Durante los próximos meses habrá un hilo continuo de rumores con respecto al nuevo iPhone. En Apple lo saben, y tampoco les viene mal la generación de expectativas en un tiempo convulso debido a la crisis sanitaria generada por el coronavirus. Pero certezas hay muy pocas.
Esta semana ha trascendido una información de Bloomberg que estimaba que el próximo otoño llegaría el iPhone 12. Además, lo hará con conectividad 5G, no se sabe bien si en todos los modelos; y la inteligencia artificial (IA), así como la realidad aumentada, serán dos novedades tecnológicas con fuerte presencia en los terminales que finalmente lancen al mercado.
Pero nada más lejos de la realidad, todo lo que rodea al nuevo iPhone está en el aire. Así lo recoge un informe financiero realizado por JPMorgan al que ha tenido acceso MERCA2. En dicho documento, que se analiza el impacto bursátil en Apple y los principales proveedores de la compañía tecnológica, también lleva a cabo una investigación comercial sobre el recorrido del dispositivo.
En este sentido, asumen que Apple estaría preparando diversos planes de contingencia donde desarrollan diferentes planes temporales para la presentación del nuevo iPhone. La fecha original sería el principio del otoño: septiembre-octubre. Pero la firma financiera plantea un calendario muy amplio.
EL IPHONE DEPENDE DE LOS PROVEEDORES
Otra situación que contemplan los analistas de JPMorgan tiene que ver con los proveedores. Tanto en la cadena de fabricación como en el posterior suministro. Aquí, el informe refleja que ahora mismo ningún proveedor se atreve a dar fechas exactas sobre entregas y pedidos. La volatilidad política y las medidas que obliga a tomar la virulencia del coronavirus son cambiantes. Un ejemplo se ha vivido las últimas semanas en Singapur. Un país que era el modelo de gestión de la crisis y que, de repente, ha tenido que decretar confinamiento extremo como sucede en la mayoría de países europeos.
Por último, el informe revela que una de las posibles estrategias que tiene planteadas Apples sería escalonar la llegada de los nuevos iPhone. Así, habría un primer terminal que sería presentado en otoño; y posteriormente, cerca ya del invierno, se presentarían -al menos- dos nuevos dispositivos.
El objetivo sería no tensionar la cadena de producción y suministro y, algo muy importante para la compañía tecnológica, conseguir un stock suficiente en caso de que la fidelidad de los potenciales clientes sea la misma de siempre.
UN MÓVIL CON 5G
Por lo que respecta a la nueva conectividad 5G, que ofrece velocidad ultrarrápida y una gran disminución de latencia, en Bloomberg son más confiados y asumen que los operadores de telefonía estadounidenses presionarán para que, al menos, haya algún terminal con esta tecnología.
El problema es que en algunas regiones, como es el caso de Europa, el 5G se va a demorar. En la mayoría de países han retrasado las subastas de espectro de radio que otorgan una mejor capacidad al 5G. Es decir, aunque ahora se puedan usar móviles con conexión 5G, como pasa en España con Vodafone, la realidad es que los operadores retrasarán de forma mayoritaria el encendido comercial de esta tecnología.
Por lo tanto, la llegada del nuevo iPhone supone para Apple una serie de retos, de los cuales, la mayoría están fuera de su alcance. Sobre todo lo que tiene que ver con el ámbito sanitario generado por el coronavirus.