La crisis del covid-19 ha sido un problema inesperado “para todos”, pero precisamente los acontecimientos que no se esperan son “la materia prima” de las aseguradoras, quienes se encargan de paliar las consecuencias. “Es nuestro DNI”, señalaba Pilar González de Frutos, presidenta de Unespa, durante la presentación del informe ‘Estamos Seguros 2019’.
El seguro resuelve al año más de 140 millones de imprevistos que les suceden a sus clientes y que se traducen en un desembolso de casi 50.000 millones de euros al año. La función del este sector es estar presente cuando las cosas van mal, indemnizando los daños sufridos o aportando el servicio necesario para repararlos.
En definitiva, acompaña a los clientes para tratar que la normalidad vuelva a sus vidas después de un percance. De hecho, cada hora el seguro atiende más de 15.000 percances. Esta industria se ocupa de averías, de accidentes, de problemas empresariales diversos, y protege la vida de las personas desde su inicio hasta el final. Desde un punto de vista económico, la actividad aseguradora representa en torno a un 5% del PIB español.
NO ES LO ÚNICO QUE PASA
“La pandemia es lo único que nos pasa”, explicaba González de Frutos en este encuentro. La vida de los asegurados, su patrimonio, instalaciones, casas, vehículos… “ocasiona más de 120 millones de necesidades, en las que alguien vuelve el rostro al seguro en busca de soluciones”.
En este sentido, la presidenta de Unespa destacaba que, al sector asegurador, el covid-19 les “asaltó” como a cualquier otro y en horas, 51.000 trabajadores tuvieron que adaptarse y seguir dando su servicio. El objetivo era mantener el aseguramiento, trabajar para que la pandemia y el confinamiento no fueran sinónimo de desprotección, es por eso, que todo ha seguido en marcha durante los últimos meses.
Sin embargo, reconocía que hay dos modalidades de seguro que merecen reconocimiento, el seguro de decesos y el de salud. Respecto al primero, señalaba que ha sido “una de las trincheras de esta desgracia” y se multiplicado la carga esperada en una situación “extremadamente difícil” desde el punto de vista logístico. Pero respondió, al igual que el servicio de salud, manteniendo dentro y fuera del covid-19 el servicio a sus clientes.
INVERSOR INSITUCIONAL
Durante la presentación de este informe, la presidenta de Unespa también ponía de relieve que el seguro, además de pagador de las prestaciones comprometidas, es un inversor institucional de primer nivel.
Es decir, es un producto en el que un cliente confía una cantidad a su asegurador para que sea suficiente para los acontecimientos que puedan presentarse. El dinero debe guardarse con profesionalidad, pero llegado un momento, las aseguradoras se convierten en inversoras.
Además, el principal objetivo de la industria aseguradora es la deuda pública español, donde invierte casi 166.000 millones que sirven para construir carreteras, escuelas y hospitales. También paga 7.087 millones de euros de impuestos (3.930 millones soportados y 3.157 millones pagados).