El sector del autobús reclama medidas urgentes para garantizar su supervivencia

El Estado de alarma y las medidas decretadas para evitar un mayor contagio de la pandemia del Covid-19 están provocando una sangría en muchos sectores y empresas, que han tenido que cerrar, pero aún soportan gastos fijos, independientemente de que a su caja entren beneficios o no. Es el caso del sector del transporte en autobús, que alerta de que puede peligrar su supervivencia si desde el Ejecutivo de Pedro Sánchez no adoptan medidas urgentes.

Desde la Confederación de Transporte en Autobús, Confebus, insisten en que “nuestro sector ha sido siempre, y con más motivo lo es actualmente, un leal colaborador de la Administración. Nuestras empresas, independientemente de los riesgos e incertidumbres de la situación actual, están firmemente comprometidas a garantizar el derecho fundamental a la movilidad de todos los ciudadanos. Solicitamos, por ello, la adopción de las medidas propuestas, a la mayor brevedad, para que, una vez superada la crisis, la movilidad y el empleo queden garantizados”.

En declaraciones para MERCA2, el presidente de Confebus, Rafael Barbadillo, explica que “el transporte de viajeros por carretera es uno de los sectores más afectados por la actual situación provocada por el coronavirus”. Desde la confederación aseguran que sus efectos comenzaron a sentirse ya en el mes de febrero con la caída de la demanda en los circuitos turísticos para personas procedentes de Asia, que ya estaban afectadas por las mediadas de confinamiento, así como la cancelación de congresos como el Mobile World Congress.

CESE DE ACTIVIDAD

Más tarde, le siguieron la cancelación de viajes de fin de curso a Italia, excursiones y viajes en general, el cierre de la actividad docente, y la suspensión de los viajes del IMSERSO, entre otros, hasta que finalmente se decretó el Estado de alarma, lo que se ha traducido en una caída de la demanda de los servicios de transporte de viajeros que ronda el 90%.

Rafael Barbadillo lamenta que “hay compañías con toda su flota de vehículos parados y se han acogido al ERTE, pero los gastos fijos no cesan y los tienen que afrontar”. Por ejemplo, las empresas de transporte escolar están totalmente paralizadas desde el pasado 11 de marzo cuando se decretó el cierre de todos los centros escolares de la Comunidad de Madrid, y más adelante el cierre también en el resto de comunidades.

Desde Confebus reclaman que, ya que se ha paralizado el curso escolar, que se paralicen los contratos con las empresas de transporte. “Deberían liquidar el contrato y que se abonen los gastos que tienen estas empresas” y mantienen la esperanza de que estos contratos se prorroguen un año más y no se realice un nuevo concurso público “porque eso ya sería la ruina para estas empresas”.

SERVICIO PÚBLICO

Por otro lado, hay otras compañías que cuentan con un contrato público y tienen que seguir prestando servicio, aunque vayan los autobuses vacíos, pero están obligados. “Debemos seguir dando servicio para las personas que aún trabajan pese al Estado de alarma”.

Por ejemplo, en Madrid están obligados a mantener al 100% su flota de vehículos para poder cumplir con las medidas de prevención sanitaria decretadas por el Ministerio de Sanidad y evitar posibles aglomeraciones.

Pero esto les supone un sobrecoste porque no obtienen ingresos. “No es rentable. Muchas de estas empresas están tirando del colchón de ahorro, pero en breves no tendrán remanente del que tirar e irán cayendo”.

EFECTO DOMINÓ

“Las empresas de autobuses están cayendo una detrás de otra, como las fichas de dominó”, es un sector que necesita ayuda y Rafael Barbadillo insiste en que la clave está, por un lado, en inyectar liquidez y, por otro lado, en contemplar los gastos fijos que asumen estas compañías y sufragarlos “porque de nada sirve hacer una inyección de liquidez si no les ayudan con los costes fijos”.

Hay empresarios que ya están desesperados porque no pueden asumir las pérdidas que esta situación les conlleva, “nos llaman para decirnos que no sobreviven”, y cada vez son más los empresarios que acuden a los fabricantes de sus vehículos y carroceros para que les compren de segunda mano sus vehículos, y así obtener liquidez.

De hecho, solamente tres partidas (personal, combustible y financiación de la renovación de flota) representan más del 85% de los costes, y “las tres precisan de tesorería suficiente para hacerlas frente, mantener vivas las empresas y cumplir así con las obligaciones de servicio público”, detalla el presidente de Confebus.

MEDIDAS URGENTES

Con el objetivo de preservar el funcionamiento de las empresas de transporte de viajeros por carretera, la Confederación de Transporte en Autobús exige la eliminación de la morosidad de las Administraciones Públicas y un aplazamiento de las cotizaciones a la Seguridad Social hasta 6 meses, sin intereses, y la posibilidad de hacerse frente a las mismas en un plazo máximo de los 24 meses siguientes.

También reclaman una moratoria fiscal de IVA y Sociedades, el aplazamiento de las cuotas de leasings y préstamos derivados de la renovación de flotas durante al menos 6 meses, y el establecimiento de una línea de financiación que dote de liquidez a las empresas, como por ejemplo la opción de préstamos sin interés para afrontar las necesidades del servicio público.

Y, por último, advierten de que “para poder garantizar el sostenimiento de los servicios que se están prestando actualmente, se precisa habilitar una partida económica para ayudar a los operadores de transporte de viajeros por carretera que están efectuando los servicios a riesgo y ventura. Pues en modo contrario resultará difícil garantizar la continuidad de las líneas regulares si la situación de excepcionalidad continúa más semanas”.