La Alianza por la Excelencia Turística, Exceltur, que agrupa a las principales organizaciones del sector turístico español, considera «absolutamente impropio e inconcebible» que en estos momentos «de enorme incertidumbre para el sector» se planteen alteraciones en la legislación laboral «cuando se está luchando por sobrevivir».
«Nos parece absolutamente inconcebible que se haya podido transaccionar con la reforma laboral precisamente en unos momentos en los que España en general y el sector turístico en particular, está inmerso en numerosas incertidumbres y ambigüedades para ver cómo saca adelante la temporada turística», afirmó el vicepresidente ejecutivo de Exceltur José Luis Zoreda en una entrevista a Europa Press.
Desde la organización se considera «impropio e inconcebible» que en el estado de alarma actual «lleno de incertidumbres» y con una situación económica «preocupante y devastadora», se articule «cualquier atisbo de cambio en la reforma laboral». «Desde el punto de vista turístico, que ni siquiera hemos arrancado, nos parece absolutamente contraproducente y fuera de lugar», lamentó Zoreda.
Exceltur se ha mostrado siempre favorable a la reforma laboral aprobada por el Gobierno del PP en febrero de 2012. De hecho, en un estudio sobre el empleo en el sector turístico español del año 2018 Exceltur aseguraba que la apuesta por mecanismos de flexibilidad interna introducida por la Reforma Laboral del año 2012 ha sido «clave» para la capacidad de generación de empleo del sector y la gestión del ajuste del empleo a una demanda turística fuertemente variable.
El pasado mes de enero, el presidente de Exceltur y consejero delegado de Meliá, Gabriel Escarrer, alertaba en un foro turístico de las consecuencias negativas que podría tener para el sector turístico una derogación de la reforma laboral.
En sus últimas previsiones Exceltur estimaba que en el caso de que la demanda turística doméstica se recuperara en verano (julio) y la extranjera por avión a partir del cuarto trimestre del año el impacto estimado en la pérdida de ingresos se situaría en unos 92.556 millones de euros (-60,7% respecto al pasado año).
Esta cifra podría verse empeorada en el caso de que la demanda doméstica de proximidad se recuperara a finales del verano y la extranjera por avión a finales de año elevando las perdidas hasta los 124.150 millones de euros (-81,4% respecto al año pasado).
No obstante, este sábado el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, declaró que el turismo internacional podría reactivarse e julio, lo que reduciría estas pérdidas en unos 20.000 millones de euros.