FCC obtuvo un beneficio neto de 75,9 millones de euros en el primer semestre, un 41,1% menos que un año antes, al verse afectado por las medidas sanitarias adoptadas en el marco de la crisis y las diferencias de cambio de divisas, según informó la compañía.
El grupo controlado por Carlos Slim reduce su ganancia semestral pese a revertir en el segundo trimestre la provisión de 20 millones de euros que realizó el primer trimestre del ejercicio para cubrirse ante la crisis, tras constatar la «favorable evolución de los negocios».
En el plano operativo, entre enero y junio, FCC redujo un 5,7% sus ingresos, hasta 2.822,2 millones, también a consecuencia de la pandemia y la crisis económica que ha generado. La compañía obtiene el 40,2% de esta facturación de su actividad internacional.
No obstante, asegura que el impacto de la actual situación es inferior en las actividades consideradas esenciales, como son las de servicios medioambientales y gestión de agua que, por tanto, no se vieron afectadas por la paralización de la actividad.
Por contra, el tradicional negocio constructor registró un descenso en el semestre a consecuencia del parón decretado a comienzos de abril y las medidas adoptadas para la reactivación. En este sentido, la compañía subraya que, pese a haber reactivado la construcción, aún no ha logrado recuperar el ritmo de actividad que tenía en febrero, antes de la crisis.
De esta forma, el beneficio bruto de explotación (Ebitda) se contrajo en un 6%, hasta 433,6 millones de euros, por el menor volumen de ingresos y a pesar de la contribución del reactivado negocio de concesiones, toda vez que el grupo logró mantener su margen estable en el 15,4%.
En el ámbito financiero, al término de la primera mitad del año, FCC presentaba una deuda financiera neta de 3.789,8 millones de euros, un 5,9% superior al cierre de 2019.
ÁREAS DE NEGOCIO
Por áreas de negocio, la de servicios medioambientales se mantiene como principal fuente de ingresos, al aportar casi la mitad (un 49%) del total y también la mitad del Ebitda.
En concreto, ingresó 1.389 millones, importe que, no obstante, es un 4,9% inferior al de un año antes por el ajuste realizado en algunos contratos de servicio público por las menores necesidades derivadas de la paralización de actividad y el confinamiento, sobre todo los relacionados con gestión de residuos.
La tradicional actividad constructora es, junto a la de cemento, la que más cayó, un 12,3%, hasta 675 millones, pese al fuerte repunte del 25,8% que se anotó en el mercado doméstico, gracias a los contratos logrados el pasado año, entre ellos el de la remodelación del estadio de fútbol de Santiago Bernabéu.
De su lado, Aqualia, la división de agua, en la que tienen como socio a IFM, mantuvo su facturación en los 562 millones, mientras que la producción de cemento generó 173 millones, un 16,5% menos, y el nuevo negocio concesional contribuyó con un 51,9%.
En cuanto a ingresos futuros, al cierre de junio, FCC contaba con una cartera total de casi 31.400 millones de euros, de los que 15.400 millones corresponden al negocio de agua, otros 10.146 millones a servicios medioambientales y 5.833 millones a obras de construcción pendientes de ejecutar.