sábado, 14 diciembre 2024

El desplome de ventas por el coronavirus cuesta 4.500 millones a la distribución del automóvil

IG Markets

El desplome de las matriculaciones de vehículos nuevos y usados por la crisis del coronavirus y las medidas restrictivas del estado de alarma ha supuesto que el sector de la distribución de la automoción deje de ingresar alrededor de 4.500 millones de euros hasta la fecha.

Así lo ha indicado el presidente de la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor, Reparación y Recambios (Ganvam), Raúl Palacios, quien ha destacado que a esta cifra habría que añadir los intereses que deben pagar los puntos de venta por los vehículos en ‘stock’ que no pueden vender y que asciende a unos 15 millones de euros mensuales.

En una entrevista concedida a Europa Press, Palacios indicó que el parón de las matriculaciones por las medidas para luchar contra el coronavirus ha motivado que los concesionarios dejen de ingresar entre 2.500 y 2.700 millones de euros, mientras que el importe se eleva a 1.800 millones de euros en el canal de vehículos usados, con un ‘stock’ de 200.000 unidades.

El máximo responsable de Ganvam recordó que los meses anteriores a la crisis del coronavirus se venían matriculando unas 94.000 unidades mensuales y ya se estaba viendo una ralentización del mercado y destacó que en marzo el volumen fue de algo más de 37.000 unidades, de las que el 80% se registró antes de la declaración del estado de alarma.

«Esto significa que de matricular 4.500 unidades diarias hemos pasado a entre 200 y 300 unidades», aseguró, al tiempo que indicó que respecto a los vehículos usados el comportamiento fue en «la misma línea», con 120.000 operaciones en marzo respecto a las 200.000 unidades habituales, con el 80% de las operaciones registrada antes del estado de alarma.

En esta línea, afirmó que esta crisis ha motivado desplomes de las matriculaciones diarias de casi el 70% en marzo, del 35% de las de coches de ocasión y del 95% en la actividad de los talleres, que han seguido desarrollando su actividad para dar cobertura los servicios esenciales.

Sin embargo, Palacios señaló que su estimación es que las cifras «se van a desplomar todavía más en abril», puesto que las matriculaciones contabilizadas en marzo correspondían a ventas cerradas con anterioridad. «Si tomamos como referencia los primeros días de abril, estamos viendo caídas en las matriculaciones del 99%, con 27 registros», añadió.

35% DE CAÍDA PARA 2020

De cara al año completo, Palacios estima, desde un punto de vista «conservador, que el mercado automovilístico español experimentará una caída del 35% en comparación con 2019, puesto que no prevé que la actividad se normalice antes del próximo mes de octubre.

«Por mucho que se levante el estado de alarma, la reactivación del mercado va a ser gradual y va a depender mucho de las medidas de estímulo que se pongan en marcha. Esta es una crisis de oferta y demanda y habrá que actuar para dinamizar ambas. Hay que proteger el empleo y el tejido productivo y hay que insuflar confianza en el consumidor», destacó.

El presidente de la asociación apuntó que esta crisis sanitaria ha supuesto la «paralización prácticamente al completo» de la actividad comercial y la reducción en la actividad del taller a servicios mínimos relacionados con el mantenimiento y la reparación de vehículos esenciales.

Esta situación ha motivado la toma de medidas «muy drásticas», orientadas a reducir al máximo los gastos, como los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) que afectan a «la práctica totalidad del sector» y la pérdida de 5.000 empleos derivados de contratos temporales y de servicios no renovados.

SOLUCIONES

Para salir de esta crisis, desde Ganvam abogan por la puesta en marcha de un «plan de choque», en el que trabajan todas las asociaciones del sector, que permita revitalizar la automoción y que contemple medidas para inyectar liquidez al tejido productivo.

Desde esta forma, destacó la necesidad de crear un fondo extraordinario que, en lugar de facilitar el endeudamiento, alivie las tensiones de tesorería, de manera que el Estado debería asumir, al menos, parte del coste. «Si no hay ingresos, no puede haber cobro de impuestos», sentenció.

Además, defendió una reincorporación gradual del personal afectado por los ERTE de forma que se ajuste al ritmo de la recuperación económica o que la empresa pague una parte del salario y el Estado pueda completar el resto como medida para generar confianza y reactivar el consumo.

Para finalizar, también se mostró a favor de la puesta en marcha de medidas orientadas a dinamizar la demanda de vehículos en el mercado español, a través de un plan de incentivo que fomente el cambio de coche antiguo.


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