Javier Urra: «En la tele no se hace demasiado para elevar el nivel cultural de la sociedad»

Javier Urra nos sirve de termómetro para medirle la temperatura a la sociedad, en general, y a los medios de comunicación, en particular. Este doctor en Psicología y Ciencias de la Salud, pedagogo terapeuta, profesor de la Complutense, académico de la Academia de Psicología y primer defensor del Menor en España ha buscado espacio en una ajetreada agenda que arranca cada día a las 04.30 horas para escribir un libro de casi 500 páginas que mira al arte desde el prisma de la piscología. De arte, tertulias y ansiolíticos hablamos con Urra en MERCA2.es:

¿Qué te ha animado a lanzar ‘Arte y Psicología’ (Editorial Morata)?

Creo que es un tema interesante que apenas se había abordado. Son 65 temas psicológicos que creo que componen una herramienta psicoterapéutica que puede convertirse en guía referencial.

La obra ahonda en el mundo del arte y mira al artista, que entiendo que quiere trascender…

Básicamente, sí. El ser humano necesita superior la finitud que obliga la muerte. Pero el arte también sirve para llegar a otro ser humano a través de un lenguaje profundo y espiritual. Es una forma de comunicarse de forma íntima, tal y como lo hacían nuestros antepasados cuando pintaban animales en las cuevas. El ser humano necesita el arte por las emociones que nos aporta un cuadro, una canción…

Parte de la sociedad también parece necesitar algo de evasión porque se está instalando una especie de euforia contenida respaldada por la exitosa campaña de vacunación realizada por el Gobierno de España y por la desaparición de los nubarrones económicos gracias a los fondos Next Generation. ¿Cómo ves a la sociedad?

Está como siempre: en estado de evolución. El ser humano se adapta a cualquier infortunio: ya hemos superado varias pandemias, dos guerras mundiales… Somos un animal flexible que ahora necesita esperanzarse.

Es cierto que hemos sufrido mucho a nivel emocional, no hay más que ver cómo se ha disparado la venta de antidepresivos para ver que la sociedad está muy dañada. Y es que han muerto decenas de miles de personas en España, han quebrado empresas… Creo que la euforia esa que ves es un deseo de la sociedad más que una realidad. Porque todos queremos volver a la normalidad.

Se puede tener la tentación de querer hacerlo soslayando la realidad. Porque la gente normalmente dice que está bien mientras lo pasa mal.

Es psicología positiva y digno de personas inteligentes. Eso sí, sin llegar a un extremo. Porque cuando se tiene dolor, o hay un sufrimiento considerable, hay que decirlo.

Y en la sociedad hay sufrimiento

Sí porque nos hemos dado cuenta que nuestro mundo es muy vulnerable o que los animales no nos echan de menos. Somos prescindibles. Pero al menos seguimos teniendo la capacidad de hacernos preguntas y de transmitir sensaciones a través del arte.

Decías el pasado año que habría un repute de la violencia cuando regresase la normalidad. Casos como el de Samuel podrían circunscribirse a esta predicción.

No tiene por qué. Pero es evidente que la frustración de la sociedad se convierte en agresiones, en algunos casos contra sí mismo o contra terceros. Pero casos como el de Samuel o el de Amorebieta, que son ataques en grupo, no son necesariamente fruto de un malestar previo.

Lo que sí está claro es que la sociedad ha perdido su componente espiritual y ha sufrido una fractura en sus valores morales. Ambos hechos, unidos a la aparición de las nuevas tecnologías, facilitan que se compartan hechos horribles en las redes sociales. Algunos no son conscientes de la gravedad de los actos que comparten.

El hecho de que algunos actos de violencia extrema se cometa en grupo parece provocar que algunos crean que pierden la responsabilidad. Me gustaría que los medios de comunicación sigan casos como estos para que no abunde la sensación de impunidad.

De este tipo de contenidos se sirven algunos magazines televisivos que parecen querer sembrar la alarma social.

Parte de la sociedad pide este tipo de contenidos. Los medios cubren la demanda. Pero en la televisión me preocupa más lo que no se ve que lo que se ve. Cuando yo era pequeño no existía ni el UHF (La 2) y te aseguro que La 1 emitía conciertos de música clásica, obras de teatro en directo o debates con literatos. Ahora no parece hacerse demasiado en las televisiones para elevar el nivel cultural de la sociedad.

Hace unos meses denunciabas el exceso de emoción que rige nuestros destinos.

La emoción es parte del ser humano, pero conviene que la razón gobierne nuestra conducta. Puede ser deseable que la emoción varíe algún asunto, pero debemos marcar distancia con el sentimentalismo.

Unidas Podemos acaba de presentar un anteproyecto de ‘ley de Salud Mental’. ¿Crees que el resto de la clase política la apoyará?

En España tenemos 6 psicólogos por cada 100.000 habitantes. En el resto de Europa hay 18 y en los países de la OCDE, 24. Es evidente que la sociedad sufre estrés, ansiedad y suicidio. No hay salud sin salud mental. Las enfermedades físicas van superándose mientras que a las psicológicas les falta atención. Pregunta a los médicos de Atención Primaria. Creo que la clase política está vez sí que está concienciada con la salud mental porque la sociedad se lo está demandando a gritos.