La china Great Wall Motors presiona con fuerza a la mesa de reindustrialización, formada por el Gobierno, la Generalitat, sindicatos y la propia Nissan. Hace tan solo una semana, este gigante asiático admiraba la planta. Los técnicos llegados de oriente comprobaron ‘in situ’ las condiciones de la maquinaria, así como el estado de las instalaciones. No pusieron pega ninguna e incluso los comentarios hacia los empleados y representantes de los trabajadores eran «muy buenos».
Sin embargo, la situación ha cambiado por completo en la última reunión de la mesa de reindustrialización. Great Wall ha puesto objeciones a cada uno de los puntos de la negociación. Los esfuerzos del Gobierno y de Nissan es tratar de acercar posturas, aunque afirman que todos estos contratiempos forman parte de una «normal» negociación, según fuentes conocedoras de estas reuniones consultadas por MERCA2.
La reindustrialización corre peligro
La delegación del Gobierno, formada por representantes del Ministerio de Industria, junto con sus homónimos de la Generalitat tratan de convencer a Great Wall Motors para quedarse en la planta de Nissan tras presentar sus objeciones a la planta. Entre otros puntos candentes en esta negociación se encuentra el alquiler de los terrenos.
GREAT WALL, DE BAJAR EL ALQUILER A EXIGIR MÁS AYUDAS PÚBLICAS
El Consorcio de la Zona Franca de Barcelona se niega en rotundo a bajar el precio del alquiler, tras haberlo hecho cuando se instaló Nissan. Este desencuentro ha encendido las alarmas entre los trabajadores, que han parado la producción este jueves y lo harán este mismo viernes para explicar punto por punto la situación actual.
No es el primer rifirrafe que mantienen los trabajadores con el Consorcio de la Zona Franca, dirigido por el socialista Pere Navarro. El pasado mes de mayo, los sindicatos rechazaron convertir la planta de Nissan en un centro logístico o naves industriales. El motivo es que el exlíder del PSC en Cataluña se niega en rotundo dejar escapar ingresos, más en un contexto de gran demanda por el terreno industrial en la primera corona de Barcelona.
En su instalación, Nissan consiguió reducir el alquiler entre el 20% y el 30%, una opción que se le niega a Great Wall Motors para ocupar esas mismas plantas junto al Puerto de Barcelona. En un principio, el Consorci de la Zona Franca no tiene voz en la mesa de reindustrialización, pero sí tiene en su mano poder facilitar la llegada del grupo chino para salvar 1.600 puestos de trabajo.
UNA INVERSIÓN QUE SE QUEDARÁ CORTA
Great Wall Motors se ha empeñado en bajar los alquileres, y, además, cree que la inversión inicial contemplada en el proyecto se quedará corta. Por este motivo, ha activado la misma estrategia que negoció Ryanair con la Generalitat para operar en el aeropuerto de Girona.
En este sentido, el fabricante chino, que se había puesto como objetivo la producción de 300.000 vehículos anuales, trata de arrancar un compromiso a las autoridades para recibir ayudas directas o bien subvenciones.
El problema, en este sentido, es que Bruselas lo prohíbe. De hecho, Ryanair está aún bajo investigación, así como la Generalitat por esos acuerdos. Hasta ahora, la aerolínea irlandesa había recibido más de 60 millones de euros desde que empezara a operar en ese aeródromo. La petición de Great Wall Motors alcanza los 100 millones de euros para supuestamente modernizar la planta. No obstante, se baraja la posibilidad de que esta reindustrialización entre dentro de un PERTE.
En este tira y afloja entre empresa y políticos se encuentran los trabajadores, presos del nerviosismo. «Están preocupados porque el tiempo corre en su contra», han asegurado fuentes sindicales a MERCA2. El compromiso inicial de la mesa de reindustrialización pasaba por alcanzar un acuerdo antes de terminar el mes de diciembre. El 1 de enero, Nissan cerrará para siempre sus puertas y los empleados, si no han llegado a un acuerdo para sustituir a la japonesa, se quedarán en paro.
EL TIEMPO CORRE EN CONTRA DE LOS EMPLEADOS
«La reindustrialización corre peligro», han afirmado las mismas fuentes. En este sentido, esperan que Great Wall Motors esté usando una estrategia de presión para ahorrar costes en la inversión y reconversión de la planta. No obstante, no las tienen todas consigo. «¿Y si es una excusa para llevar finalmente su fábrica en otro país?», han reflexionado.
«Están muy nerviosos y son los propios trabajadores quienes han decidido para las líneas para exigir una detallada explicación de la reunión«, han indicado las mismas fuentes. En este sentido, han pedido tanto al Ministerio de Industria como a la Generalitat que dejen la tranquilidad para otro momento y no tratar de convencer a la china, sino de que asuma su propio proyecto.
Sin embargo, la empresa asiática no ve viable ahora el proyecto tras haber inspeccionado las plantas. Por este motivo, pide ayudas, como las que concede el Gobierno de Xi Jinping, a su industria. En la Unión Europea, este tipo de subvenciones están completamente prohibidas.
REYES MAROTO ABRE LA PUERTA A NEGOCIAR CON OTRAS EMPRESAS
La ministra de Industria, Reyes Maroto, ha abierto esta posibilidad, que podría iniciarse en la próxima reunión, el 1 de diciembre. Los trabajadores iniciarán una nueva presión para pedir «concreción» en la negociación.
En este contexto, los representantes de los trabajadores han emplazado a los políticos a entrar a negociar con las otras empresas finalistas para poder salvar en parte la reindustrialización. Entre ellos, el hub de electromovilidad liderado por QEV Technologies, y Silence, que quedaron en segunda y tercera posición.
No obstante, la estrategia de negociación con la empresa asiática no es válida. Estas empresas huyen de la presión, así como de dar detalles de las negociaciones, incluso una vez realizadas. Llevan a rajatabla el dicho de ser esclavos de la palabra y dueños de los silencios. En España es diferente.
Asimismo, los trabajadores tampoco se fían de las cifras aportadas por Great Wall Motors. «¿A quién van a vender 300.000 vehículos?», se han preguntado. Y es que, esta cifra duplica al plan inicial presentado en la mesa casi sobre la bocina.
LAS OBJECIONES DE GREAT WALL, BAJO LA LUPA
La inversión inicial ha ascendido a 200 millones, pero exigen que las arcas públicas deberán sufragar la mitad para establecerse en Barcelona. Asimismo, hay también desacuerdos en los salarios, pese a que Nissan es una de las empresas que fija las nóminas por debajo de la media del sector, siendo Seat una de las que mejor paga.
Además, tampoco quiere encargarse de la plantilla de Nissan, ni cumplir con la contratación fijada en un mínimo de tres años por la mesa de reindustrialización.