El mercado eléctrico español registra una sacudida de alcance. Viesgo vuelve a escena, pero para desaparecer al instante, tras su compra por parte de EDP por 2.700 millones de euros, «para fortalecer sus redes». 745 días después de que Repsol adquiriera por 750 millones de euros el negocio de retail y los activos hidráulicos y de ciclo combinado de la compañía cántabra, ésta amenaza de nuevo con esfumarse tras la maniobra de EDP. Pero, ¿desaparecerá como marca la cuarta distribuidora eléctrica en España? ¿En qué posición quedan sus trabajadores?
Si hace unos días la energética de origen portugués vendía activos a la petrolera Total, ahora han sido ellos quienes refuerzan su negocio de distribución, sobre todo, con la compra de Viesgo.
Según informan los protagonistas de la operación, tras la compra por parte de EDP del 100% de los activos de Viesgo al fondo de inversión australiano Macquarie por 2.700 millones de euros, la marca cántabra se integrará en una nueva sociedad de distribución junto a Begasa y E-Redes pero mantendrá la marca y la sede social.
Aunque lo cierto es que Viesgo comenzó a diluirse como referencia del mercado energético hace poco más de dos años cuando Repsol compró sus negocios no regulados de generación de electricidad de bajas emisiones y su comercializadora de gas y electricidad, por un valor de 750 millones de euros.
Begasa, otra de las integrantes de la nueva sociedad de distribución a la que se integrará la marca, es una compañía de infraestructuras energéticas perteneciente a la matriz de Miguel Antoñanzas, con sede en Lugo, que distribuye electricidad a más de 169.000 clientes y cuenta con 9.898 kilómetros de red en Galicia. La distribuidora de energía eléctrica de Viesgo (Barras Eléctricas Galaico-Asturianas) obtuvo un beneficio neto de 23 millones de euros en 2017, año en el que invirtió 21 millones en Galicia.
Por su parte, E-Redes es la empresa distribuidora de electricidad del grupo EDP cuya actividad consiste en transportar la energía hasta los consumidores. Con este objetivo, E-Redes construye, opera y mantiene la red para garantizar el servicio y la atención directa a sus clientes.
EL FUTURO DE LOS TRABAJADORES
La transacción empresarial conlleva además movimientos societarios que observan con especial atención los trabajadores de la eléctrica cántabra. Fuentes sindicales aseguran a la espera de recibir la documentación jurídica de la operación, “no debería haber problema y debería producirse la subrogación empresarial de los empleados”, afirma Andrés Muñoz, secretario Sector Energía de UGT FICA en declaraciones a MERCA2.
En principio, pese a poder tener confirmación definitiva, todo apunta “a que se producirá la subrogación” y que, por tanto, “el convenio colectivo se mantendrá vigente, así como las condiciones de los trabajadores hasta la fecha que finalice el convenio o hasta que la nueva empresa negocie otro nuevo”, remarca Muñoz al tiempo que insiste en que, “estamos a la espera de la documentación”.
Si bien este tipo de movimientos, en principio no tendría un efecto directo en el empleo, “lo que sí tenemos pendiente es un acuerdo con la Administración frente al cierre de las centrales térmicas de Viesgo en Puente Nuevo y Los Barrios”. Ambas incluidas en el acuerdo de compra con EDP, para las que Viesgo está diseñando planes de reindustrialización y recolocación de los trabajadores. “En el caso de las térmicas además, el cierre no afecta tanto a los trabajadores de Viesgo como a las empresas auxiliares”, recuerda Muñoz. La situación en este caso concreto se presenta más compleja.
Además, Viesgo no ha suscrito el acuerdo triparto de las empresas propietarias de centrales térmicas de carbón en proceso de cierre, -Endesa, Iberdrola y Naturgy- junto a los sindicatos CCOO Industria y UGT FICA, con el Gobierno, por el que se consolidan las bases de los Convenios de Transición Justa. Viesgo se comprometió a trabajar en la búsqueda de soluciones de empleo para los afectados en su ámbito de actividad.
LA ESTRATEGIA DE EDP
La estrategia de adquisición de los activos que no quiso Repsol hace dos veranos por parte de EDP pretende centrar la compañía en el negocio de redes y generación renovable. Este acuerdo, incluye todos los activos de Viesgo, entre los que se encuentran distribuidoras eléctricas con más de 695.000 puntos de suministro, 0,5 GW de generación renovable y dos centrales de generación térmica, en proceso de desmantelamiento con el cierre previsto antes de 2021 y con casi 1 GW de potenciales derechos de acceso a la red.
Según el comunicado que hizo público este miércoles Macquarie, Viesgo constituye «un actor clave del mercado de electricidad de la península ibérica: posee y opera 31.411 kilómetros de redes de distribución de electricidad reguladas en el norte de España, una capacidad de generación de energía renovable de aproximadamente 500 MW en España y Portugal (más de 400 de ellos, eólicos) y una capacidad de generación de energía por combustión de carbón de 913 MW, que se desmantelará próximamente, en España».
Tras este acuerdo, EDP integrará los activos renovables en su filial EDPR, gestionará los derechos de conexión tras el cierre de las centrales térmicas y constituirá, junto a Macquarie, una alianza para los negocios de distribución eléctrica de Viesgo, Begasa y E-Redes. En la nueva sociedad, Macquarie tendrá un 24,9% de la sociedad y EDP, que gestionará la misma, mantendrá un 75,1%, controlando y consolidando los activos.
ADIÓS A UNA HISTÓRICA DEL SECTOR
La operación da al traste con una marca histórica del sector eléctrico español que, de facto, desaparece del mercado. Hace algo más de 12 años, la alemana E.On se hizo con Viesgo tras su acuerdo con Enel y Acciona tras la compra de estos de Endesa. Entonces Viesgo como referencia energética se esfumó hasta que en 2015 el grupo energético germano vendió a Macquarie European Infrastructure Fund 4 (MEIF4) y Wren House Infrastructure (WHI) toda la compañía por unos 2.500 millones de euros.
Los fondos gestionados por Macquarie llevan invirtiendo en Viesgo desde 2015. Durante este periodo, Viesgo ha reorientado progresivamente sus actividades hacia su red regulada de distribución de electricidad.
Según cálculos de El Periódico de la Energía, si se suman ahora estas cantidades, Macquarie ha obtenido unas plusvalías de 950 millones con ambas operaciones.