jueves, 12 diciembre 2024

Las nuevas necesidades de vacunas prometen volver a disparar a BioNTech

IG Markets

Las vacunas de segunda generación comienzan a sonar más que el mismo COVID-19. Ya todos conocemos de BioNTech y su socio aliado Pfizer, con quienes desarrollaron la primera vacuna autorizada tanto en Europa como en Estados Unidos para contrarrestar los problemas de salud pública que causaron la pandemia. Sin embargo, el mercado reconoce de primera mano la marca Pfizer sin prestar la debida atención a esta empresa de biotecnología que comenzó a cotizar en bolsa desde octubre del año 2019 justo dos meses antes de que se diera a conocer el primer caso de coronavirus en el mundo.

Parece una verdadera coincidencia que el nombre BioNTech nunca hubiera sonado, que comenzara a cotizar en bolsa en octubre de 2019, que fuera la primera en entregar la vacuna y que Bill Gates dentro de su astucia en los negocios, hubiera invertido cerca de 50 millones de dólares en acciones de BioNTech a finales de 2019, inversión que a precios actuales le representan más de 340 millones de dólares en beneficio.

Mucha coincidencia que el virus que hoy arrastra más de 4,78 millones de muertos en el mundo fuera preavisado por el mismo Bill Gates hace más de 5 años y que la vacuna de Pfizer- BioNTech fuera la primer vacuna autorizada de comercialización. Inclusive, aseguró que comenzaría a operar en el Reino Unido antes que en Estados Unidos y vaya coincidencia, así sucedió.

Lo cierto es que lo ha vuelto a hacer, primero dijo que posiblemente y de acuerdo con la cantidad de personas vacunadas a nivel mundial se lograría controlar el contagio y se podría llegar a la normalidad en 2022. Posteriormente, a través de su blog (gatesnotes), confirmó que dentro de 3 años y hasta los próximos 20 años volveríamos a vivir una nueva pandemia, palabras mayores que dan susto. Es de esta forma, que BioNTech juega un papel sumamente importante ya que, y como lo comentaba al inicio del artículo, la implantación de una vacuna de segunda generación ya está en camino con lo cual empresas farmacéuticas y de biotecnología como el caso de BioNTech, tendrán negocio para rato.

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La compañía pronosticó en su último informe de resultados que tendrá una demanda de un millón de dosis anuales desde 2022 en adelante. Esto parece que será un negocio recurrente y se verá reflejado en el comportamiento de sus acciones. En ese orden de ideas se vuelve aún más atractiva la acción de BioNTech y esto, paralelo a los nuevos proyectos de ensayos clínicos en que la empresa viene trabajando, la pone en una valoración conservadora de 600 dólares por acción ya que se estima que el precio de la compañía cotiza por debajo de 10 veces beneficio. De esta forma es muy viable que la acción de BioNTech suba al menos un 80% más desde los precios actuales.

Si miramos la acción de BioNTech desde el punto de vista técnico, es muy fácil reconocer dos directrices alcistas. La primera que se crea desde marzo de 2020 hasta marzo de 2021. Posteriormente, desde marzo de 2021 en adelante la segunda directriz alcista de mayor pendiente. De acuerdo con la información comentada anteriormente, podría generar una nueva pendiente alcista en busca de los 600 dólares.

Aquí lo que tenemos que hacer es identificar el mejor punto de entrada. Sí bien es cierto que el precio de la acción está barata frente a su valoración, nos da para pensar que podríamos ingresar en compras en el precio actual. Sin embargo, si el precio visita los niveles de 300 dólares que además de ser un precio psicológico, confluye con el 61,8 de retroceso de Fibonacci y estos, apoyados de la media móvil exponencial de corto plazo más el índice de fuerza relativa que se encuentra en sobreventa, nos daría un mejor ratio de riesgo sobre beneficio cercano de 1@10 veces que corresponde al 100% de rentabilidad al objetivo de 600 dólares por acción.


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