Con algunos productos televisivos de masas resulta fácil moverse entre la crítica. Y claro, Operación Triunfo nunca estuvo alejado de esta escena. Esto ocurrió, incluso, cuando el talent show musical era un fenómeno social con récords históricos de audiencia allá por sus primeras entregas, entre los años 2001 y 2002. Entonces se encontraban los David Bisbal, Chenoa, Bustamante, Rosa López, Manuel Carrasco…
Es verdad que, a diferencia de lo que podemos encontrar en la actualidad, el éxito de público de Operación Triunfo pocas veces (o ninguna) se convertía en uno de crítica. Sin embargo, con el renovado espacio, regenerado y expuesto hasta el último plano y convertido en vistas a un espacio digital en todos los sentidos, estas críticas y feos aparecen de manera más habitual. Esto es lo que ha ocurrido recientemente con un propio concursante que hizo su aparición en el programa. Lo conocemos desde MERCA2.
La edición del 2009 recuerda por la escasa relevancia de los concursantes y por la final menos vista de la historia del programa
Sobre Rafa cabe decir que, después de su paso por Operación Triunfo, se ha convertido en un nombre propio bien cotizado en musicales: ‘Hair’, ‘Good night Whitney’ o ‘La maravillosa historia de la Bella Durmiente’ son algunos de los espectáculos que han contado con su impronta. Al mismo tiempo, también ha debutado en la pantalla grande con ‘El primo Mario’ o ‘Tenemos medio pollo en la nevera’, de Patricia Medina. Ha crecido también su experiencia en los cortos, con títulos como Inmaterial, Compromiso, Volviendo o Desconectados en su haber.
Por lo tanto, no se puede decir que le hayan ido precisamente mal las cosas al de Castellón, más viendo lo que fue aquella edición del 2009. Un año en el que los espectadores se encontraron con una esa relevancia de los concursantes en el panorama musical después del concurso y el incierto destino en las listas de éxitos. Aquel año el ganador fue Mario López, aunque sin demasiada exposición pública final, puesto que el programa venía arrastrando graves problemas de un formato perdido, sin espectadores ni enganches que lo hicieran tan atractivo como algunos del pasado. Esa edición tuvo la final menos vista de la historia del programa.
