Nadal, Gasol, Alonso… El fin de una era inquieta a las grandes marcas

Rafael Nadal cosechó su tercera derrota en Roland Garros hace solo unas semanas. Fernando Alonso, pese a su persistencia, da sus últimos coletazos en la Fórmula 1 a sus 40 años sin la esperanza de obtener su tercer Mundial. Pau Gasol, este mismo mes, afrontará en Tokio su última cita con España, y quién sabe si de su carrera. Son tres ejemplos, de los muchos que abundan, de referentes de la edad de oro que el deporte español ha vivido en las últimas dos décadas y que inevitablemente camina hacia su final. Un motivo de desilusión para los fanáticos y de preocupación para decenas de sponsors.

Por mucho que estos tres nombres trasciendan lo deportivo, su visibilidad casi siempre queda reducida al momento de competición. Una retirada no es el del agrado para las firmas que han pagado cifras desorbitadas por vincular su nombre al de estos deportistas. Que se lo digan a Arriaga Asociados, que mantiene su unión con Iker Casillas a pesar de que poco se habla ahora del portero más allá de su ruptura con Sara Carbonero o Monster Energy, que aún ejerce de sponsor de Jorge Lorenzo, aunque este solo salga a la palestra cuando una polémica agita el padock.

Nike, Kia, Movistar y un puñado de marcas amenazadas

El listado de marcas que envuelven a estos deportistas y otras leyendas que están cerca de anunciar su adiós es numeroso, pero por duración, repercusión y apuesta económica, algunas saldrían mucho más dañadas. Nike es el ejemplo más claro. La firma estadounidense, que ha acompañado a Nadal durante toda su carrera y renovó el contrato en 2018, es la marca más asociada al balear por los españoles según el último Barómetro de Índice Deportivo. Por si fuera poco, la empresa deportiva también está detrás de Pau Gasol, cuyo adiós es mucho más inminente.

Otra de las marcas que ya sufre la menor actividad de Nadal en las pistas (recientemente ha renunciado a Wimbledon y los Juegos Olímpicos de Tokio) es Kia, a quien los españoles también reconocen principalmente gracias al exnúmero uno del mundo. Por fortuna, la compañía puede presumir de haber salido ilesa de la complicada situación que ha generado el coronavirus. A pesar de que las ventas de Kia Motors descendieron en un 5,9% en 2020, este año esperan entregar 2,92 millones de unidades, lo que supondría un ascenso del 12% y superar los niveles prepandemia, según informó la compañía a principios de este 2021.

A estas firmas se le suman muchas otras, como Babolat, a la que Nadal ha vinculado su nombre pese a la lluvia de ofertas que ha tenido por parte de otras firmas. En el caso de Alonso Finetwork perdería un gran escaparate, aunque su entrada en el deporte toca todos los palos y para cuando llegue el adiós del asturiano su objetivo de promocionar la marca estará más que cumplido.

Las empresas españolas, como es lógico, no saldrán ilesas de esta ecuación. Nadal es una de las grandes señas de identidad de Movistar, que ha explotado su imagen con un sinfín de campañas publicitarias. Hasta el Sabadell, que rompió su contrato en 2019, sufriría el adiós del tenista. Por suerte para la empresa de telecomunicaciones, gran parte de su repercusión en el deporte no le llega del tenis, sino del ciclismo, donde puede presumir de ser la marca más asociada a este deporte, junto a Cofidis o Carrefour, que en los últimos años ha patrocinado la Vuelta a España. Iberia perdería el tirón de Gasol, aunque cuenta con el escaparate de la Selección Española de Baloncesto y Mapfre también quedaría a la deriva. Pero la empresa que más va a añorar a esta generación es el Banco Santander.

Santander, el que más ‘pierde’

De entre todas las empresas, el Banco Santander es el gran perjudicado del adiós de esta generación. Nadal, Gasol y Alonso, por este orden, son los tres deportistas españoles mejor valorados en España. Y los tres, de una u otra forma, tienen un estrecho vínculo con este banco que va a quedar relegado a un segundo plano mediático. La relación entre la empresa de Ana Botín y Gasol es la más estrecha. El Santander ejerce de patrocinador oficial de los campus que organiza el jugador del Barcelona, una alianza que previsiblemente no se romperá pese a que este anuncie su retirada.

En el caso de Nadal, el Santander hizo una apuesta firme por los valores que este representaba más allá de las pistas, y consiguió que el tenista diera ‘calabazas’ a Sabadell, en un contrato que se cerró por sorpresa en 2019 y al que quizás no puedan sacar el rédito esperado. Por último, pese a que la asociación de Santander y Alonso se remonte por última vez a su etapa en Ferrari, lo cierto es que el Barómetro de Índice Deportivo ofrecido por la Asociación de Marketing refleja que esos años calaron mucho en el aficionado español, que aún asocia esta firma al piloto.

En definitiva, tres armas publicitarias que de un ‘plumazo’ dejarían de tener la enorme repercusión que han generado hasta la fecha. El Santander, como las otras marcas mencionadas, viven con incertidumbre este momento, a la espera de cazar jóvenes talentos que tomen el relevo a nivel comercial.