Las almendras son de los frutos secos más consumidos en todas sus variantes. Es mucho lo que se habla últimamente sobre ellas. La leche de almendras está de moda y es imprescindible en las dietas de las personas con intolerancias o con la digestión pesada.
Asimismo, las almendras son un buen recurso para llevar en el bolsillo y comerlas si te entra hambre y no quieres picotear entre horas. Sirven tanto para comerlas como para fabricar cremas, jabones y aceites. El uso de este fruto seco tiene muchas posibilidades y casi todas son beneficiosas para tu salud.
No obstante, todo en esta vida tiene un “pero” y el caso de las almendras no iba a ser diferente. En este artículo te contaré algunos de los motivos por los que consumirlas y otros por los que es mejor mantenerte lejos de ellas.
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Si incluyes las almendras en tu dieta diaria estás contribuyendo a que tu peso baje. Las almendras tienen calorías, pero las grasas son de las buenas y no te afecta ni al colesterol ni a la glucosa.
Es un gran aporte de fibra lo que te hará tener un tránsito intestinal más rápido, también son un alimento saciante. Comer algunas almendras entre comidas te ayuda a no picotear entre horas.
Es un alimento que puedes incluir tanto en dulce como en salado, en el desayuno o en el almuerzo. Son fáciles de mezclar con casi cualquier otra comida. Así que a no ser que sea por alguno de los motivos que te diré a continuación, no tienes excusas para no tomarlas. A continuación te mostramos las tres razones por las que no deberías acercarte a las almendras.