El alquiler vacacional de Madrid se planta y exige una regulación seria

La asociación de particulares, gestores y propietarios de alquiler vacacional de la Comunidad de Madrid ha presentado un plan de acción ante la normativa que ultima el Ayuntamiento. “Queremos una regulación exigente que nos proteja de los malos actores”, afirma el presidente de Madrid Aloja, Adolfo Merás, que recuerda el efecto dinamizador de la vivienda turística que, en Madrid ejerce, además, de “redistribuidor del gasto a otras ciudades vecinas como Toledo o Ávila” de los turistas que, por comodidad, eligen este tipo de alojamiento.

Merás califica las expectativas del sector de “apasionantes”, con un potencial de crecimiento elevado. Mientras Madrid recibe 10,5 millones de turistas (3,5 por habitante) en Venecia este ratio se eleva a 10 turistas por habitante.

La asociación, que representa a unas 3.500 viviendas de uso turístico, defiende un pacto sectorial para reactivar el turismo, garantizar la convivencia y acelerar la recuperación económica. Madrid Aloja quiere potenciar la faceta de turismo sostenible y de calidad de este segmento, que deja en la región más de 1,5 millones de turistas.

Entre las motivaciones de los turistas que eligen este tipo de hospedaje, el 46% alega la comodidad como el factor que decanta la balanza, “experiencias que no ofrecen otro tipo de alojamiento”. Casi el 55% son familias y el 25% parejas, de los que Merás asegura que “si no existiera esta modalidad elegirían otro destino”.

El impacto en la economía de este segmento turístico es el que invita a combatir a los “malos actores” es decir “tanto los huéspedes que alquilan para hacer una fiesta, como los propietarios que no se consideran vecinos”, es decir, “todos aquellos que dan mala fama al sector”, asegura Merás. La convivencia se sitúa como eje vertebrador de una actividad que “ha venido para quedarse y, por eso, hay que regularla”, concluye el presidente de Madrid Aloja.

El alquiler vacacional ofrece una alternativa necesaria a determinado tipo de viajero que no sólo llega a Madrid movido por motivos de ocio. Merás subraya nuevos usos, como el turismo de reformas constituido por aquellos que se ven obligados a salir de casa durante un tiempo por obras en el domicilio, o el turismo sanitario, para los desplazamientos por hospitalización de familiares o allegados.

Según el presidente de Madrid Aloja, Adolfo Merás, “el alquiler vacacional tiende la mano a la Administración y al resto de los agentes turísticos para volver a hacer de Madrid uno de los destinos con mayor proyección internacional«.

La nueva normativa «debe conciliar la recuperación de la economía y el empleo con el bienestar de todos los ciudadanos y ello supone dar encaje a un modelo de turismo de calidad y sostenible cada vez más demandado y que, sin duda, ha venido para quedarse en la capital y en todas las ciudades punteras del mundo”, apunta el representante del sector.

PACTO SECTORIAL

El alquiler vacacional pide limitar a cuatro de cada diez el número de nuevas viviendas turísticas en edificios. Acotar el sector hasta el 40% de los pisos que alberga un edificio es una de las medidas propuestas por el alquiler vacacional dentro de un plan de acción presentado ante la nueva normativa que ultima el Ayuntamiento de Madrid.

Por encima de ese porcentaje, el sector recomienda que se tramite el cambio de uso a Apartamento Turístico de todo el edificio, lo que a la postre serviría para garantizar un crecimiento urbanístico ordenado.

Madrid Aloja -como kilómetro cero del alquiler vacacional urbano con casi una de cada cuatro viviendas de uso turístico- aboga por una regulación más exigente para devolver la seguridad jurídica al sector frente al último Plan de Hospedaje aprobado por el anterior Gobierno municipal, así como contribuir a la reactivación del turismo y a asentarlo como base sobre la que mejorar el modelo productivo.

Para ello, defiende reforzar el diálogo y ampliar el consenso entre los distintos actores a través de un pacto sectorial que incremente la competitividad de nuestro país frente a otros destinos. Todo ello desde el equilibrio y el fair play para crear una oferta de alquiler vacacional centrada en la sostenibilidad y la calidad, en línea con el Plan Estratégico de Turismo 2020-2023 puesto en marcha por el consistorio madrileño.

MOTOR PARA LA ECONOMÍA Y EL EMPLEO

El alquiler vacacional se postula como motor para acelerar la recuperación económica, sobre todo, a la vista de su efecto tractor en sectores tan damnificados por la pandemia como el del comercio o la hostelería, o incluso en localidades y provincias aledañas como distribuidor territorial del gasto.

Y es que apenas un 24% del gasto que realizan estos turistas durante su estancia es para el alquiler, distribuyéndose el 76% restante en tiendas y supermercados de proximidad, museos, restaurantes o bares, según datos de la Universidad de Salamanca.

Dentro de la batería de medidas que recoge el plan de acción, destaca el censo de viviendas turísticas, con un sistema de plazas limitado -de acuerdo a criterios objetivos- pero dinámico y que sólo acepte altas si se producen bajas. Su finalidad es acotar el número de viviendas, lo que permitiría controlar la oferta y trasladarla a otros barrios en el marco de una consolidación de la demanda del turismo, manteniendo el equilibrio entre todos los tipos de oferta tanto de alquiler como residencial.

DEPÓSITO DE GARANTÍA

Para garantizar el turismo de calidad, Madrid Aloja llama también a combatir la sobreocupación, fijando un límite en el número de huéspedes por vivienda para acabar con los problemas originados por su acumulación e imponiendo sanciones a las plataformas que recojan anuncios con ocupaciones por encima de las permitidas, a los gestores que anuncien más de las autorizadas o a los usuarios irresponsables con el número de ocupantes.

Asimismo, la asociación propone la creación de un depósito de garantía proporcional al número de huéspedes. Y es que facilitar la convivencia entre todos se ha articulado como uno de los ejes prioritarios de esta propuesta de regulación, pese a que solo un 3,5% de los madrileños considera las viviendas de alquiler vacacional como un problema de la ciudad, según la Encuesta de Calidad de Vida y Satisfacción con los Servicios Públicos del Ayuntamiento de Madrid de 2019.

En esta línea, el alquiler vacacional también plantea otras medidas como la instalación de sistemas de controles de ruido y vigilante nocturno para garantizar el descanso de todos, el acceso digital -sin llave física- al inmueble o la creación de la Oficina de Servicio de Mediación y Convivencia para que los vecinos se sientan escuchados y atendidos; una medida que ya ha demostrado en otras urbes más de un 90% de eficacia para resolver los problemas más comunes.

María Castañeda
María Castañeda
Redactora de MERCA2 de empresas y economía; especializada en energía, sostenibilidad y turismo.
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