El funeral español de Comscore no será cubierto por periodistas

La prensa española prepara el funeral de Comscore, que es un medidor que ha antepuesto el tráfico (comprado, amarillo e inducido por el clickbait) sobre al calidad de la información. Lo cierto es que esto se ha hecho gracias al consenso de todo los editores, que ahora parecen olvidar a su ‘pariente pobre’, que garantizaba el ahora menguante pastel publicitario.

Y es que los medios españoles, por una cuestión puramente empresarial, se verán obligados a dejar de emitir o publicar pensando en el político amigo, el empresario afín o el poder oligárquico de turno. Y caminan de la mano a recuperar la calidad para invitar al ‘lector verdadero’ a que salte el muro de pago.

UNIDAD EDITORIAL ABANDONA COMSCORE

Unidad Editorial ha seguido el camino de Prisa y Vocento y ha puesto punto final a su relación con Comscore. El editor de El Mundo y Marca dice que «es cada vez más inexplicable que Comscore se ciña casi en exclusiva a un indicador de volumen de usuarios, sin aportar información sobre la calidad o la fidelidad de la audiencia, claves en el contexto actual de los medios de comunicación y su valor respecto al mercado publicitario».

Comscore, recuerda el holding dirigido por Antonio Fernández Galiano, basa «sus mediciones mensuales a través de una muestra que oscila entre los 30.000 y los 50.000 panelistas, de los cuales apenas un tercio corresponde a dispositivos móviles pese a que el tráfico móvil es mayoritario para todas las cabeceras».

Y la consultora «no permite identificar con exactitud al lector que interactúa desde diferentes dispositivos, una práctica habitual en el comportamiento de los usuarios, que se conectan a internet desde un PC, una tablet o un teléfono móvil indistintamente a lo largo del día».

«El sector de los medios de comunicación está inmerso en un proceso revolucionario de transformación digital, donde el data y el conocimiento de los usuarios han permitido reevaluar la relación de los medios de comunicación con sus diferentes audiencias», añaden.

PRISA YA ABRIÓ LA VEDA

Prisa ha dejado claro que quiere que el ratio de conversión, la fidelidad o el tiempo de permanencia en el portal sean parámetros con mayor peso en el nuevo medidor que sea aceptado por el consenso de los principales editores.

La editora de El País y As explicó que rompía con Comscore y emulaba «a otros grandes medios internacionales que han adaptado la medición de audiencias a un contexto en el que los modelos de suscripción, la evolución del ecosistema publicitario y el manejo de la data propia han dejado obsoletos los medidores sectoriales utilizados por los mercados».

«Este movimiento se hace en respuesta al progresivo distanciamiento entre el indicador estándar del actual medidor oficial, Comscore, y la realidad del mercado en España. Confiar casi exclusivamente en un indicador de volumen, que no aporta información sobre la calidad o fidelidad de las audiencias y que, por tanto, otorga el mismo peso a un lector que visita un site todos los días del mes que a uno que lo hace sólo un día, no alcanza a reflejar el contexto actual del sector de la prensa», añadían.

El contexto, asegurabann, está marcado «por la irrupción de los modelos de suscripción por parte de los medios de información general y por el creciente peso que el perfilado de la audiencia y la data adquieren en el mercado publicitario».

Cierto es que Prisa o Unidad Editorial tragan con un medidor igual que dudoso como es el Estudio General de Medios, que esta semana regalaba una subida general a unas compañías de radio que reinan en un entorno oligárquico en el que el resucitado bipartidismo frena la irrupción del sistema digital.