Paolo Vasile amarga la jubilación de María Teresa Campos

Hubo un tiempo tan feliz en el que Jorge Javier Vázquez, con la chispa tomatera recién afilada, nutría el ‘Corillo’ de la eterna reina de las mañanas televisivas, María Teresa Campos. Entre el de Badalona y la malagueña había un feeling que pronto se quebró.

El amor se rompió de tanto usarlo… aunque el motivo principal fue que ‘Aquí hay tomate’ comenzó a disparar a derribo a las Campos tras su marcha a Antena 3. Vázquez, con su desparpajo natural, leía sin mala conciencia las maldades que le escribían contra su antaño amiga y entonces rival de cadena.

Y la Campos fracasó, tragó y volvió a Telecinco años después con el orgullo entre las piernas para alegría de Paolo Vasile, al que había llamado «gilipollas» en antena. El CEO italiano exprimió a su musa en aquellos entrañables espacios de la tarde del fin de semana.

Pero ‘¡Qué tiempo tan feliz!’ comenzó a dar síntomas de agotamiento y Vasile, como premio a una carrera, la renovó… para tenerla haciendo pasillos y sufriendo los dardos diarios de ‘Sálvame’ sobre los rumores erótico-festivos que perseguían a Bigote Arrocet.

FINAL DE TRAYECTORIA PARA MARÍA TERESA CAMPOS

María Teresa Campos pidió por activa y pasiva un proyecto para despedir su carrera en alto. Pero Mediaset no lo vio claro y ella, compuesta y sin programa, comenzó a cubrir el agujero que dejó su labor como presentadora.

Y lo hizo con la única fruta que le ofrecían en Mediaset: la de convertirse en un personaje rosa. Pero, claro está, la Campos tiene ese punto de folclórica con dificultades para encajar una mala crítica o una buena broma.

LA GOTA

La gota que colmó el vaso de la paciencia de la hipersensible María Teresa Campos fue un vídeo en ‘Sábado Deluxe’ en el que simplemente se recopilaban todas las polémicas que han salpicado a su familia y de las que han hecho caja sus hijas, que también han dejado de dirigir y colaborar para exhibirse como personajes venidos a menos.

La ex reina de las mañanas no tuvo un comportamiento demasiado profesional en su visita al ‘Sálvame VIP’ y Jorge Javier, tras capear el temporal, se la devolvió días después desde su púlpito: «Bajo ningún concepto se le dijo que no tenía que enfrentarse a esos temas. En qué cabeza cabe que vamos a tener una entrevista de dos horas hablando de Bigote«.

«El sábado vimos a una persona que luchó y que perdió de una forma estrepitosa, escandalosa y a veces hasta bochornosa. Lo pasé muy mal el sábado, no esperaba que eso me lo hiciera una persona que conozco desde hace 20 años y que he protegido, a la que quería. No puedo llegar a entender que precisamente ella me pusiera las cosas tan complicadas y de una manera tan sucia. Hay líneas rojas que no puedo pasar, por honestidad», añadió.

DOLOR DE MADRE

Jorge Javier, que también tiene algo de divo, también se hizo el compungido: «Esa noche, mi madre me llamó y para mí fue un shock, me dijo: ‘si la llego a tener delante no sé lo que le hago, no te puedes imaginar cómo están tus hermanas'».

«Ella tiene 78 años pero mi madre tiene 80, mi familia estuvo así por parte de una persona a quien yo tenía respeto, ¿eso quién lo repara? Pasé un domingo fatal, y ni Terelu ni Carmen me llamaron. Su silencio me pareció ofensivo, conmigo no han estado a la altura», siguió sin recordar lo que ha sufrido la Campos con el ‘Tomate’ y ‘Sálvame’.

La actual estrella de Mediaset apostó por el melodrama: «Me sentí víctima de una trampa. No sé qué va a suceder entre nosotros, hoy me ha llamado y no le he cogido el teléfono. No lo hagas, María Teresa, porque no tengo ganas de hablar contigo, ni con Carmen y Terelu. No quiero tener relación ni con ella ni con sus hijas, me siento descolocado e inquiero pero profundamente liberado. No es la primera vez que me ha maltratado en un programa de televisión».

Dos semanas después, con AR pido armisticio por la pesadez de ‘Sálvame’, Jorge Javier parece haber recapacitado. Quizás porque el pescado olía a podrido: «Evidentemente, no voy a dejar de querer a Teresa de un día para otro. La semana pasada estaba que fumaba en pipa y estoy convencido de que por mi parte vamos a volver a hablar, no sé cuando, yo necesito tiempo y ella necesitará su tiempo también porque he dicho cosas poco agradables». Desde hace tiempo…