El estudio no llega. A pesar de que Metro y el Sindicato del Colectivo de Maquinistas de Metro (SCMM) pactarán en 2019 la realización de un análisis que califique la calidad del aire con las ventanillas bajadas para este año, tras dos meses de 2020 no hay ni rastro de él. Aunque lo más preocupante es que todavía no se ha programado una fecha concreta para que se lleve a cabo.
Desde hace tres años, esta asociación ha puesto su empeño en conocer el tipo de aire que se respira en Metro de Madrid. Sin embargo, los exámenes previos no han cumplido las exigencias de los trabajadores, ya que «cuando se han hecho ha sido con las ventanas subidas», explican a MERCA2 fuentes del colectivo sindical.
Por este y otros motivos, los empleados de la empresa convocaron paros de hasta 24 horas para el pasado 3 y 13 de diciembre, que coincidieron con la celebración de la Cumbre Mundial del Clima (COP25).
No obstante, el cambio de consejero delegado y la llegada de Silvia Roldán, nueva consejera delegada de Metro de Madrid, significó una oportunidad para poder consumar la petición. Y la respuesta llegó. En el pasado Comité de Salud Laboral de noviembre de 2019, la empresa comunicó la realización del análisis de higiene y seguridad en el puesto de trabajo con las ventanillas bajadas, tal y como se reclamaba desde el principio.
Pero casi tres meses después de que se anunciase la aprobación del estudio no se ha dado ninguna pista de cuando se efectuará. Principalmente, porque el pertinente proceso de licitación, «necesario para poder ejecutar el examen, no ha sido autorizado ni desarrollado», han asegurado fuentes de Metro de Madrid a este medio.
EL AMIANTO DE FONDO
La sombra del amianto no deja de perseguir a Metro de Madrid. Esta semana, los familiares de los dos fallecidos, que pertenecían al área de mantenimiento, a causa de este problema se han dado cita en los juzgados de Plaza Castilla para la resolución de los juicios, que debían haberse celebrado el pasado diciembre .
Además de estos casos, el Sindicato del Colectivo de Maquinistas de Metro denuncia que se han identificado a dos nuevas personas afectadas. Uno de ellos, reconocido por el Instituto Nacional de la Seguridad Social, pero no por Metro, padece grandes similitudes con los difuntos. Mientras que el otro presenta los mismos síntomas, aunque todavía no ha asegurado que sea otro perjudicado más.
Los dirigentes de metro conocían desde 1991, y no desde el 2003 como ellos defiende, la existencia de este material por toda la red de metro, como demostró la Comisión de Investigación que llevó a cabo la Asamblea de Madrid. Y no fue hasta 2017 cuando se les dio parte a los sindicatos sobre gravedad del asunto.