BNP y Societe Generale respiran pese a Le Pen

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La banca francesa, con BNP Paribas y Societe Generale a la cabeza, respiran tras la contienda electoral del pasado domingo. Las dos entidades han ido de más a menos en la jornada de digestión de los resultados electorales. De subidas cercanas al 6% a pasar a ascensos del 5% y 2%, respectivamente. Un balón de oxígeno y una señal de que el mercado no cree que Marine Le Pen pueda acceder al trono galo.

Societe Generale, además, se ha visto beneficiada por la venta de todos sus negocios en Rusia, pese a costarle cerca de 3.000 millones de euros. Rosbank pasará a ser de Interros Capital, el anterior propietario de la entidad financiera en el Este de Europa. La operación tendrá un impacto en los niveles de solvencia de 20 puntos básicos. A pesar del coste, la entidad financiera evita uno mayor: el de su reputación. La firma asume una depreciación de activos de 2.000 millones y otros 1.100 relativos a la «reserva de conversión«.

SOCIETE GENERALE RECUPERA 1.000 M€ EN UNA JORNADA

La operación se ha dado a conocer en plena resaca electoral y ante el temor de una posible victoria de Le Pen en la segunda vuelta. Sin embargo, los inversores han apostado ampliamente por la banca y las aseguradoras. La capitalización de Societe Generale ha avanzado en 1.000 millones de euros en apenas unas horas, dejando intacta su tendencia alcista de corto plazo. No obstante, aún está lejos de los 37 euros por acción que marca su primera resistencia a medio plazo. De hecho, la firma francesa estaba más cerca de sus soportes, en la zona de los 18,3 euros por título.

marine le pen inversion int Merca2.es

Y es que, Societe Generale ha sido uno de los valores más castigados en Europa desde la invasión de Vladimir Putin a Ucrania. Desde los máximos de febrero, la caída ronda aún el 40%, incluso con la subida actual. De esta forma, la venta de los activos rusos sólo han servido para cortar las pérdidas en el negocio. En ese mismo tiempo, BNP Paribas se ha desplomado un 27%.

LE PEN DA ALAS A LA ARMAMENTÍSTICA TALES

No son los únicos valores que han salido airosos en esta jornada de análisis electoral. La aseguradora Axa ha avanzado casi un 3%. Sin embargo, preocupa y mucho al mercado el avance de Thales, la empresa armamentística de Francia por excelencia. Y es que, Le Pen ha prometido disparar el presupuesto de Defensa.

Le Pen ha prometido disparar el gasto de Defensa en 55.000 millones en cinco años, con el fin de «fortalecer» a Francia, mientras disparará las camas en las cárceles. Sin embargo, la empresa también se ve beneficiada por la invasión de Rusia y los pedidos que está enviando el Gobierno de Macron a Ucrania.

Macron ha obtenido el 27,6% de los apoyos y Marine Le Pen, el 23,4%. Ambos serán los únicos candidatos posibles en la votación del próximo 24 de abril con dos programas económicos contrapuestos. El de Le Pen pone en jaque a todo el sistema financiero y por ende el futuro del país vecino. Sin embargo, por ahora el mercado no cree en las opciones de la líder de Rassemblement Nacional -Agrupación Nacional-, un nombre más moderado que su anterior partido: el Front Nacional -frente nacional-.

La abogada ha llegado hasta la segunda ronda con un discurso más moderado y una estrategia transversal. La búsqueda del voto obrero, similar a la que hace Vox en España, es el objetivo principal de la política. Y tiene un fuerte granero entre los votantes de izquierdas, pero el discurso populista encandila y persuade ante la monotonía de Macron. Le Pen ha aparcado su idea del ‘Frenchxit’, pero sí ha apostado por reducir drásticamente la aportación de Francia a los fondos europeos, mientras dispararía el presupuesto de Defensa. Asimismo, la irrupción de la extrema derecha francesa en esta contienda rebaja el perfil a Le Pen.

MEDIDAS POPULISTAS PARA GANARSE EL VOTO OBRERO

Los cambios más drásticos y que chocan con la política actual de la Unión Europea se centran en la jubilación. Lejos de elevar la edad del merecido retiro, como ha hecho España, Le Pen tratará de jubilar a quienes cumplan 60 años y tengan 40 años cotizados. Además, elevará el gasto público con una indexación de la inflación a las pensiones. Además, la pensión mínima en Francia se elevará a los 1.000 euros.

Sin embargo, el más preocupante para los inversores del CAC-40 parisino es el mensaje que ha dado Le Pen durante su campaña. Según afirma, «los mercados no crean empleos, ni tampoco las finanzas internacionales». Una forma de cerrar la puerta a futuros inversores, más cuando Francia les necesita para financiarse. Pese a las críticas del actual presidente de Francia, Le Pen afirma que su programa es robusto y su cometido es volver a dejar el dinero en manos de los bolsillos de los franceses. Buenas y bonitas palabras, pero sin solidez a la hora de poder ejecutar la promesa.

LE PEN CHOCA FRONTALMENTE CON LA UNIÓN EUROPEA

Entre sus medidas, la hija de un ultraderechista ha prometido rebajar el IVA del 20% al 5,5% para productos energéticos y artículos de primera necesidad. Una medida que podría tomar Macron previo aviso a la Unión Europea, como han hecho otros países, incluyendo a España. Asimismo, propone renacionalizar las autopistas y rebajar en un 15% los peajes.

A cambio de esta subida del gasto público, privatizará la televisión y radio estatal. Hasta ahora, los franceses pagan una tarifa anual de 138 euros. En su viraje al populismo moderado, ha asegurado que eliminará la Declaración del IRPF para los menores de 30 años, independientemente de sus ingresos. También hará lo propio para las empresas de reciente creación con el impuesto de sociedades.

Le Pen ha prometido también revisar los tratados de libre comercio

Como es ya un clamor unánime en Europa, pero que aún sigue vigente en España, Le Pen eliminará los tributos directos de las herencias para familias de rentas medias y bajas. Para las grandes fortunas, dejará exentos los primeros 100.000 euros en el impuesto de Sucesiones y Donaciones de padres a hijos y de abuelos a nietos. Es decir, más gasto público con menos impuestos. Las posibilidades para equilibrar la balanza pasan por reducir el tamaño del Estado o bien incrementar la deuda para financiar el gasto.

FRANCIA PRIMERO, CON MÁS GASTO Y MENOS IMPUESTOS

Como buena ‘trumpista’, Le Pen ha prometido también revisar los tratados de libre comercio, eso sí con una mayor moderación. Solo romperá los acuerdos que «no respeten los intereses de Francia«. Además, promoverá y obligará a consumir por ley los productos y alimentos producidos en Francia, junto con las prohibiciones de importar aquellos productos que no cumplan con las leyes galas. Todo un desafío en una época donde los precios no dejan de subir y los costes en Francia son significativamente más elevados que en otras regiones de África y Latinoamérica.

En el tema energético, Le Pen da por cerrada la implantación de la energía eólica, contentando especialmente a los ecologistas, y volverá a las nucleares e hidroeléctricas. También busca romper con el mercado eléctrico europeo, como ya ha hecho España.