En medio de una oleada de informaciones contrarias a la continuidad de Pullmantur Cruceros a largo plazo, la compañía española sale a la palestra para comunicar que ha alcanzado un acuerdo de cooperación con su accionista Royal Caribbean Group en aras de garantizar su viabilidad, obteniendo los fondos necesarios para elaborar un plan de negocio. El anuncio apresurado por la compañía llega tras decisiones que indican una evolución en sentido contrario: no volverá a operar hasta diciembre de 2021 y, a día de hoy, lo haría sin barcos, ni plantilla y ni sede.
La crucerista se quedó sin buques para operar, ya que de su flota de tres, dos de ellos fueron desguazados en Turquía y el tercero espera en un puerto griego para ser despiezado. Finalmente, Pullmantur fue desalojada de la sede que ocupaba en la zona del Campo de las Naciones en Madrid, a finales de septiembre, por impago del alquiler.
Con el acuerdo suscrito con Royal Caribbean Group, la compañía ha obtenido los fondos necesarios tanto para que se pueda proceder a la elaboración de dicho plan de viabilidad, como para llevar a cabo el proceso de reorganización necesario para adecuar la compañía a la nueva realidad y a la materialización del ‘Future Cruise Credit’, el programa para la devolución de las reservas de los viajes cancelados.
Cabe recordar que Pullmantur Cruceros suspendió sus operaciones de cruceros el 13 de marzo de 2020 y desde entonces no ha vuelto a operar ante la imposibilidad de hacerlo en el escenario presentado. En junio de 2020, sus accionistas anunciaron su decisión de acometer un proceso de reorganización de la compañía, apoyándose en las medidas previstas por la regulación concursal española.
«Creemos en las posibilidades de una naviera de la talla de Pullmantur y estamos trabajando intensamente en el plan de negocio con el ánimo de apostar por la viabilidad de la compañía», han señalado desde administración concursal, Data Concursal, que lidera Francisco Vera como administrador único.
Además, ambas entidades se comprometen a buscar, valorar y negociar las diferentes alternativas disponibles que se adapten a las necesidades de los clientes y producto de la compañía y que encajen dentro del nuevo plan de negocio.
De este modo, se va a seguir en la línea del compromiso adquirido para la obtención de dos embarcaciones de clase Millenium a disposición de Pullmantur en los términos que se deriven del plan de negocio, con la idea de mejorar la oferta, apostar por un diseño más moderno y con un mayor número de cabinas con balcón.
PROGRAMA DE RESERVAS CANCELADAS
El acuerdo de cooperación supone también «un acicate» para la ejecución y desembolso antes de las Navidades de 2020 del ‘Future Cruise Credit’, el programa lanzado en julio de 2020 y dirigido a los pasajeros con reservas canceladas.
Así, y en términos generales, Royal Caribbean Group va a entregar a los clientes de Pullmantur Cruceros un nuevo bono (Future Cruise Credit-FCC) del 125% calculado sobre la cantidad abonada por su tarifa de cabina, y sobre el 100% del resto de cantidades abonadas a Pullmantur Cruceros, de conformidad con sus condiciones. Este será aplicable en cruceros de Royal Caribbean International o Celebrity Cruises.
Igualmente, si los clientes prefieren el reembolso de las cantidades ya abonadas a Pullmantur, también tienen la opción de que Royal Caribbean Cruises Group lleve a cabo la devolución del dinero.
PULLMANTUR SE DESPIDE DE SUS BARCOS
El destino final de sus emblemáticos barcos resulta sintomático de que “Pullmantur se ha ido para no volver”, explican fuentes conocedoras del sector. De hecho, “resulta llamativo que nadie haya querido pujar y hayan terminado en el desguace”, subrayan estos expertos, al tiempo que deducen que “los que no pujan consideran que el sector va a tardar en levantar y que, cuando vuelva, será más pequeño y con menos cruceros”.
Los barcos de Pullmantur serán vaciados para la reutilización de parte de su material. Con una capacidad total para 2.752 pasajeros, el Monarch era el barco más grande de los tres que navegaban con la compañía. Contaba con todo tipo de instalaciones, repartidas a lo largo de 12 cubiertas. El Sovereign, por su parte, fue remodelado en 2014 y tenía capacidad para 2.733 viajeros.
EL DRAMA DEL EMPLEO
Más allá del impacto en la oferta turística internacional, reducida al mínimo, el turismo de cruceros “vivirá un auténtico drama por los empleos que se perderán a bordo y en tierra”, explican a MERCA2 fuentes conocedoras de la situación.
“Un crucero navegando paga 2.000 nóminas, fondeado, sólo tres”, calculan los expertos consultados. En el mismo sentido y en comparación con el transporte aéreo, “un avión en vuelo paga 15 nóminas, y 100 aviones en tierra pagan nueve”. Un crucero es un hotel flotante, no un mero medio de transporte de pasajeros.
Pero los cruceristas afectados son sólo una pequeña parte de las miles de personas que este parón dejará en tierra. Hablamos del gigantesco despliegue profesional que sostiene un crucero y todos los servicios que se ofrecen en alta mar.
“En un crucero, todo el personal de a bordo, es decir, asistentes de camarote, camareros de restaurante, barmans, camareros de bar, asistentes de tienda, personal de spa y fitness, fotógrafos, personal de asistencia al pasajero, equipo de animación, equipo de limpieza y equipo de mantenimiento, trabajan con contrato temporal”, otra cosa es la tripulación, “los que gobiernan la nave”, comentan los expertos. Conviene entonces distinguir entre el barco y el hotel: “se cierra el hotel”, concluyen.
Pero la sangría de puestos de trabajo no termina en el personal de a bordo. Estos gigantes del mar dejarían sin empleo en tierra al personal de booking, administración, agencias de viajes, hoteles, excursiones, provisionistas y publicidad.