La manzanilla es una infusión muy habitual en los hogares y una de las más consumidas. Se utiliza desde hace muchos años y su uso más extendido es para tratar naturalmente la salud del estómago. Muchas personas recurren a esta infusión para evitar o aliviar digestiones pesadas, y a la vez mejorar el funcionamiento intestinal. Su nombre científico es Chamaemelum nobile y aunque por lo general solemos beberla cuando nos encontramos mal, la realidad es que recomendable tomarla de forma habitual, ya que tiene otras funciones interesantes además de cuidar el aparato digestivo.
MEJORA LA DIGESTIÓN
El primer uso es el más popular, ya que es lo más habitual tomar una manzanilla después de una comida copiosa para evitar pesadez o malestar. También es una gran aliada en esos momentos en los que sentimos dolor o retortijones por una mala digestión. La manzanilla actúa como relajante y esto afecta positivamente al aparato digestivo. Además, estimula muy suavemente los movimientos del estómago y del intestino, contribuyendo a que el proceso de digestión se lleve a cabo de forma eficaz. Por lo tanto, una infusión de manzanilla puede aliviar la indigestión y los dolores de barriga.
