La leptospirosis canina es una enfermedad bacteriana zoológica, es decir, que se puede transmitir entre animales y humanos. Se transmite inicialmente a partir de la orina de pequeños roedores que actúan como reservorios, albergando el patógeno pero sin presentar signos clínicos. Al propagarse por la orina, se puede desplazar por los cursos de agua, y es capaz de permanecer en el suelo inactiva hasta seis meses. Es más frecuente en climas húmedos, y en primavera y otoño, con mayor incidencia en entornos rurales, debido a que hay mayor interacción con la fauna salvaje.
5PREVENCIÓN DE LA LEPTOSPIROSIS

Existen vacunas que mantienen protegido al perro de la leptospirosis durante al menos 12 meses, por lo que si el animal se encuentra en situación de riesgo, conviene considerar la vacunación. Además, es recomendable reducir el contacto del perro con posibles fuentes de contagio. Si el perro ya ha contraído la enfermedad, hay que tomar una serie de precauciones, como evitar el contacto con la orina, desinfectar la zona, en el caso de que el perro orine en casa y, cuidar en general la higiene. Además, si el animal contagiado convive con otros perros, todos ellos deberán ser tratados contra la leptospirosis.