Telefónica se aferra a negocios paralelos en España bajo una competencia desaforada

La competencia empresarial es una gran noticia para los consumidores, pero un dolor de cabeza para las compañías. Sobre todo cuando se pierde la perspectiva. Así se refleja en las cuentas de Telefónica, que tiene atravesado el mercado español por la guerra de precios. Ante este empuje, el operador azul vuelca cada vez más esfuerzos en los negocios no telefónicos. Básicamente para retener a los usuarios, aunque también con la esperanza de que lleguen nuevos clientes con el prometido valor añadido.

La compañía presidida por José María Álvarez-Pallete ha rendido cuentas al mercado, y en el desglose español ha querido ofrecer las primeras referencias numéricas con todos los negocios paralelos. Explica que Movistar Prosegur Alarmas ha crecido en más de 100.000 clientes desde su lanzamiento, mientras que Movistar Salud supera los 50.000 clientes y, próximamente, anuncian que se lanzará el nuevo seguro del hogar Movistar Seguros en colaboración con BBVA, Allianz y Santalucía.

Unos datos que invitan a pensar de manera optimista hasta que se llega al siguiente cuadro en la presentación de resultados dentro de ‘Telefónica España’. Aquí las cifras reflejan la guerra comercial que ya nadie oculta, pero que todos siguen fomentando. Incluido el propio operador azul a través de su marca O2. Los ingresos mantienen un comportamiento plano, mientras que las métricas de clientes dejan entrever una mala tendencia.

En septiembre de 2020 Telefónica España reportaba al grupo un total de 6.030.000 de clientes de banda ancha. Un año después la cifra ha caído en 156.700 usuarios. Una situación que tiene su reflejo, lógicamente, en el negocio de la televisión, donde la compañía pone su suelo en 3.775.500 abonados, un total de 228.500 menos que hace un año. Y además, este desfase en la pérdida de clientes se explica, precisamente, en el saldo neto nuevo de los que se van, los que vienen y, estos últimos, que lo hacen sin TV, seguramente aterrizando en O2 con precios más bajos.

La guerra de precios va a dejar muchas víctimas por el camino

Algo que se refleja en el ARPU de Telefónica España. La rentabilidad por cliente ha pasado de 91€ a 89€. Uno de los más altos de Europa, como señala la compañía en sus cuentas, pero que aflora una vez más esa guerra comercial que provoca perder clientes con altas facturas y que lleguen otros con promociones, rebajas o reclamos temporales.

TELEFÓNICA, SOLO UN REFLEJO MÁS

Estos datos de Telefónica son un reflejo más de lo que está pasando en las telecomunicaciones. Lo que seguirá pasando durante los próximos trimestres; y la incertidumbre que deja. Hace uno días Orange España presentaba sus resultados trimestrales. Misma situación. Un negocio que no crece, una estrategia multimarca que da más dolor de cabeza que alegrías; y una cartera de usuarios que se vacía.

Y Vodafone España presenta resultados dentro de una semana. Y de nuevo, misma situación. Sacarán pecho con los datos de captación de Lowi e intentarán obviar la pérdida de clientes en banda ancha, sobre todo en los segmentos más premium.

El problema es que esos negocios paralelos no se proyectan de manera clara y efectiva sobre las cuentas de resultados. Más bien son parches de imagen que todos los operadores, incluido Telefónica, ensalzan con la intención de generar cierta fidelidad por parte de los clientes. Sin embargo, dicho sentimiento de pertenencia desaparece cuando la tarifa se rebaja en 20€ o 30€. Y ese es el contexto en estos momentos.

Raúl Masa
Raúl Masa
Ex Coordinador de redacción y redactor de empresas y economía; especializado en telecomunicaciones, tecnología y energía.