Cómo invertir en el metaverso: los futuros millonarios del ‘nuevo internet’

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El mundo cambió cuando Facebook mudó su nombre a Meta. En ese momento, el termino metaverso inundó el buscador de Google hasta el punto de ser una de las palabras más buscadas durante las últimas semanas. Más tarde, los metaversos se multiplicaron. Ahora, todo el mundo con cierta visión, o eso dice, tiene planes para desarrollar uno propio, aunque en la actualidad sea difícil. La razón es que nadie se quiere quedar atrás de la próxima gran revolución que debe transformar la sociedad. Al fin y al cabo, el metaverso ahora es como internet a finales de los 80.

En cuanto al termino metaverso, y pese a su uso extensivo, todavía hay poca consistencia sobre qué significa. En la obra que dio origen al concepto, ‘Snow Crah’ de Neal Stephenson, se trata de una realidad virtual aumentada a la que se conecta el protagonista, Hiro Protagonist. En ella, las personas aparecen como avatares creados por ellos mismos y participan en infinitud de actividades. En otra novela denominada ‘Ready Player One’ aparece otro ejemplo. Así, en un mundo postapocalíptico las personas pueden vivir en una realidad paralela virtual denominado Oasis, de nuevo, con la identidad que elige cada usuario.

A modo de resumen se podría decir que se trata de un mundo inversivo, en red, tridimensional (con realidad aumentada) y sin límites. Para muchos su definición es más sencilla: el metaverso es el internet del futuro. Una explicación que parecen compartir todos los magnates tecnológicos, los grandes (y muchos pequeños) inversores y miles de desarrolladores. Esa descripción también da a entender las enormes oportunidades económicas que irán apareciendo a medida que esta tecnología crezca. Así, como la red ha generado un reguero de millonarios, el metaverso promete hacer lo mismo en los próximos años.

INVERTIR EN EL OCIO Y ENTRETENIMIENTO DEL FUTURO

Pero invertir, como tal, en el metaverso no es una opción. Su desarrollo promete ser libre y convertirse en una plataforma donde usuarios y compañías se encuentren. Por ello, la mejor manera de exponerse a su desarrollo (y éxito) es hacerlo a empresas ligadas a él. El primer bloque importante será el del ocio y el entretenimiento. De hecho, en las obras de Stephenson o ‘Ready Player One’ su creación está unido en cierta medida al mundo de los videojuegos. Y, para ser sinceros, es el mercado en el que la tecnología promete más desarollos con marcas como Fortnite, Minecraft o League of Legends.

Para aprovecharse de su tirón aparecen firmas con mucho recorrido como la multinacional china Tencent, Roblox, la propia Facebook (ahora Meta), la desarrolladora Blizard Entertaiment o Nintendo, que está convirtiendo en un éxito su título ‘Animal Crossing’. Aunque quizás si se busca una ganancia más vertical, lo que incluye la posibilidad (también) de una pérdida con igual pendiente, una de las favoritas es Decentraland que en las últimas semanas se ha llegado a multiplicar por tres.

El potencial es enorme. De hecho, Fortnite (de Epic Games) lleva batallando en los juzgados meses con Apple y Google. En palabras de su creador, Tim Sweeney, su guerra “transciende los juegos” y el objetivo “es construir algo parecido a un metaverso de la ciencia ficción”. Pero hay mucho más que los juegos. El metaverso también implica la posibilidad de conectarse a cualquier partido o competición y poder seguirla como si se estuviera en el estadio (incluso en el propio terreno de juego o pista) desde el asiento de nuestra casa. Y, también, aplicar ese misma tecnología conciertos o festivales solo o acompañados de otros avatares. Las posibilidades son tan enormes como absorbentes.

EL DESPEGUE DEL METAVERSO CORPORATIVO

La idea de invertir en ese tipo de desarrollos, y compartir su beneficio económico, se hace a través de las compañías que son capaces de generar esa tecnología. Al menos, por el momento es la mejor manera de estar expuestos a esos progresos futuros. En este punto entra, por ejemplo, de nuevo Meta a través de Oculus Quest y sus múltiples desarrollos a través de sus gafas que mejoran día a día. Pero, sin duda, lo anterior evolucionará a medida que lo hace otro concepto que promete ser muy rentable en los próximos años: el metaverso corporativo.

Un desarrollo que aunque todavía necesita consolidarse, y encontrar un nombre con tirón, está mucho en pleno proceso de creación. Es, además, en el que a priori el impacto puede ser mayor, dado que va más allá de ser una simple copia virtual de la realidad. A diferencia del metaverso anterior, que está poblado principalmente por avatares humanos, la versión corporativa es principalmente una colección de objetos. De hecho, los llamados «gemelos digitales», réplicas virtuales en 3D de todo tipo de activos físicos que van desde tornillos simples hasta fábricas enteras, son la clave de todo.

La reflexión detrás de este nuevo invento es en cierta manera sencillo: así, los dos elementos están conectados de tal manera que un cambio en el ente digital desencadena un cambio igual en el gemelo real y viceversa. Para hacerse una idea de ello se puede apreciar algo similar en las películas de Iron Man, donde John Stark es capaz de juguetear con piezas digitales para estudiar como responderían en la realidad. Así, el objetivo es que se puedan observar cambios reales a través de cambios virtuales. Esta configuración permite operaciones que mejoran la productividad que son difíciles hoy en día como, por ejemplo, optimizar la forma en que algunos grupos de máquinas trabajan juntos. 

NVIDIA O MICROSOFT, LOS MEJORES COLOCADOS

A la hora de invertir y apostar por este tipo de desarrollos sobresalen dos nombres: Microsoft y Nvidia. La firma que dirige Satya Nadella ha desarrollado una plataforma completa sobre la cual otras empresas pueden desarrollar aplicaciones. Esto incluye herramientas para construir gemelos digitales y analizar los datos que recopilan. Pero esta «pila», como se conocen a estas colecciones de código, también proporciona tecnología que permite a las personas colaborar, incluido Mesh, un servicio que aloja espacios virtuales compartidos, y HoloLens, un visor de realidad mixta, con el que los usuarios pueden inspeccionar conjuntamente un gemelo digital.

Por su parte, Nvidia se encarga del desarrollo gráfico, mientras la anterior está centrado en el software. Su Omniverse también es una plataforma para espacios virtuales compartidos, pero que permite a grupos de usuarios traer elementos que han construido en otro lugar y combinarlos en un gemelo digital en el que luego pueden trabajar en equipo. En la actualidad, la firma ya trabaja con el fabricante alemán BMW para facilitar la reconfiguración de sus 30 fábricas de automóviles.

Microsoft colabora con el gigante cervecero AB InBev para crear gemelos digitales de algunas de sus más de 200 cervecerías, con la idea de controlar mejor el proceso de fermentación. Pero no solo brillan ambas. De hecho, al calor de su tecnología aparecen otras compañías como Cosmo Tech o Bentley Systems (con una fuerte revalorización bursátil) que se están aprovechando para encontrar su nicho de crecimiento. Y pronto legarán más y más que rellenen los huecos necesarios para el desarrollo del metaverso. Aunque la gran pregunta es si estos nuevos actores podrán llegar a ser protagonistas como los relativamente noveles GAFAM lo hicieron con internet.