La ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, ha insistido este viernes en la necesidad de regular legalmente el trabajo a distancia, una afirmación con la que se ha mostrado de acuerdo el líder de CCOO, Unai Sordo, quien además lo ve urgente, pero que no comparte el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, que considera que ahora no es el momento para hacerlo.
La ministra, en declaraciones a Onda Cero, ha hecho algunos apuntes del anteproyecto de ley sobre el trabajo a distancia que quiere sacar adelante su Departamento y que, según ha insistido, se negociará en el diálogo social y se enmarca en el acuerdo europeo de trabajo a distancia.
Díaz ha subrayado que la primera característica a tener en cuenta es que el trabajo a distancia debe ser voluntario y que hay que regularlo «muy bien» porque, además, no todo el trabajo a distancia es teletrabajo, ya que algunas profesiones se ejercen desde casa pero no por medios telemáticos.
La idea, ha precisado, es que el empresario determine qué parte de la jornada del trabajador es de disponibilidad completa y necesaria, mientras que otra parte de la jornada será flexible «en atención a las características de las empresas y los distintos sectores económicos».
«Y también habrá controles por parte de los empresarios, controles remotos y telemáticos, pero también inspecciones de otro tipo (…). Es una buena herramienta para acomodar las necesidades de la empresa y de los trabajadores«, ha dicho la ministra, que ha añadido que aunque hay empresas que ya están gestionando muy bien el trabajo a distancia, es importante regularlo en el ordenamiento jurídico español.
COSTES
En cuanto a los costes que serían imputables a la empresa por sus teletrabajadores, la ministra ha señalado que el marco para todo esto es el acuerdo europeo del trabajo a distancia, donde «prácticamente está todo escrito».
Así, ha explicado que las empresas tienen que proveer de las herramientas necesarias a sus teletrabajadores y esos costes sería asumidos por la empresa. «El modelo al que vamos es sencillamente definir el puesto de trabajo y después que se repercutan los costes y ahí puede haber varias formulaciones: hay países que optan por un tanto por ciento de la nómina; otros optan por dietas, y otros optan por la comprobación documental de los gastos», ha indicado. En definitiva, la ministra ha asegurado que se trata de un modelo «conservador», en el que empresarios y sindicatos «van a definir bien cómo debe abordarse esto en cada empresa».
GARAMENDI: NO ES EL MOMENTO
El dirigente empresarial, en declaraciones a Onda Cero, ha afirmado que el teletrabajo es una buena herramienta de flexibilidad y de conciliación, pero insiste en que su regulación habría que trabajarla «con mucha más tranquilidad y mesura en el tiempo«. «Estas cosas rápidas de ir metiéndonos decreto leyes cada mes y medio no las entendemos», ha señalado.
Garamendi cree que hay que tener «cuidado» con cómo se regula el teletrabajo pues la ausencia de un trato físico y personal con la plantilla puede hacer que, llegado un momento, «se pierda la unidad de empresa».
«El teletrabajo tiene muchísimas ventajas, bien gestionado, pero cuidado con aplicar criterios que lo hagan poco atractivo y se plantee con rigidez», ha dicho el dirigente empresarial que ha apuntado que, por ejemplo, «no sería muy lógico que si se hace un huevo frito en casa y salta el aceite, esto sea considerado como accidente laboral».
«Todas esas cosas hay que valorarlas con tranquilidad, cuando pasen estos momentos (de la crisis sanitaria) y estudiar muy bien cómo hacerlo. Es verdad que en estos momentos ha habido gente que ha trabajado muchísimo, pero también el teletrabajo permite que se trabaje menos«, ha afirmado.
SORDO: ES «URGENTE» REGULAR EL TELETRABAJO
En contra de la opinión de Garamendi, el secretario general de CCOO, Unai Sordo, cree que es «urgente» regular el teletrabajo con todo lo que ha sucedido durante la pandemia, aunque antes de la misma no estuviera en el primer plano de la agenda del diálogo social.
«No se le escapa a nadie que un montón de personas, de un día para otro, se han tenido que meter en sus casas y trabajar a distancia confinados y esto es un desastre porque no está bien regulado«, ha señalado también en declaraciones a Onda Cero.
Así, Sordo cree que es procedente abordar esta regulación, pero desde el marco del diálogo social, para resolver los «riesgos enormes» que tiene esta modalidad laboral, entre los que ha citado, la falta de horarios, el que se pueda pedir disponibilidad absoluta prácticamente durante 24 horas, accidentes laborales en domicilios o que los propios trabajadores tengan que poner los equipos necesarios para teletrabajar.
Además, ha advertido de que, aunque el teletrabajo tiene un «enorme potencial», existe el riesgo de que sea una fórmula con un «sesgo de género» que acabe llevando a las mujeres otra vez a trabajar en casa.
«No son temas menores y hay que regularlos y mantener una suerte de derechos laborales para las personas que teletrabajen. Y tampoco puede ser impuesto», ha apuntado Sordo, que en todo caso considera que esta modalidad laboral, en mayor o menor dimensión, «va a ser imparable».