En ocasiones, nuestro cuerpo tiene reacciones que no llegamos a comprender por qué suceden, o cómo llegan a hacerlo. Como por ejemplo, cuando se nos pone la piel de gallina. Como todo, esto tiene una explicación lógica y estudiada, y la verdad, es que hay varias razones para que nuestro cuerpo llegue a ellas.
Al igual que tus dedos se arrugan cuando pasas mucho tiempo en el agua, nuestra piel y vello se erizan dependiendo de qué estímulos percibamos. Si alguna vez te lo has preguntado, pero no te has molestado en buscar la razón, ya que no cambiaría nada en tu vida, te vamos a dar la información detallada de cómo y por qué ocurre.
1Los pelos de punta
Cuando se eriza la piel, muchas veces utilizamos la expresión de tener «los pelos de punta», para definir lo que estamos sintiendo. Y es que la sensación de nuestra piel es la expansión de los poros y la separación de los pelos. Esta sensación es muy común cuando estamos expuestos ante un estímulo externo. Este fenómeno tiene también un nombre científico llamado horripilación cutánea y piloerección generalizada.
Cuando hablamos de la piel de gallina es porque algún suceso nos ha sucedido para que tu piel tenga esta respuesta. Puede ser a causa de sentir miedo o incluso peligro. Esta expresión también viene a referirse al endurecimiento del cabello como principal síntoma de la «piel de gallina».