcalde de Aller, Juan Carlos Iglesias, se ha comprometido a ejercer presión política para convencer al Gobierno autonómico y al Ministerio del Interior de la idoneidad de este proyecto, al que considera «importante para el concejo y las Cuencas Mineras», por lo que «debe seguir adelante por su trascendencia».

Iglesias va más allá y espera que el proyecto pueda salir adelante para demostrar que «la minería no muere, que la minería se transforma», y formula su deseo de «convertir al Pozo de Aller en el Harvard del rescate humano».

POCA INVERSIÓN Y AUTOFINANCIACIÓN

El CNER-Asturias necesitaría tan solo tres millones de euros para ponerse en marcha y contaría con fuentes de financiación, bien a través del Acuerdo Marco para una Transición Justa de la Minería del Carbón o del Plan de Empresa Hunosa 2019-2027, así como de fondos provenientes de la UE, según el estudio realizado por el sindicato.

Además, «no se trata de una iniciativa altruista, la intención es que el centro se pueda autofinanciar y que los empleos que se creen salgan de ahí» afirma Alperi, que hace hincapié en que este proyecto no interfiere con otros «presentados para el Pozo Santiago como el del almacén de Big Data».

UN CENTRO DE REFERENCIA NACIONAL E INTERNACIONAL

El CNER-Asturias que propone el SOMA-FITAG-UGT tiene como objetivo principal la formación, la investigación y los servicios relacionados con los trabajos de especial riesgo en obras subterráneas y espacios confinados. Así como la formación y capacitación profesional de equipos de salvamento pertenecientes a servicios de emergencias de administraciones públicas o entidades privadas. Cubriendo también la instrucción a rescatadores y candidatos que de forma individual tienen la necesidad de ampliar sus conocimientos y buscan un desarrollo profesional.

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Cuenta con instalaciones únicas, tanto en subsuelo, como en superficie, con construcciones versátiles en cuanto a usos y terrenos suficientes para su ampliación, si fuese necesario. El Pozo Santiago es una instalación dotada de redes eléctricas AT y red de fibra óptica (incluidas las instalaciones subterráneas) y con una ubicación idónea y con buena conectividad con emplazamientos clave de la Comunidad Autónoma (aeropuerto, estación central de autobuses y de trenes).

Se trata de un proyecto que responde a una oportunidad de mejorar un servicio tanto a nivel público como privado transfiriendo conocimientos a través de la experiencia de campo. Una idea de negocio que surge para dar respuesta a dos necesidades reales. Por un lado, la de transformar la profesión minera, manteniendo puestos de trabajo y, por otro, la de capacitar a una élite en emergencias subterráneas o espacios confinados.

Respecto a la primera, el cierre de las minas de Hunosa hace necesario que sus trabajadores se reinventen y, en pleno período de transición energética, avancen a otros perfiles profesionales sin olvidar su bagaje minero y aprovechando el conocimiento adquirido a lo largo de la historia minera asturiana, reutilizando de manera sostenible los recursos que deja el cierre de las minas.

En cuanto a la segunda, cabe destacar que la capacitación en emergencias subterráneas o espacios plantea la necesidad de contar con escenarios reales donde se pueda instruir, practicar, ensayar simulacros de la manera más fidedigna posible.

Se necesita estar sobre el terreno en condiciones reales para formarse en situaciones de emergencia, no cómodamente desde un simulador. Se crea así una conexión real con el mundo subterráneo, por ello la mejor instalación posible para llevarlo a cabo es una mina que no esté en explotación, pero aún mantenga los sistemas de control ambiental y seguridad física para asegurar todas las actividades.

En definitiva, se trataría de un centro de referencia nacional, con proyección internacional, que sería un revulsivo para unas zonas deprimidas como consecuencia del fin de una industria ligada al carbón. Este proyecto representaría, además, un referente de la diversificación minera, además de convertirse en un buen ejemplo de reutilización del Patrimonio Industrial como recurso y oportunidad de desarrollo.

María Castañeda
María Castañeda
Redactora de MERCA2 de empresas y economía; especializada en energía, sostenibilidad y turismo.