domingo, 15 diciembre 2024

Semáforos, radares,… así era antes la tecnología de la conducción

La seguridad vial y la automoción han cambiado mucho en los últimos tiempos gracias a la nueva tecnología. Y eso ha influido mucho en la conducción, y lo seguirá haciendo en los próximos años. Por ejemplo, con nuevos prototipos y señales de tráfico que también estarán conectadas en un futuro formando una edge computing. Eso junto con la fog computing y la cloud computing darán nuevas posibilidades y mayor seguridad.

Poco tiene que ver toda esta nueva tecnología de conducción con la que había hace unos años. Con muchas carencias y donde morían muchas más personas en carretera a pesar de que el tráfico no era tan numeroso. El motivo es que los accidentes eran casi todos mortales debido a la poca protección con la que contaban los pasajeros.

Fog, edge y cloud son términos usados en computación para referirse a las máquinas y servicios conectados en una red en función de donde se encuentren situados. Cloud hace referencia a los grandes centros de datos con servidores globales, fog para servidores intermedios más pequeños y locales, y edge todos los dispositivos conectados.

Si se echa la vista atrás, tanto en los coches de calle como en los de competición, los esfuerzos para mejorar la seguridad dentro y fuera de ellos ha sido brutal. No solo se han agregado nuevos dispositivos de seguridad y se han mejorado otros en los automóviles. También se ha trabajado para que las vías sean más seguras de lo que eran hace unos años. Y eso también implica mejorar las señales de tráfico.

Comparando la tecnología de conducción (antes y ahora)

Coche viejo, tecnología conducción

Cuando se compara cómo era hace tiempo con lo que hay hoy día o lo que vendrá próximamente, es cuando realmente eres consciente de los privilegios de los que contamos actualmente. ¿No te lo crees? Aquí tienes algunos ejemplos:

  • Semáforos: el primero se instaló en Londres, en 1868. Para su funcionamiento nocturno se usaban lámparas de gas con luz verde y roja, y eran muy diferentes a los actuales. Tras la I Guerra Mundial, los avances en la tecnología eléctrica también dieron sus frutos para la conducción. Entonces comenzaron a ser eléctricos y automáticos. Will Potts fue el introductor de la luz amarilla en 1920, cuando los semáforos se habían expandido por todo el mundo.
  • Señales de tráfico: inexistentes al principio más allá de indicadores, lo que implicaba que no se avisaba de peligros. Poco a poco fueron evolucionando hasta su estandarización y la inclusión de las nuevas señales con luces o que pueden transmitir mensajes de tráfico.
  • Radar de tráfico: en 1954 se usó por primera vez en Chicago. Hasta entonces no se había usado. Los coches apenas superaban unas decenas de km/h, pero los accidentes solían ser mortales. Los primeros fueron muy primitivos, basados en el efecto Doppler, hasta llegar a los actuales con tecnología láser y autónomos.
  • Asfalto: el pavimento de las carreteras era inexistente. Caminos de tierra hasta que en el siglo XIX se comenzó a usar el asfalto para hacer los caminos más seguros y confortables. Pero el asfalto tal como lo conocemos hoy día no se comenzó a usar hasta el XX.
  • Otras medidas de seguridad: dentro del propio coche tampoco se protegía al conductor y pasajeros. Ante choques frontales, laterales, o vuelcos, la mortalidad era muy alta. Actualmente pasan rigurosas pruebas de choque en crash tests con dummies (en vez de presos a los que perdonaban su condena si sobrevivían a las primeras pruebas de choque realizadas en EE.UU.) para comprobar su seguridad y se certifican. El cinturón de seguridad se crea en 1948, pero no fue hasta 1959 cuando Volvo lo comienza a montar en serie en todos sus coches. El Airbag fue patentado en 1971 por Mercedes-Benz, pero no fue incorporado en uno de sus coches hasta 1981. Luego vendrían otras ayudas electrónicas como el ABS, TCS, EBD, ESP, BAS, etc.

Los tiempos cambian mucho en poco tiempo, en algunos campos como en la conducción lo ha hecho a mejor gracias a la tecnología, salvando muchas vidas…


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