Todas las empresas y autónomos tienen necesidad de recurrir en algún momento a la financiación externa por diferentes motivos. Si no tienen la suerte de que haya alguna ayuda pública a la que se puedan acoger, no les quedará más remedio que acudir al banco y pedir un préstamo, con todo lo que ello conlleva de papeleo, gastos de gestión y pago de intereses.
Pero puede que el autónomo que necesita el dinero no cumpla los requisitos de solvencia exigidos por el banco, o que la entidad considere que el fin que le va a dar este al dinero no es viable. Para un profesional recibir la negativa de financiación por parte del banco es un grave problema. Sin embargo, cada vez existen más alternativas para obtener dinero.
Préstamos entre familiares
Siempre queda la opción de pedirle dinero prestado a un familiar, ya sea a cambio de un interés o bien con intereses cero. Esta opción es totalmente legal, pero es importante hacerlo bien para no acabar pagando de más a Hacienda. Hay que formalizar el contrato en escritura pública y declarar a la Agencia Tributaria que se trata de un préstamo.
Si no lo hacemos así Hacienda puede pensar que se trata de una donación y exigir el pago del Impuesto de Donaciones. Sin embargo, si se declara que se trata de un préstamo no habrá que pagar nada por ello. De ahí la importancia de hacer esta gestión correctamente, te puede ahorrar disgustos y una interesante cantidad de dinero.
