Las personas que conviven con un perro saben que en ocasiones pueden dejar un olor fuerte en el ambiente, mucho más después de mojarse. Aunque a menudo, al compartir espacios a diario, el olfato se acostumbra y se deja de percibir ese aroma, los demás sí lo van a notar, porque el olor igualmente está ahí. Para evitar que la casa huela a perro y, por el contrario, desprenda un perfume rico y agradable, debemos seguir algunas pautas con las que fácilmente podemos solucionar esta cuestión.
7UNA BUENA VENTILACIÓN

Ventilar con frecuencia es algo que se debe hacer en todas las casas, pero si convivimos con un perro o varios, lo mejor es airear varias veces al día, aunque sean unos pocos minutos. Por ejemplo, podemos aprovechar los paseos con el can, para dejar las ventanas abiertas y que se renueve el aire en todas las habitaciones. Esto se puede combinar con el uso de ambientadores, que hoy día se pueden encontrar en múltiples formatos: mikados, eléctricos, sprays, velas….