Los inversores temen nuevos confinamientos por la nueva cepa de covid-19

El Ibex volvió a sufrir otra caída histórica este pasado lunes. El principal culpable fue Reino Unido y las razones dos: por un lado, el tema del Brexit todavía sigue sin tener una solución aceptable que no sea el caos. Por otra parte (y más importante), la existencia de una nueva cepa de coronavirus más agresiva e infecciosa que ha obligado a las autoridades británicas a tomar medidas excepcionales en materia de mayores restricciones. Por ello, no es coincidencia que son las empresas con negocio en las islas, como Banco Santander o la propia IAG, las más afectadas.

La nueva variante de covid-19, denominada VUI 202012/01 (abreviatura de la primera «variante bajo investigación» en diciembre de 2020) se ha convertido en la noticia más importante de los últimos días. Por el momento, los investigadores están trabajando para dar respuestas a los muchos interrogantes abiertos, pero los primeros indicios no son demasiado alentadores. El primer y único factor a tener en cuenta es que la nueva cepa provocaría mayores contagios entre la población, dado que por el momento no hay pruebas de que genere mayores complicaciones.

Ese primer factor, que es clave, se sugiere por dos factores. En primer lugar, la secuencia genómica de su rastro sugiere que donde está presente las infecciones se han disparado. Así, este virus representó el 62% de las nuevas infecciones en Londres en la semana del 9 de diciembre, mientras que apenas era el 28% a principios de noviembre. En segundo lugar, que el VUI 202012/01 tiene un número inusualmente grande, según los expertos, de mutaciones y ajustes en su genoma. A más mutaciones más problemas a futuro.

UN NUEVO CONFINAMIENTO SEVERO PARA EUROPA

La relación es evidente: más infecciones, implica mayores hospitalizaciones y, a su vez, hace más probable nuevos colapsos. La única forma de parar esa espiral tan peligrosa es frenar totalmente los contactos. En otras palabras, un nuevo confinamiento más severo hasta que la vacunación (que es lo único que funcionaría para pararlo) empiece a dar resultados. De hecho, en Reino Unido ya se ha decretado y podría extenderse al resto a medida que el brote de la cepa se extienda a nuevas regiones europeas.

Ahora, todos los países (algunos como España han tardado más) se han apresurado a cerrar fronteras. Pero difícilmente será suficiente. El primer rastro del VUI 202012/01 en Gran Bretaña es de septiembre y a mediados de diciembre ya supone de media un 10% de los contagios en el país. Las fechas sugieren que esta nueva cepa ya ha estado viajando por Europa. De hecho, Bélgica, Dinamarca y los Países Bajos han notificado casos de esta variante, por lo que en las siguientes semanas o meses se puede asistir a nuevas cepas en dichas regiones.

Por el momento, lo único que se puede hacer es esperar. Pero es cada vez más evidente que cuando aparezcan nuevas cepas, como así ocurrirá, los países no tendrán más opción que volver a cerrar a cal y canto sus economías. Así, los inicios del 2021 podrían ser un deja vú de 2020, con un virus incontrolado que obligue a parar a la sociedad de nuevo. Ese escenario, que no es tan descabellado, es el que empiezan a temer los mercados. Aunque con una variable importante: las vacunas.

LA VACUNA MÁS IMPORTANTE QUE NUNCA

En 2020, el cierre de la actividad y los confinamientos generales buscaban detener un virus descontrolado que había colapsado los hospitales. En 2021, el objetivo sería el de ganar tiempo para que las vacunas hagan su trabajo. Más si cabe, cuando las pruebas hablan de mayor velocidad de contagio, pero no de efectos más críticos. Al fin y al cabo, las mutaciones de los virus (que se producen cada hora) tienden a hacerlos menos mortíferos, dado que así pueden reproducirse mejor.

Las vacunas se han convertido en un actor todavía más vital. Así, algunas de las mutaciones del VUI 202012/01 se concentran en una proteína (una parte del virus) denominada ‘pico’. Dicha parte se encuentra en la superficie y se utiliza para ingresar en las células, donde se reproduce después, y es lo que la hace más o menos infecciosa. Por suerte, las vacunas creadas buscan estimular la reacción inmunitaria a partes no afectadas, por lo que siguen funcionando igual. Por el contrario, los medicamentos y otros tratamientos podrían encontrar problemas para mantener su eficacia, lo que supondría un mayor acicate para nuevas restricciones.

En definitiva, la nueva cepa de covid-19 está circulando por Europa y no se sabe bien que ocurrirá en las próximas semanas. Por ello, actuar con rapidez a la hora de cerrar fronteras es vital, para minimizar el impacto, aunque no implica librarse de futuros problemas. En la actualidad, cada país europeo tiene lanzada una moneda al aire que pronto sabremos si sale cara o cruz.

Pedro Ruiz
Pedro Ruiz
Colaborador de MERCA2