Así es la guerra suicida entre Netflix y otros ‘comerciantes de atención’

Repara Tim Wu en la atención humana, manantial que regalamos al minuto. En el estupendo ensayo ‘Comerciantes de atención’, Capital Swing 2020, el profesor de la Universidad de Columbia advierte que «nos hemos expuesto pasivamente a que se explote nuestra atención con fines comerciales en cualquier lugar y momento».

En medio de esta guerra brilla sin duda Netflix, que ha lanzado varias boutades sobre este tema: en una carta a los accionistas aseguraron que competían más con «Fortnite que con HBO«. Y Reed Hastings, fundador de la compañía de Los Gatos (California), también aseguró que lo que más le perjudicaba a su compañía era «la necesidad del ser humano de cerrar los ojos».

NETFLIX Y LA ‘GUERRA DEL STREAMING’

Ni la pandemia frena a Netflix, cuyos beneficios se dispararon un 106% en el primer trimestre del año hasta alcanzar los 709 millones de euros. El videoclub infinito de la ‘N roja’ duplicó sus previsiones a la hora de cazar abonados tras hacerse con 15,8 millones, por lo cual alcanza 183 millones de suscriptores en los casi 200 países que opera.

La tendencia en marzo fue enormemente positiva para todas las OTT por el confinamiento mundial. También para Netflix, que se ha contenido a la hora de subir precios en 2020 en nuestro país porque el mercado está madurando, y fragmentándose.

Netflix
Netflix

Netflix sigue teniendo la capacidad de subir precios, sin que este hecho conlleve una sangría de abonados, y sabe que el día de mañana la publicidad podría ser el principal complemento a las cuotas de sus abonados.

SOMBRAS PARA NETFLIX

Netflix mira de reojo a competidores tan potentes como HBO, calidad más que cantidad; Disney, que ha entrado con fuerza buscando a las familias con niños; Amazon, especialista en destrozar mercados; y Apple, que sigue dubitativo.

Habrá que ver cómo evoluciona el mercado, quizás Disney se haga complementar con los deportes de ESPN; pero por lo pronto Netflix sorpassó a Disney en Wall Street. Los productores de ‘La casa de papel’, ‘Tiger king’ o ‘Spenser confidential’ le doblaron el brazo a Mickey Mouse.

Aun así la compañía del ratón más famoso del mundo tiene mucho que decir en un nuevo mundo audiovisual controlado por las OTT, que se hacen con el talento, mientras Hollywood envejece prematuramente y solo se salva de la quiebra mediante sagas palomiteras de acción.

Quizás dé que hablar el día de mañana la joven plataforma Quibi, que liderada por Jeffrey Katzenberg ha apostado por el smartphone como gran ventanal de entretenimiento express. Este proyecto, consciente del tirón entre los más jóvenes de la red social Tik Tok, ofrece series, documentales y concursos con una duración entre seis y diez minutos. Porque lo bueno, si es breve…

HAMBRE VORAZ EN UNA INDUSTRIA BULÍMICA

The Economist asegura que las OTT viven en una burbuja similar a la del fracking. Netflix, que tenía previsto invertir 17.300 millones de dólares en 2020, tiene la necesidad voraz de producir toneladas de producción propia y de pagar por licencias de productos antiguos.

La compañía liderada por Reed Hastings no ha dejado de crecer en Bolsa en plena pandemia, pero aun así algunos nubarrones se ciernen sobre ella. El principal sigue siendo la deuda, superior a los 14.000 millones de dólares (9.500 de deuda neta), pero no debemos dejar de observar su eterno free cash flow negativo relacionado con la voracidad de un mercado le obliga a quemar montañas de carbón para que el tren siga en marcha.

¿Y LAS TELEVISIONES LINEALES?

Mediaset y Atresmedia llevan mucho tiempo sufriendo brutales castigos bursátiles a pesar de su constante estrategia de buscar la atención de los inversores mediante el reparto de beneficios. Pero ni por esas logran un repunte y menos aun después de ver que la compañía de Vasile logró este pasado trimestre un 8% menos de beneficios que el pasado año y la de Silvio González un 24%.

Ambos gigantes del abierto cuentan con ventajas que les hacen atractivos: Mediaset disfruta de una contrastada capacidad para ajustar precios a los proveedores, participados por ella misma. Paolo Vasile quizás tenga a Mercadona como modelo en compras…

Atresmedia por su parte logra casi el 20% de sus ingresos fuera del mercado publicitario (radio, cine o ventas a terceros gracias a la carta de presentación de ‘La casa de papel’) y está viendo con satisfacción del tirón de Atresplayer Premium, que con 235.000 abonados supera en más de 100.000 a la Mitele Plus de Mediaset.

¿Y LAS PÚBLICAS?

Goldman Sachs aun así reparaba antes de desatarse la crisis sanitaria que Atresmedia se enfrentaba a «muchas presiones estructurales y cíclicas dada la aceleración de la caída de la visualización de la TV lineal y el aumento de la penetración de los servicios OTT combinada con una moderación del crecimiento del PIB en España».

Mediaset y Atresmedia quizás dejen de repartir beneficios con tanta asiduidad y apuesten por valentía por reinvertir en contenido para reforzar sus respectivas plataformas de pago. RTVE por su parte cuenta con una interesante OTT juvenil, Playz, pero Rosa María Mateo debería estar más pendiente de coordinar la creación de una OTT paneuropea con la BBC, ZDF, ARD, FT y RAI como socios.