Pizzas de madrugada: así exprime la Infanta Cristina a sus escoltas

Muchas personas siguen trabajando durante el estado de alarma por la propagación del coronavirus. Por ejemplo, los escoltas de la Casa Real, que indignados por su situación han decidido hacer publicas sus quejas. Alegan que apenas tienen material de seguridad ante el coronavirus, y que la carga de trabajo es exactamente la misma que en una situación normal. Se quejan de la falta de consideración de las Infantas Cristina y Elena, que les mandan encargos como ir a por comida a restaurantes o a por zapatos a la Zarzuela.

Los escoltas denuncian que trabajan las mismas horas, en los mismos sitios, pero sin ninguna prevención ante el coronavirus. Los que trabajan para la Infanta Elena, aseguran que ninguno de sus 20 agentes ha sido eximido de su trabajo y que les manda hacer un trabajo innecesario además de no proporcionarles ningún material de seguridad. Aseguran también que hasta ella ha llegado a irse de cacería.

ESCOLTAS DE LA INFANTA CRISTINA

Pero, los escoltas de la Infanta Cristina se encuentran en una situación incluso más difícil, ya que se encuentran confinados en Ginebra, Suiza, donde ella reside. Este grupo de escoltas se encuentra lejos de su familia y además tiene que atender peticiones de la infanta tales como tareas domésticas, comprar medicinas a las tres de la madrugada o ir a por pizza a un restaurante.

La infanta Cristina tiene un cuerpo de 15 escoltas, cinco menos que la infanta Elena, pero tres de sus escoltas denuncian que están “atrapados” en Ginebra y lejos de sus familias en estos momentos tan duros, según Vanitatis. Además, realizan tareas que no son las que les correspondería, como ir a comprar pizza o medicinas.

Tanto los escoltas de la infanta Elena, como los de la infanta Cristina, alzan la voz a sus quejas, comparando que la infanta Margarita, ha prescindido de sus escoltas. Al igual que Irene, la hermana de la Reina Sofía, que actualmente vive en la Zarzuela, también a prescindido de ellos.

Momentos de pandemia, en los que solo tienen que trabajar el personal esencial, algunos escoltas de la familia Real siguen trabajando, haciendo tareas no propias de su trabajo, y además sin el material de seguridad oportuno.

En momentos de pandemia piden solidaridad y intentar evitar contagios a toda costa. Pero parece ser, que algunos no pueden prescindir de unos zapatos o una pizza de su restaurante favorito, aunque, siempre cumplen sus deseos sin jugarse la vida.