El plan de negocio tiene una importancia vital en los primeros pasos del emprendimiento, al ser una herramienta que puede resultar especialmente útil. Sirve como guía para que el emprendedor tenga claro cuáles son sus objetivos y cómo quiere conseguirlos, pero también para que posibles inversores evalúen en base a él si deberían poner o no su dinero en ese proyecto.
Elaborar el plan de negocio es uno de los primeros pasos que debemos dar al emprender, y no solo debemos prestar atención a los datos que reflejamos en el mismo sino también a cómo expresamos nuestras ideas. Porque es también una herramienta de venta, si no está bien hecho o bien redactado no resultará de interés para posibles inversores.
Hay que tener en cuenta que se trata de un documento extenso. Lo ideal es que no supere las 30 o 40 páginas, pero en la mayoría de los casos superará los 10 folios. Esto quiere decir que el inversor al que se lo hemos presentado va a tener que dedicarle bastante tiempo, y seguro que nuestro plan de negocio no es el único que tiene pendiente de revisar. Por eso, la redacción debe estar cuidada hasta el último detalle y ser capaz de “enganchar” al lector.
La importancia del resumen ejecutivo del plan de negocio
Todas y cada una de las partes del plan de negocio son importantes, pero si hay una que destaca es el resumen ejecutivo. Aunque lo vamos a colocar al principio del documento, en realidad es lo último que vamos a escribir, porque constituye un resumen del plan de negocio.
Normalmente consta de dos o tres folios (no deberíamos extendernos mucho más) en los que le contamos al posible inversor cuál es nuestra idea de negocio y por qué puede ser rentable, así como qué recursos nos harían falta para ponerla en marcha.
El resumen ejecutivo es lo primero que va a leer el inversor, y de lo que hayamos puesto en él dependerá que decida hacer una lectura más en profundidad del resto del documento y valorar si merece la pena invertir en el proyecto.
Por tanto, el resumen ejecutivo debe estar cuidado hasta el último detalle y tener una redacción perfecta y atractiva. Aunque con él estamos intentando vender nuestra idea, no debemos ser demasiado comerciales. Se trata de exponer la idea de negocio de forma lógica y precisa, sin tener miedo a demostrar que existen debilidades en nuestro proyecto pero que estamos dispuestos a trabajar para superarlas.
Si le contamos al posible inversor que nuestra idea es maravillosa, que todo en el mercado es perfecto para que nosotros triunfemos y que vamos a obtener mucha rentabilidad en poco tiempo, seguramente no acabe ni de leer el resumen ejecutivo y pase al documento de otro emprendedor. Por eso, vamos a ver cómo deberíamos redactar el plan de negocio y, muy especialmente, el resumen ejecutivo.
Simplifica al máximo
Cuando sabemos que algo es muy importante tendemos a complicarnos. Pero no debemos olvidar que al otro lado hay una persona ocupada que quiere poder ver de un solo vistazo si nuestro proyecto es o no viable.
Para ello vamos a usar un lenguaje lo más sencillo posible, con frases cortas y párrafos que no sean demasiado largos. Aprovechando todo el poder de los verbos de acción para transmitir nuestras ideas de la forma más positiva posible.
Nos olvidamos en este caso de rellenar espacio por rellenarlo. Nada de abusar de sustantivos y adverbios para darle un toque más rimbombante a lo que estamos escribiendo. Reduciremos el uso de adverbios al mínimo y eliminaremos todo lo que no aporte valor al texto.
Por lo que se refiere a los extranjerismos, solo los utilizaremos si son absolutamente necesarios. El castellano es un idioma muy rico y tenemos palabras para prácticamente todo, así que vamos a aprovecharlo. Y hablando de aprovechar, nada de usar una y otra vez los mismos términos, mucho mejor recurrir a los sinónimos para conseguir un texto menos repetitivo.
Por lo que se refiere al estilo, a través del plan de negocio nos comunicamos con un posible inversor, por lo que el lenguaje y el estilo deben ser siempre formales, pero sin llegar a resultar tan fríos que parezca que no sintamos pasión alguna por nuestro proyecto.
Cuida el texto del plan de negocio en todos los sentidos
Una buena ortografía y una buena gramática son esenciales si estamos elaborando un documento que va a leer una tercera persona. Esto hace que sea fundamental evitar todo tipo de errores y erratas.
El plan de negocio es una tarjeta de presentación de nuestro proyecto, si hay una falta de ortografía estamos manchando su imagen. Sería como ir a una entrevista personal con ese inversor con unas zapatillas sucias.
Una falta de ortografía o una coma mal puesta (o no puesta) pueden parecer algo insignificante, pero en muchos casos pueden dar lugar a que el posible inversor deje de leer y pase a otro proyecto.
Para evitar que esto pase no hay nada mejor que leer detenidamente el texto después de la redacción, corregir y volver a dar una segunda leída con detenimiento. Además, el corrector de los procesadores de texto puede ser de gran ayuda.
También es muy importante que escojamos bien la tipografía. Debe ser un tipo de letra que se entienda bien y tenga un tamaño adecuado. Lo más habitual es elegir Arial o Times New Roman con tamaño 11 o 12. Para el interlineado se suele usar 1,5 o 1,15. Por otro lado, si justificamos los márgenes el texto quedará mucho más elegante.
Dado que en nuestro plan de negocio y en el resumen ejecutivo vamos a tratar muchos asuntos diferentes, podemos usar negritas y títulos y subtítulos para atraer la atención del lector hacia ciertos temas.
La mejor estructura para el resumen ejecutivo
No hay una norma concreta sobre cuál es la mejor estructura a utilizar en estos casos, pero a efectos de hacer la lectura más agradable es importante que el contenido esté estructurado en cuatro o cinco apartados precedidos de un título.
Por otro lado, el texto resulta mucho más agradable de leer si está planteado en forma de preguntas como títulos de los epígrafes y escrito como respuesta el contenido que sigue a ese título.
Por último, podemos utilizar enumeraciones o puntos de viñeta para sintetizar el contenido de cada apartado.
Si lo hacemos bien, el texto será mucho más atractivo y más agradable de leer, lo que nos situará un poco más cerca de obtener esa financiación que necesitamos.